Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
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LA FLOR Y LA NUBE
Sobre una estéril pradera,
el diáfano azul del cielo
cruzaba en rápido vuelo
una nube pasajera.
Viola pasar una flor
que abrasada se moría,
y en su penosa agonía
le dijo así con amor:
"Yo te bendigo: la suerte
es conmigo generosa,
Dios te manda, nube hermosa,
a librarme de la muerte."
"Joven soy, morir no quiero;
en tus bondades confío;
una gota de rocío
por piedad, porque me muero."
Pero la nube orgullosa,
insensible caminando,
"No puedo, dijo pasando,
servir a tan noble rosa."
"Que si todos los pesares
de las flores mitigara,
pienso que no me bastara
con el agua de los mares."
La flor exhaló un suspiro
y la nube en el momento,
agitada por el viento
siguió su rápido giro.
Cruzó la selva sombría,
cruzó también la ribera;
pero siempre en donde quiera
la tristeza la seguía.
Sintió al pronto una profunda,
indefinible ansiedad,
y por fin tuvo piedad
de la rosa moribunda;
Y del punto en que se hallaba,
con rapidez se volvió,
y a la pradera llegó
cuando la tarde expiraba.
De la flor sobre la frente
tendió su ligero manto,
y regándola con llanto,
exclamaba dulcemente:
"Despierta, yo soy; despierta,
yo te traigo la alegría."
Mas la flor no respondía:
la infeliz estaba muerta.
Guardad tan triste lección
en el alma desde ahora:
niños, mostradle al que llora
una santa compasión.
Si el pobre a rogaros va,
no le miréis con desdén,
que es muy triste hacer el bien
cuando es inútil quizá.
TODO EL CONOCIMIENTO
Todo el conocimiento,
la totalidad de preguntas
y respuestas
se encuentran en el perro.
LA BONDAD
La bondad corretea por mi casa.
La Señora Bondad, ¡qué simpática es!
Las joyas azules y rojas de sus anillos humean
por las ventanas; los espejos
se llenan de sonrisas.
¿Hay algo tan real como el garito de un niño?
El chillido de los conejos será más silvestre,
pero no tiene alma.
El azúcar todo lo cura, dice la Bondad.
El azúcar es un fluido necesario,
pequeñas cataplasma sus cristales.
¡Oh bondad, bondad
que con dulzura recoges los pedazos!
Mis sedas japonesas, mariposas desesperadas,
pueden verse clavadas en cualquier momento, anestesiadas.
Pero ahí llegas tú con la taza de té
enguirnaldada de vapor.
El chorro de sangre es poesía:
no hay forma de cortarlo.
Tú me alcanzas dos niños, dos rosas.
DANZA NEGRA
Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Fernando Poo.
El cerdo en el fango gruñe: pru-pru-prú.
El sapo en la charca sueña: cro-cro-cró.
Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
Rompen los junjunes en furiosa u.
Los gongos trepidan con profunda o.
Es la raza negra que ondulando va
en el ritmo gordo del mariyandá.
Llegan los botucos a la fiesta ya.
Danza que te danza la negra se da.
Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.
Pasan tierras rojas, islas de betún:
Haití, Martinica, Congo, Camerún;
las papiamentosas antillas del ron
y las patualesas islas del volcán,
que en el grave son
del canto se dan.
Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Fernando Poo.
El alma africana que vibrando está
en el ritmo gordo del mariyandá.
Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.
CABALLITO CRIOLLO
¡Caballito criollo del galope corto,
del aliento largo y el instinto fiel!
¡Caballito criollo que fue como un asta
para la bandera que anduvo sobre él!
¡Caballito criollo que de puro heroico
se alejó una tarde de bajo su ombú,
y en alas de extraños afanes de gloria
se trepó a los Andes y se fue al Perú!
¡Se alzará algún día, caballito criollo,
sobre una eminencia un overo en pie;
y estará tallada su figura en bronce,
caballito criollo que pasó y se fue!
DE MAÑANA
La flor del melocotón es roja
y todavía se mantiene la lluvia nocturna.
Los sauces reverdecieron
con la neblina de primavera.
Los pétalos caídos no han sido
barridos aún por los criados.
Se escucha el canto de las oropéndolas. El invitado
duerme aún.
A MI MUJER
No puedo escribir majestuoso proemio
como preludio a mi canción,
de poeta a poema,
me atrevería a decir.
Pues si de estos pétalos caídos
uno te pareciera bello,
irá el amor por el aire
hasta detenerse en tu cabello.
Y cuando el viento e invierno endurezcan
toda la tierra sin amor,
dirá un susurro algo del jardín
y tú lo entenderás.
QUE SE LLAMA SOLEDAD
Algunas veces vuelo
y otras veces
me arrastro demasiado a ras del suelo,
algunas madrugadas me desvelo
y ando como un gato en celo
patrullando la ciudad
en busca de una gatita,
a esa hora maldita
en que los bares a punto están de cerrar,
cuando el alma necesita
un cuerpo que acariciar.
Algunas veces vivo
y otras veces
la vida se me va con lo que escribo;
algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo
que te arañe el corazón;
luego arrojo mi mensaje,
se lo lleva de equipaje
una botella…, al mar de tu incomprensión.
No quiero hacerte chantaje,
sólo quiero regalarte una canción.
Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.
Algunas veces gano
y otras veces
pongo un circo y me crecen los enanos;
algunas veces doy con un gusano
en la fruta del manzano
prohibido del padre Adán;
o duermo y dejo la puerta
de mi habitación abierta
por si acaso se te ocurre regresar;
más raro fue aquel verano
que no paró de nevar.
Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.
DI NO A LA DROGA
No sabes lo que haces,
ignoras lo que pierdes,
di no a la droga
porque la vida no se detiene.
Te estás destruyendo el cuerpo
absorbiéndote la mente,
tu carácter está cambiando
al tenerla presente.
Estás acabando con la familia,
pero te cuesta reconocerlo,
mira el transcurso de sus vidas
para poder verlo.
Ya no sales de casa
como antaño ibas haciendo,
porque el dinero que se tiene
tú lo estás consumiendo.
Ya no tienes alegrías,
cada vez son más los sufrimientos,
por mucho que te digan
las palabras se las lleva el viento.
Di no a la droga
porque la droga no te conviene,
al ser aliada tuya
nada ves, nada oyes, nada tienes.
UN RANCHO Y UN LUCERO
Un día -¡primero Dios!-
has de quererme un poquito.
Yo levantaré el ranchito
en que vivamos los dos.
¿Que más pedir? Con tu amor,
mi rancho, un árbol, un perro,
y enfrente el cielo y el cerro
y el cafetalito en flor...
Y entre aroma de saúcos,
un zenzontle que cantará
y una poza que copiará
pajaritos y bejucos.
Lo que los pobres queremos,
lo que los pobres amamos,
eso que tanto adoramos
porque es lo que no tenemos...
Con sólo eso, vida mía;
con sólo eso:
con mi verso, con tu beso,
lo demás nos sobraría...
Porque no hay nada mejor
que un monte, un rancho, un lucero,
cuando se tiene un "Te quiero"
y huele a sendas en flor...
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