Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
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MANTÉN TU AMOR POR LA NATURALEZA
Mantén tu amor por la naturaleza,
porque esa es la verdadera manera
de entender
el arte cada vez más.
LLEVO TU CORAZÓN CONMIGO
Llevo tu corazón conmigo (lo llevo en mi corazón)
nunca estoy sin él (tú vas dondequiera que yo voy, amor mío); y todo lo que hago
por mí mismo lo haces tú también, amada mía.
No temo al destino (pues tú eres mi destino, mi amor)
no deseo ningún mundo (pues hermosa tú eres mi mundo, mi verdad)
y tú eres todo lo que una luna siempre ha sido y todo lo que un sol cantará siempre eres tú.
He aquí el más profundo secreto que nadie conoce (he aquí la raíz y el brote del brote y el cielo del cielo de un árbol llamado vida; que crece más alto de lo que un alma puede esperar o una mente puede ocultar) y éste es el prodigio que mantiene a las estrellas separadas.
Llevo tu corazón (lo llevo en mi corazón).
ELEGÍA DEL MARINO
Los cuerpos se recuerdan en el tuyo:
su delicia, su amor o sufrimiento.
Si noche fuera amar, ya tu mirada
en incesante oscuridad me anega.
Pasan las sombras, voces que a mi oído
dijeron lo que ahora resucitas,
y en tus labios los nombres nuevamente
vuelven a ser memoria de otros nombres.
El otoño, la rosa y las violetas
nacen de ti, movidos por un viento
cuyo origen viniera de otros labios
aún entre los míos.
Un aire triste arrastra las imágenes
que de tu cuerpo surgen
como hálito de una sepultura:
mármol y resplandor casi desiertos,
olvidada su danza entre la noche.
Mas el tiempo disipa nuestras sombras,
y habré de ser el hombre sin retorno,
amante de un cadáver en la memoria vivo.
Entonces te hallaré de nuevo en otros cuerpos.
PARA BÁRBARA
Acuérdate Bárbara
Llovía sin cesar en Brest aquél día
Y marchabas sonriente
Dichosa embelesada empapada
Bajo la lluvia
Acuérdate Bárbara
Llovía sin cesar en Brest
Y me crucé contigo en la calle de Siam
Sonreías
Y yo también sonreía
Acuérdate Bárbara
Tú a quién yo no conocía
Tú que no me conocías
Acuérdate
Acuérdate pese a todo aquél día
No lo olvides
Un hombre se cobijaba en un portal
Y gritó tu nombre
Bárbara
Y corriste hacia él bajo la lluvia
Empapada embelesada dichosa
Y te echaste en sus brazos
Acuérdate de eso Bárbara
Y no te ofendas si te tuteo
Yo tuteo a todos los que amo
Aunque los haya visto sólo una vez
Tuteo a todos los que se aman
Aunque no los conozca
Acuérdate Bárbara
No olvides
Esa lluvia buena y feliz
Sobre tu rostro feliz
Sobre esa ciudad feliz
Esa lluvia sobre el mar
Sobre el arsenal
Sobre el banco d'Ouessant
Oh Bárbara
Menuda estupidez la guerra
Qué has llegado a ser ahora
Bajo esta lluvia de hierro
De fuego de acero de sangre
Y el hombre aquel que te estrechaba entre sus brazos
Amorosamente
Quizás ha muerto o desaparecido o vive todavía
Oh Bárbara
Llueve sin cesar en Brest
Como solía llover en otro tiempo
Pero no es lo mismo y todo está estropeado
Es lluvia desconsolada de duelo espantoso
Ni siquiera es ya tormenta
De hierro de acero de sangre
Simplemente nubes
Que revientan como perros
Perros que desaparecen
En el remanso de Brest
Y van a pudrirse lejos
Lejos muy lejos de Brest
Donde ya no queda nada.
LOCURA
Locura
es hacer lo mismo
una y otra vez
esperando obtener
diferentes resultados
EL ÉXITO
El éxito es a veces
el resultado de toda una
serie de fracasos.
SOLUCIÓN
Tras la sublevación del 17 de Junio
la Secretaria de la Unión de Escritores
Hizo repartir folletos en el Stalinallee
indicando que el pueblo
había perdido la confianza del gobierno
Y podía ganarla de nuevo solamente
Con esfuerzos redoblados. ¿No sería más simple
En ese caso para el gobierno
disolver el pueblo
Y elegir otro?
