32 Poemas infantiles 

LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

Érase una Gallina que ponía
un huevo de oro al dueño cada día.

Aun con tanta mala ganancia contento,
quiso el rico avariento
descubrir de una vez la mina de oro,
y hallar en menos tiempo más tesoro.

Mató, abrió el vientre de contado;
pero, después de haberla registrado,
¿Qué sucedió? que muerta la Gallina,
perdió su huevo de oro y no halló la mina.

¡Cuántos hay que teniendo lo bastante
enriquecerse quieren al instante,
abrazando proyectos
a veces de tan rápidos efectos
que sólo en pocos meses,
cuando se contemplaban ya marqueses,
contando sus millones,
se vieron en la calle sin calzones.

Autor del poema: Félix María Samaniego

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EL GALLO HABANERO

En el matinal gallinero
con el rendimiento caballero,
en torno a su hembra enreda
el arabesco de su rueda
sin cesar el gallo habanero;

cual blanco albornoz el plumón
envuelve su fiero ademán;
¡por su cresta-fez bermellón
y el alfanje de su espolón,
el gallo es un breve sultán!

Junto a la gallina coqueta,
de pronto su blanca silueta
fija en soberbia rigidez,
como el gallo de la veleta
o el caballo del ajedrez...

Echando atrás el cuello empina;
¡y en enfático frenesí,
rasga la matinal neblina,
sobre el jardín que se ilumina
con su agudo kikirikí!

Autor del poema: José Juan Tablada

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Hospital Medimar Tu Luz me hace feliz

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HOSPITAL MEDIMAR TU LUZ ME HACE TAN FELIZ

Autor Eric Moreira Perez

Una niña es paciente de la unidad de pediatría
su carisma transmite alegría, mientras sonreía.

La niña escribía en su diario, las vivencias del día
la enfermera le atendía, mientras le regala una golosina
que tenia sabor a una dulce mandarina
para sanarla le otorga un medicamento Bayer aspirina
la niña camina por los pasillos de la unidad de pediatría
llego a la sala de juegos infantil y jugo a un juego de telemetria.

Una pediatría llamada Lucia, abraza a la niña con todo su corazón
sienten una increíble sensación, de armonía y emoción
mientras un altavoz colocado en la pared, suena una melódica canción
la niña empieza a tatarear las notas musicales, con mucha atención
a lo lejos escuchan cantar a la niña, con una dulce voz de miel y limón
la luz que transmite la niña, hace feliz a todos los pacientes y pediatras
a pediatría llegan unas hermosas y bonitas cartas
escritas por la propia niña, con varias plumas
consiguen envolver en felicidad a todos los seres de luz que las leen, pediatras y enfermeras
otorgando abrazos y besos a la niña por do quier, tu eres la luz que ilumina tu ser, almas. Fin

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EN UNA CAJITA DE FÓSFOROS

En una cajita de fósforos
se pueden guardar muchas cosas.

Un rayo de sol, por ejemplo
(pero hay que encerrarlo muy rápido,
si no, se lo come la sombra)
Un poco de copo de nieve,
quizá una moneda de luna,
botones del traje del viento,
y mucho, muchísimo más.

Les voy a contar un secreto.
En una cajita de fósforos
yo tengo guardada un lagrima,
y nadie, por suerte la ve.
Es claro que ya no me sirve
Es cierto que esta muy gastada.

Lo se, pero qué voy a hacer
tirarla me da mucha lastima.

Tal vez las personas mayores
no entiendan jamas de tesoros
Basura, dirán, cachivaches
no se porqué juntan todo esto.
No importa, que ustedes y yo
igual seguiremos guardando
palitos, pelusas, botones,
tachuelas, virutas de lápiz,
carozos, tapitas, papeles,
piolín, carreteles, trapitos,
hilachas, cascotes y bichos.

En una cajita de fósforos
se pueden guardar muchas cosas.
Las cosas no tienen mamá.

Autor del poema: María Elena Walsh

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LA VACA ESTUDIOSA

Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja,
muy vieja, estaba sorda de una oreja.
Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.
La vio la maestra asustada
y dijo: - Estas equivocada.
Y la vaca le respondió:
¿Por qué no puedo estudiar yo?
La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tiza
y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.
Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.
Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos.
Y en ese lugar de Humahuacala
única sabia fue la vaca.

Autor del poema: María Elena Walsh

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LA CIGARRA Y LA HORMIGA

Cantando la Cigarra pasó el verano entero,
sin hacer provisiones allá para el invierno;
los fríos la obligaron a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo de su estrecho aposento.

Viose desproveída del precioso sustento:
sin mosca, sin gusano, sin trigo, sin centeno.

Habitaba la Hormiga allí tabique en medio,
y con mil expresiones de atención y respeto
la dijo: «Doña Hormiga, pues que en vuestro granero
sobran las provisiones para vuestro alimento,
prestad alguna cosa con que viva este invierno
esta triste Cigarra,que alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño, nunca supo temerlo.

No dudéis en prestarme; que fielmente prometo
pagaros con ganancias, por el nombre que tengo.

La codiciosa Hormiga respondió con denuedo,
ocultando a la espalda las llaves del granero:
«¡Yo prestar lo que gano con un trabajo inmenso!
Dime, pues, holgazana,
¿Qué has hecho en el buen tiempo?»

