ALGÚN DÍA IRÉ A LA MORADA... 

Algún día iré a la morada de los descarnados.
Alguna vez, algún día iré.
Pronto partiré hacia el lugar
donde grita el Águila Caudal,
en donde el Tigre nos incita
al combate;
pero ahora, Flor de Carne,
entrégame tu vientre
de luces sin retorno
y embriágame con tu licor florido
entre el ardor y el fuego;
porque la Señora del Amor
nos protege con el manto
de sus flores
embriagantes
entre el aliento blanco y perfumado
del Copal.

Autor del poema: Luis Alveláis Pozos

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