A LA MASACRE DE LOS WALDENSES EN EL PIAMONTE
Venga, Señor, los muertos que en despojos
yacen dispersos en el frío alpino,
pues fieles a un mandato tan divino
heredaron del padre los hinojos.
No olvides que sus vidas, hoy abrojos,
antes fueron rebaño peregrino;
piamontesa crueldad les dio destino,
madres e hijos en gemidos rojos.
Los valles entre riscos permanezcan
alzándose hasta el cielo. El sacrificio
sobre el ítalo suelo en que halla abrigo
triple tirano, y de ellos miles crezcan
que haciendo de su sangre beneficio,
expulsen al idólatra enemigo.
Autor del poema: John Milton
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