Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
Si quieres buscar el contenido clasificado por autor, visita nuestra sección de Autores
GOETHE, WOLFGANG
"Canción para Wolfang (sic) Goethe"
Los cromáticos yates
Cruzan el mar azul
Azul prusia
De La Herradura
Los Cromáticos días
Que jamás no han de volver
Plenan de flores geranios
Blancos y el resplandor
De los bares: Paz de los bares
Paz de los cinemas
Donde recién ahora:
Qué breve es la vida
Se inicia la Poesía
La voz que incontable
Y en misterio
Vuelve para tomar
De cada ser su primitiva
Forma. Yo sé que Goethe
No puede menos que el hacer
Calmar la noche el otoño
Las playas las centellas
El vaso de cerveza
Del apartado ebrio los pétalos
De la soledad, los desiertos
Y las extensiones pálidas
De espuma y sal
Con el cantar que proclama
Que todas las obras de La Creación
Son tan bellas como el día primero
Y que, cada sentir cada anhelo
Es sólo paz:
La inquietante paz
Que algunos llaman vida.
PASIÓN
¡Háblame! Que tu voz, eco del cielo,
sobre la tierra por doquier me siga...
con tal de oír tu voz, nada me importa
que el desdén en tu labio me maldiga.
¡Mírame!... Tus miradas me quemaron,
y tengo sed de ese mirar, eterno...
por ver tus ojos, que se abrase mi alma
de esa mirada en el celeste infierno.
¡Amame!... Nada soy... pero tu diestra
sobre mi frente pálida un instante,
puede hacer del esclavo arrodillado
el hombre rey de corazón gigante.
*
Tú pasas... y la tierra voluptuosa
se estremece de amor bajo tus huellas,
se entibia el aire, se perfuma el prado
y se inclinan a verte las estrellas.
Quisiera ser la sombra de la noche
para verte dormir sola y tranquila,
y luego ser la aurora... y despertarte
con un beso de luz en la pupila.
Soy tuyo, me posees... un solo átomo
no hay en mi ser que para ti no sea:
dentro de mi corazón eres latido,
y dentro de mi cerebro eres idea.
*
¡Oh! por mirar tu frente pensativa
y pálido de amores tu semblante;
por sentir el aliento de tu boca
mi labio acariciar un solo instante;
por estrechar tus manos virginales
sobre mi corazón, yo de rodillas,
y devorar con mis tremente besos
lágrimas de pasión en tus mejillas;
yo te diera... no sé... ¡no tengo nada!...
-el poeta es mendigo de la tierra-
¡toda la sangre que en mis venas arde!
¡todo lo grande que mi mente encierra!
*
Mas no soy para ti... ¡Si entre tus brazos
la suerte loca me arrojara un día,
al terrible contacto de tus labios
tal vez mi corazón... se rompería!
Nunca será... Para mi negra vida
la inmensa dicha del amor no existe...
sólo nací para llevar en mi alma
todo lo que hay de tempestuoso y triste.
Y quisiera morir... ¡pero en tus brazos,
con la embriaguez de la pasión más loca,
y que mi ardiente vida se apagara
al soplo de los besos de tu boca
EL DÍA QUE MENOS TE LO ESPERES
En la radio suena...
Parece que todos lo ven
y yo sigo ahí sin saber por qué.
Parece que todos lo ven
Y yo sigo ahí
Anda, bésame.
Sin saber por qué
El día que menos te lo esperes me iré.
Entonces le hablarás a todos de mi forma de sonreír,
de cómo me reía sin taparme la boca
porque era de lo único de lo que no tenía complejo.
Buscarás en tu espejo alguna mancha de mi maquillaje,
comprarás el pasaje de un avión para hacer solo el viaje que
[íbamos a hacer juntos.
Por fi n estarás solo con tus asuntos:
que si niñas a las que invitarles a copas,
que si mujeres a las que enamorar.
Tu vida será como un solar donde nadie quiere edificar una vida,
ya no estaré yo,
ya no existirá nadie que te pida
que me digas que has llegado bien a casa,
te convertirás en esa persona que pasa por el bar de siempre
y ya no le entra un ataque de nostalgia.
Compartirás cama,
botella,
noche
y algún que otro despertar
con mujeres que no sabrán entenderte
fuera del lenguaje de gemidos.
Presentarás un despido voluntario en el curro,
recordarás cuando te decía que un susurro a veces transmite más
[que cualquier grito.
Y me verás por Madrid con mis andares de viuda en luto,
buscarás un puto único motivo para entender por qué me dejaste
[marchar.
Me preguntarás qué tal me va todo,
si te podría perdonar,
si estaría dispuesta a retomar nuestro viaje.
Y yo te sonreiré,
sin taparme la boca,
y te diré que en el fondo nunca me ha preocupado del todo
[perder trenes.
