RESPLANDOR DEL SER 

Para la adoración no traje oro.
(Aquí muestro mis manos despojadas)

Para la adoración no traje mirra.
(¿Quién cargaría tanta ciencia amarga?)

Para la adoración traje un grano de incienso:
mi corazón ardiendo en alabanzas

Autor del poema: Rosario Castellanos

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