75 Poemas de poesía 

Aquí encontrarás poemas dedicados a la propia poesía, al arte de escribir, a lo que significa ser poeta.

Escribir poesía

Enviado por simone  Seguir


Escribir poesía es desnudarse,
despojarse de los miedos y las máscaras,
exorcizarse y de cadenas liberarse,
y en cada intento regalar algo del alma.

Escribir un poema es elevarse,
y ofrecer mucho más que unas palabras,
es como arrancarse de la piel algún tatuaje,
es entregarse, es exponerse, sin temer nada.

Emociones, sufrimientos, alegrías,
inspiraciones revelando sentimientos,
como naciendo y muriendo cada día,
cada minuto, cada hora, cada momento.

En cada verso renazco y también muero,
y entrego todo, lo que tengo y lo que no,
me emociono cada vez y hasta me quemo,
regalo sueños, confieso miedos, doy amor.

Escribir sueños, tristezas y esperanzas,
decepciones, amores y rencores,
a la oscuridad alumbrarla con el alma,
sanando con palabras, corazones.

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sirve? Para que??

Enviado por penelopo2  Seguir

Para que sirve la poesia?
Tiene alguna utilidad?
ha curado alguna herida?
Cambió una guerra por paz?
serán sólo versos armoniosos
Que alimentan la vanidad,
del que tiene la habilidad,
de ordenarlos a su antojo.?
Servirá la poesia para descubrir
Amores?
Para denunciar injusticias
Para confesar errores.?
Busca halagos el poeta?
Busca aplausos, busca estrellas?
Eespera qué todos digan..
Que hermosas rimas, que bellas!
Para que sirve la poesia?
Para nada!!?
No es sevicial la poesia,
no tiene porque ayudar
Ella acompaña la vida
Te sostiene en el andar
Te hace pensar, te contiene,
te invita a reflexionar,
dice cosas que tu nunca,
te animarías a hablar
Para que sirve la poesia?
Te vuelves a preguntar
Tal vez no tenga respuesta
Y no la tenga jamás
El poeta crea y escribe
Tu la lees y ya está
La combinación perfecta
Más no se puede esperar
Lo que cambia en tu interior
Ya no es obra del poeta
Cuando el escritor termina
La poesía se vuela
Y pasa a tener mil dueños
A llenar viejos vacios
Y a cumplir lejanos sueños
A cada lector le cae, distinto su contenido
Depende el color del alma
Si esta alegre o si ha sufrido
Para que sirve la poesia?
No importa ya la respuesta
Mientras haya vida en el mundo
Existirán los poetas.
que escribirán poesías ,
Tu... no les cierres la puerta!!
Juan.R

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XXI

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía!, ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.

Autor del poema: Gustavo Adolfo Bécquer

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NADA ES MÍO

¿Me preguntas, ¡oh, Rosa!, cómo escribo?
¿De qué manera, con menudas hojas,
cintas de seda y pétalos de flores,
voy construyendo estancia por estancia?
Yo mismo no lo sé! Como la tuya
es, Rosa de los cielos, mi ignorancia.

Yo no escribo mis versos, no los creo;
viven dentro de mí; vienen de fuera:
a ese, travieso, lo formó el deseo;
a aquel, lleno de luz, la Primavera!

A veces en mis cantos colabora
una rubia magnífica: la aurora!
Hago un verso y lo plagio sin sentirlo
de algún poeta inédito, del mirlo,
del parlanchín gorrión o de la abeja
que, silbando a las bellas mariposas,
se embriaga en la taberna de las rosas.
Los versos que más amo, los que expresan
mis ansias y mis íntimos cariños,
esos versos que lloran y que besan,
¿sabes tú lo que son? Risas de niños.

Otras veces me ayudan las estrellas
y sus rayos de luz trazan en mi alma
líneas celestes y figuras de oro.
Aquel soneto a Dios, es del Boyero;
de Sirio deslumbrante, esa cuarteta,
y ese canto a la rubia que yo quiero
fue escrito por la cauda del cometa.

Yo escucho nada más, y dejo abiertas
de mi curioso espíritu las puertas.
Los versos entran sin pedir permiso;
mi espíritu es su casa: Dios los manda
con cédula formal del Paraíso
para que aloje a la traviesa banda.
Algunos a mis castas ilusiones
escandalizan con su alegre charla:
esos son los soldados, los dragones,
los que traen en su clámide sombría
«húmeda noche tras caliente día».
Otros de aquellos huéspedes pequeños
se detienen muy poco: los risueños,
cantan, mis penas con su voz consuelan,
sacuden las alitas y se vuelan.

Los tristes… ¡esos sí que son constantes!
Alguno como lúgubre corneja
posada en la cornisa de la torre,
mientras la noche silenciosa corre,
hace ya mucho tiempo que se queja!