«Yo, dijo la Cigarra, a todo pasajero
cantaba alegremente, sin cesar ni un momento.»

«¡Hola! ¿conque cantabas cuando yo andaba al remo?
Pues ahora, que yo como, baila, pese a tu cuerpo.».

Autor del poema: Félix María Samaniego

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Nuestras Enfermeras

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NUESTRAS ENFERMERAS

Autor Eric Moreira Perez

Nuestras enfermeras nos cuidan en la planta de pediatría
disfrutábamos de dulces y gominolas la mayor parte del día.

Una mañana, unas peques salen de sus aposentos
para pedirles a las enfermeras caramelos de Mentos
para paliar el resfriado, el catarro y la maldita tos
de repente las enfermeras, reciben una llamada de la parroquia de Mos
una ambulancia aparco en uno de los aparcamientos
recoge a una peque y la traslada a los centros médicos
mientras, en la sala de pediatría las ingresan
las enfermeras, con medicinas regresan
a las peques, sanan con mucha certeza.

Desde una habitación, una peque siente un ruido de una impresora
esa misma tarde en horario de visita, la visita una profesora
esa noche las peques, escuchaban el sonido de una maquina de resonancia
en las ventanas donde duermen, se iluminan con la luz de las sirena de la ambulancia
las enfermeras velan toda la noche, junto a las peques con perseverancia
su protección y actuación ante cualquier evidencia de urgencia
nuestras enfermeras nos cuidan en todo momento y lugar
siempre con devoción y amor incondicional, por siempre perseverar
al amanecer la claridad entra por la ventana, despertando a las peques
es un día especial, por que gastaran en gominolas dinero en cheques
podrán visitar el zoológico de a Madroa y observar animales
mientras una peque escucha música,en los cuarenta principales
debido al calor infernal, beben agua de los manantiales
que según cuenta la leyenda lleva muchos minerales
son como cristales, que descienden de los mundos astrales
al terminar el día a nuestro centro de salud debemos regresar
para seguir con la misma rutina y ponernos a jugar y después descansar. Fin

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MANUELITA LA TORTUGA

Manuelita vivía en Pehuajó
pero un día se marchó.
Nadie supo bien por qué
a París ella se fue
un poquito caminando
y otro poquitito a pie.
Manuelita, Manuelita,
Manuelita dónde vas
con tu traje de malaquita
y tu paso tan audaz.
Manuelita una vez se enamoró
de un tortugo que pasó.
Dijo: ¿Qué podré yo hacer?
Vieja no me va a querer,
en Europa y con paciencia
me podrán embellecer.
En la tintorería de París
la pintaron con barniz.
La plancharon en francés
del derecho y del revés.
Le pusieron peluquita
y botines en los pies.
Tantos años tardó en cruzar el mar
que allí se volvió a arrugar
y por eso regresó
vieja como se marchó
a buscar a su tortugo
que la espera en Pehuajó

Autor del poema: María Elena Walsh

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NANAS DE LA CEBOLLA

(Dedicadas a su hijo, a raíz de recibir una carta de su mujer,
en la que le decía que no comía más que pan: y cebolla)


La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
.
Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.
.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.
.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
.
La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
.
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
.
Ser de vuelo tan lato,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
.
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
.
Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.

Autor del poema: Miguel Hernández

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Chan de Pipas Redondela

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CHAN DAS PIPAS REDONDELA

Autor Eric Moreira Pérez

Las niñas pequeñas, juegan en el parque infantil
mientras sus padres, lee la prensa de fútbol juvenil.

Una niña se desliza por un tobogán, el viento del Norte en su rostro
la pequeña, va corriendo de columpio en columpio
se detiene a observar, un hermoso y bello pájaro
se comunica con el diciéndole, hola precioso pio pio
se escucha su melódico y dulce graznido
alza el vuelo y se posa en el hombro de la niña
la niña le da de comer gominolas de Fini empresa
el guarda bosques le otorga a la niña, un Kinder Sorpresa
la adorable y dulce niña, sonríe con una sonrisa muy risueña.

La pequeña abraza al guarda bosque, como si no hubiera un mañana
va a visitarlo sin demora, todos los días de la semana
cada viernes le entrega un ramo de flores, en la puerta de la cabaña
donde vive el guarda bosques y desde la cabaña esta siempre a la vanguardia
la peque le da de comer regalices a un oso amaestrado, es una pasada
se hace de noche y la niña regresa a su casa, por una senda iluminada
fija su hermosa mirada, entre los matorrales existe la presencia de un hada
la niña le pide un deseo extraordinario, a espera de que el hada se lo conceda
el deseo se cumple tres días después, mientras la peque esta en su vivienda
bueno la vivienda es de los padres lógicamente y organizan una merienda
la niña recibe una visita muy especial para ella, su querida pediatra
la pediatra la surtió de caramelos y dulces, mientras intenta ponerle la vacuna
el hada aparece junto a la niña y le dice no tengas miedo cariño no pasa nada
una vez vacunada, la niña es consolada, por su familia la pediatra y el hada
después la niña, saborea piruletas y caramelos como si no hubiera un mañana. Fin

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