Yo soy más de ir andando,
colonizando miradas,
moviendo unas caderas que han aprendido a bailar desde que tú
[no estás
ESPERÁNDOTE
Este silencio de cocina vacía,
este alfiler clavándose en el párpado
esta ausencia tuya grazna
encaramada al perchero sin abrigos.
Te echo de menos, ya ves,
y el autobús en que viajas
es la góndola en la que Venecia
se llena de brindis y guirnaldas,
el balcón repleto de oscuras golondrinas,
la fiesta que uno admira mientras llueve
al otro lado del cristal de la ventana.
Tú, tan Ulises de regreso,
yo, sin triste sudario que tejer,
y este octubre terco
que clava las agujas del sol sobre mi espalda,
que deja a los maestros sin escuelas,
que escupe a los otoños las mil hojas
que arropan a los muertos de las horas
más sombrías de Madrid
donde gritan las radiales y las olas.
Te has ido un instante,
sólo una tarde de recados y tareas
y yo me tumbo en el suelo
y ensayo el desmayo que es tu ausencia
y siento el frío de la tierra
como un abrazo de sala de embarque,
pasajeros al tren, despega el vuelo,
quizá no te dije que te quiero
tantas veces como pude,
y me levanto sintiendo que el cuerpo,
como el alma, es más viejo
y quizá por eso esta soledad
tan de número primo,
de neutrino incomprendido en su odisea,
de coche en segunda fila,
de carta extraviada en algún frente.
Te amo. Y vuelves.
Vibra el teléfono y descorcho una botella
y te sonrío, el autobús venía hasta arriba,
y salvas mi retrato del incendio
y todo empieza en ti. En tu regreso.
SANGRE NEGRA
¡Oh mi África misteriosa y natural,
mi virgen violada,
¡mi madre!
Como yo andaba hace tanto desterrada,
de ti alejada
distante y egocéntrica
por estas calles de la ciudad!
embarazadas de extranjeros
¡Mi Madre, perdona!
Como si yo pudiera vivir así,
de esta manera, eternamente,
ignorando la caricia fraterna
de mi luna de miel
(mi principio y mi fin) ...
Como si no existiera más allá
de los cines y de los cafés, la ansiedad
de tus horizontes extraños, por desentrañar ...
Como si tus macizos cacimbados
no cantaran en sordina su libertad,
las aves más bellas, cuyos nombres son misterios todavía cerrados!
Como si tus hijos -regias estatuas sin par -,
altivos, en bronce tallados,
endurecido en el fuego infernal
de tu sol causante, tropical,
como si tus hijos intemeratos, sobre todo luchando,
a la tierra atados,
como esclavos, trabajando,
que, amando, cantando
¡mis hermanos no fueran!
¡Oh mi Madre África, Ngoma pagana,
En la actualidad,
mística, sortílega - perdona!
A tu hija trasbordada,
te abre y perdona.
¡Que la fuerza de tu savia vence todo!
Y nada más fue necesario, que el hechizo impar
de tus tantán de guerra llamando,
dundundundundun - tãtã - dundundundun - tãtã
nada más que la locura elemental
de tus batuques bárbaros, terriblemente bellos ...
para que vibre
para que yo grite,
para que yo sienta, funda, en la sangre, tu voz, Madre!
Y vencida, reconociera nuestros eslabones ...
y regresar a mi origen milenario.
Madre, mi Madre África
de las canciones esclavas a la luz de la luna,
no puedo, no puedo repudiar
la sangre negra, la sangre bárbara que me has legado ...
Porque en mí, en mi alma, en mis nervios,
es más fuerte que todo,
yo vivo, yo sufro, río a través de él, Madre!
ESPERANZA
Noche estrellada de esperanza
oscuridad por luceros salpicada
murmullos del mar
tapados por tu respiración
en mi corazón no hay ya dolor
sino alegría, paz y amor.
RECUERDA PAPÁ
Que si no juegas ahora conmigo,
cuando tu quieras hacerlo ya habrè crecido.
Que la armonìa entre tù y mamà
me darà seguridad ante la vida y
harà de mì un triunfador o un frustrado.
Que de tu amor depende mi capacidad
de amar cuando sea adulto.
Que soy muy feliz cuando me llevas
dormido hasta mi cama.
Que lo que yo aprendo contigo
lo recordarè toda la vida.
Que si oramos juntos
aprendo a comunicarme con Dios.
Que el amor y respeto
que demuestres por nuestros semejantes
serà el amor y el respeto
que yo les tenga cuando sea adulto.
Que yo tambièn tengo intereses personales.
Que me gusta tomar parte en las decisiones familiares.
Y Que te necesito como mi mejor amigo!.