No soy poeta: ¡ya lo ves! En vano
halagas con tal título mi oído,
¡que no es zenzontle o ruiseñor el nido
ni tenor o barítono el piano!

Autor del poema: Manuel Gutiérrez Nájera

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AUTOBIOGRAFÍA

¿Versos autobiográficos ? Ahí están mis canciones,
allí están mis poemas: yo, como las naciones
venturosas, y a ejemplo de la mujer honrada,
no tengo historia: nunca me ha sucedido nada,
¡oh, noble amiga ignota!, que pudiera contarte.

Allá en mis años mozos adiviné del Arte
la armonía y el ritmo, caros al musageta,
y, pudiendo ser rico, preferí ser poeta.
-¿Y después?

-He sufrido, como todos, y he amado.

¿Mucho?

-Lo suficiente para ser perdonado...

Autor del poema: Amado Nervo

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A MEDIA VOZ

la lentitud es belleza
copio estas líneas ajenas
respiro
acepto la luz
bajo el aire ralo de noviembre
bajo la hierba
sin color
bajo el cielo cascado
y gris
acepto el duelo y la fiesta
no he llegado
no llegaré jamás
en el centro de todo
esta el poema intacto
sol ineludible
noche sin volver la cabeza
merodeo su luz
su sombra animal
de palabras
husmeo su esplendor
su huella
sus restos
todo para decir
que alguna vez
estuve atenta
desarmada

sola casi
en la muerte
casi en el fuego

Autor del poema: Blanca Varela

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LA POESÍA

Tan clara que, invisible,
en sí misma se esconde,
como el aire o el agua,
transparente y oculta;
desierta no, surcada
por pájaros y peces,
herida por los árboles.

Autor del poema: Manuel Altolaguirre

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EL ALMA DEL POETA

"Il est l' home des utopies,
les pieds ici, les yeux ailleurs."
V. Hugo

El alma del poeta, profunda,
triste, grande, desbórdase en sus
himnos, se queja en sus
cantares; a veces sube al cielo
en alas de los ángeles, y a veces
al abismo precipitada cae.

Entre entusiasmo y lágrimas
eternamente flota, como el
esquife frágil, juguete de las
olas. Y como el Galileo a quien
se humilla Roma, si rara vez
sonríe frecuentemente llora.

Heraldo de las crisis que sufren
las naciones,
ensalza a los leales, flagela
a los traidores. Su estrofa,
que se guarda en mármoles
y bronces, eleva, nuevo
Homero los héroes a
dioses.

Si agita a los hebreos la voz de
los profetas, Virgilio encanta a
Roma, Homero forma a Grecia.
Siempre que un pueblo marcha
a colosal empresa, sus fastos
eterniza sublime la epopeya.

La forma es del artista que
al mármol la traslada: ¡ tan
sólo los poetas saben copiar
el alma! En vez de la
herramienta emplean la
palabra que presta al dulce
ritmo sus palpitantes alas.

La frase apasionada
que el alma busca en vano,
acude del poeta
a los fecundos labios.
Por eso tanto pecho
al eco de sus cantos
se agita ruboroso
al verse adivinado.

Por eso tantas lágrimas
corrieron sobre el libro do
el soñador encuentra su
pensamiento mismo:
Inclínase su frente
y absorto y conmovido
exclama suspirando:
_¡Quisiera haberlo dicho!

Autor del poema: Emilia Pardo Bazán

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LA CENA

Enviado por penelopo2  Seguir

Con qué vara mides la poesía?
Cuál es el patrón del sentimiento?
Acaso puedes tú estar dentro mío?
Y sentir las cosas que yo siento?

Una palabra cargada de rocío
Puede ser el mejor de los poemas
Y una lluvia de rimas melodiosas
No llenar el vacío de una pena.

Cuando acaricia mi dolor una palabra
Cuando un verso se acomoda en mis sentidos
Cuando el frío de la noche se convierte
En soleadas palabras dentro mío
Yo puedo decir que llegó el día
Que ha pasado la oscuridad trapera
Que tengo entre mis manos poesía
Que puede ya el amor servir la cena
J.R

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LOS CÓMPLICES

Te decía en la carta
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
timbrado en el bolsillo,
y otras cosas más o menos serias
como dándote a entender
que desde antiguamente soy tu cómplice
cuando bajas a los arsenales de la noche
y pones toda tu alma
y la respiración
perfectamente controlada,
por mantener en pie tus rebeliones
tus milicias secretas
a costa de ese tiempo perdido
en comerte las uñas, en mantener a raya
tus palpitaciones,
en golpearte el pecho por los malos sueños,
y no sé cuántas cosas más
que, francamente, te gastan la salud
cuando en el fondo
sabes que estoy contigo
aunque no te vea
ni tome desayuno en tu mesa
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frío,
y eso no necesita escribirse.

Autor del poema: Gonzalo Rojas

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