ADIÓS
Llovió y ha vuelto a llover
y cayeron las hojas y el sol las abrazó y el viento vino
y arrastró las hojas y sonó la hojarasca
y otra vez cayeron las hojas y el sol las abrazó y vino el viento
y el rocío se hizo en la yerba y se fue
y abrieron los capullos y el insecto rompió la húmeda cáscara y voló
y otra vez el pájaro que cantaba en la cuerda
bajó a jugar bajo el rosal y volvió a su cielo
y cantó y la mariposa estuvo dormida al amanecer y con el sol caliente subía dando ligeros golpes
y la lluvia la heló y otra mariposa voló por el jardín y el jardín de ayer
quedó yerto y enrojeció y volvió a quedar yerto y pálido y las ramitas secas
chasquearon y cayeron al césped y el sapo cambió de sombra y volvió a cambiar
y ha buscado otra sombra húmeda
y el gusano ha terminado de hilar y ya voló y ya volvió a hilar y el viento
mueve la hoja que lo hospeda
y los jejenes han ascendido en el vaho caluroso y caido con las aguas del cielo
y se han levantado de nuevo porque otra vez ha sido el día caluroso
y la hilera de hormigas corta el campo en el claro seco y boronoso y ahora regresa al patio sembrado
y el ratón de monte ha dormitado largamente en su cueva y ha despertado por muchos días corriendo en secreto
lejos del búho y ha caído lejos de las garras del búho y el búho comió y pasó noches de hambre y volvió a su comida
y duerme este día y se despertó de nuevo y cazó la rata gris
y un hombre encontró su pareja y se amaron y el hijo que nació encontró su pareja y la amó
y el hijo que de allí naciera encontró su pareja y la amó y de allí nació un hijo
y el hombre murió y volvió otra muerte y se llevó otra vida y otra vida se apagó al entretanto
y vinieron hermosas costumbres y cambiaron las
viejas costumbres y otras costumbres y modales se cambiaron y
se levantaron templos prodigiosos y los templos prodigiosos se fueron y llegaron nuevos templos prodigiosos.
Y se levantaron los ídolos todos de metal noble y refulgente y dieron vuelta y otro rostro cubrió el rostro de ellos
y otra vuelta cambió este rostro por otro de otra forma
y el polvo hundió los ídolos y salieron flores del polvo y el desierto llegó a cantar un largo silencio
y las ciudades despertaron y se durmieron y se ocultaron y desaparecieron
y volvieron a nacer con sus comercios y sus tiendas y sus reyes y príncipes
y poetas y bellas mujeres y mártires y guerreros y sacerdotes y santos y maestros
y muchachos atarantados y viejos
y la luna estaba dando vueltas y se encendía toda y se adelgazaba y se hacía tenue
y se llenaba y se vaciaba de plata y volvía a llenarse y a subir tarde y tarde bajando tarde y tarde y noche y noche
y la tierra corría y corría y regresaba y corría y la tierra en la noche en la oscuridad dando su cara negra y rodando su cara deslumbrante y su azul ligero y su azul negro y sus nubes y aladas
y sus nubes estripotosas y deshechas con el mar que saltaba hacia su madre y saltaba desde el pecho de su madre
y con el viento que lloraba y cantaba como un niño y lloraba y cantaba como una mujer y lloraba y cantaba como un anciano y como un perro
y como un mar hasta que era otra vez viento y lloraba y cantaba
y la tierra iba loca y bella entre sus madres entre sus padres loca como una jovencita y loca como una mujer en una fiesta
y como un paso de baile y como una caída de flores y como un beso
iba y venía mientras las grandes redes de estrellas subían y aleteaban como insectos
desesperados de amor y como
chispas que volaban desde la raza áspera y como cabelleras solas y como fuego solo y como
oro raptado y oro yéndose y oro viniendo y oro jugando en todas partes y moscas plateadas y anillos perdidos y collares
y cuellos y rostros de mujeres exquisitamente desenvueltas y allí las noches
soltaban sus amarras y se aprisionaban y amaban la noche hembra y la noche viril
y el tiempo hembra y el tiempo varón y la vastedad toda y los círculos de vastedad
que iban y venían a sí mismo y de sí mismos alejándose y entregándose y frotándose
como dos hocicos de hembra y macho encelados, tigres, lobos en celo.
Y ha vuelto a llover y dime qué sol ha venido y qué canción has oído y que mariposa baja hasta la flor del patio
y duerme y
dame ese perfume que todo es un perfume y una esencia y una vaga brisa que llega y se mueve anda y desanda
y dime si adentro de ti no oyes tu corazón partir
y si de ti todo se ha ido y todo está por llegar y todo está en viaje y todo es nuevo y vuelve.
Adiós Salud Adiós.
DESAFÍO A LA VEJEZ
Cuando yo llegue a vieja
-si es que llego-
y me mire al espejo
y me cuente las arrugas
como una delicada orografía
de distendida piel.
Cuando pueda contar las marcas
que han dejado las lágrimas
y las preocupaciones,
y ya mi cuerpo responda despacio
a mis deseos,
cuando vea mi vida envuelta
en venas azules,
en profundas ojeras,
y suelte blanca mi cabellera
para dormirme temprano
-como corresponde-
cuando vengan mis nietos
a sentarse sobre mis rodillas
enmohecidas por el paso de muchos inviernos,
sé que todavía mi corazón
estará -rebelde- tictaqueando
y las dudas y los anchos horizontes
también saludarán
mis mañanas.
CUANTO MÁS LO PIENSO
Cuanto más lo pienso,
más me doy cuenta de que no hay
nada
más artístico que amar
a los demás.
Desde el 21 hasta el 30 de un total de 50 Poemas