¿POR QUÉ?
Cuando a mis ojos tristes la alegre mariposa,
como una flor errante discurre en el vergel,
¿por qué se me figura que es tu alma caprichosa
que flota en la mañana y va de rosa en rosa
bebiendo hasta saciarse rocío, esencia y miel?
Cuando la tarde cae, cendal de color lila,
y Véspero aparece en el etéreo tul,
¿por qué pienso en el nácar que irradia tu pupila
y que es como una perla preciosa que cintila,
expuesta en un destello sobre una concha azul?
Cuando la noche llega y en sus tinieblas lloro,
llamando a mí una dicha que para siempre huyó,
¿por qué miro en la sombra, blanca ilusión que adoro,
tu cabecita alada, tu cabecita de oro,
como uno de esos ángeles que Rafael soñó?
Cuando entre la penumbra de las acacias veo
cómo los fuegos fatuos saltan aquí y allí,
¿por qué, presa insensata de mi tenaz deseo,
los sigo ansiosamente de tumba en tumba y creo
que son tus pies de sílfide que danzan ante mí?
Si la pasión que abrigo, doliente y sin consuelo,
no ha de salvar la sima que media entre los dos,
¿por qué a ti se dirige mi inextinguible anhelo
como la aguja al norte, como la llama al cielo,
como la espira de humo del incensario a Dios?
RESIGNACIÓN
¡Sin lágrimas, sin quejas,
sin decirnos adiós, sin un sollozo!
cumplamos hasta lo último... la suerte
nos trajo aquí con el objeto mismo,
los dos venimos a enterrar el alma
bajo la losa del escepticismo.
Sin lágrimas... las lágrimas no pueden
devolver a un cadáver la existencia;
que caigan nuestras flores y que rueden,
pero al rodar, siquiera que nos queden
seca la vista y firme la conciencia.
¡Ya lo ves! para tu alma y para mi alma
los espacios y el mundo están desiertos...
los dos hemos concluido,
y de tristeza y aflicción cubiertos,
ya no somos al fin sino dos muertos
que buscan la mortaja del olvido.
Niños y soñadores cuando apenas
de dejar acabábamos la cuna,
y nuestras vidas al dolor ajenas
se deslizaban dulces y serenas
como el ala de un cisne en la laguna
cuando la aurora del primer cariño
aún no asomaba a recoger el velo
que la ignorancia virginal del niño
extiende entre sus párpados y el cielo,
tu alma como la mía,
en su reloj adelantando la hora
y en sus tinieblas encendiendo el día,
vieron un panorama que se abría
bajo el beso y la luz de aquella aurora;
y sintiendo al mirar ese paisaje
las alas de un esfuerzo soberano,
temprano las abrimos, y temprano
nos trajeron al término del viaje.
Le dimos a la tierra
los tintes del amor y de la rosa;
a nuestro huerto nidos y cantares,
a nuestro cielo pájaros y estrellas;
agotamos las flores del camino
para formar con ellas
una corona al ángel del destino...
y hoy en medio del triste desacuerdo
de tanta flor agonizante o muerta,
ya sólo se alza pálida y desierta
la flor envenenada del recuerdo.
Del libro de la vida
la que escribimos hoy es la última hoja...
Cerrémoslo en seguida,
y en el sepulcro de la fe perdida
enterremos también nuestra congoja.
Y ya que el cielo nos concede que este
de nuestros males el postrero sea,
para que el alma a descansar se apreste,
aunque la última lágrima nos cueste,
cumplamos hasta el fin con la tarea.
Y después cuando al ángel del olvido
hayamos entregado estas cenizas
que guardan el recuerdo adolorido
de tantas ilusiones hechas trizas
y de tanto placer desvanecido,
dejemos los espacios y volvamos
a la tranquila vida de la tierra,
ya que la noche del dolor temprana
se avanza hasta nosotros y nos cierra
los dulces horizontes del mañana.
Dejemos los espacios, o si quieres
que hagamos, ensayando nuestro aliento,
un nuevo viaje a esa región bendita
cuyo sólo recuerdo resucita
al cadáver del alma al sentimiento,
lancémonos entonces a ese mundo
en donde todo es sombras y vacío,
hagamos una luna del recuerdo
si el sol de nuestro amor está ya frío;
volemos, si tu quieres,
al fondo de esas mágicas regiones,
y fingiendo esperanzas e ilusiones,
rompamos el sepulcro, y levantando
nuestro atrevido y poderoso vuelo,
formaremos un cielo entre las sombras,
y seremos los duendes de ese cielo.
PALABRAS DE SOÑADOR...
Palabras de soñador
se encuentran en este canto,
palabras que te dicen
que eres todo un encanto.
Desde el 2321 hasta el 50 de un total de 50 Poemas