MIRANDO AL SENDERO 

Donde se cierra un camino
siempre empieza algún sendero.
Alguien anduvo primero
por nuestro propio destino.

Otros también soportaron
semejantes inclemencias;
las huellas de su presencia
nuestras huellas señalaron.

Los caminos se han formado
a base de andar por ellos.
Cada paso es un destello
de nuestros antepasados.

Cientos de generaciones
nos llevan la delantera,
que forjaron carreteras
a fuerza de tropezones.

No estás solo en esta vida.
La senda que estás pisando,
alguien la cruzó llorando
con el alma dolorida.

Por eso, ante tu amargura,
piensa, mirando al sendero,
que antes que tú, otros sufrieron
semejantes desventuras.

Y en vez de lamentaciones,
da gracias al Ser Divino,
por encontrar un camino
lleno de hermosas lecciones.

Autor del poema: Daniel Nuño

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