24 Poemas de libertad 

Libre es el mar....

Enviado por mayte78  Seguir

Mira... que feliz es el mar,
bajo su cielo de estrellas,
igual se siente mi cuerpo,
cuando navego por ella.

Libre es el mar,
de aguas cristalinas,
de reflejos azules,
con aguas coralinas.

Libre mi cuerpo,
besando el mar,
libre es el cielo ,
en libertad.....

Libre mi risa... libre mis besos,
libre mis sueños, en libertad,
libre mis brazos, entre las olas,
de espuma blanca, en libertad.


Libre mi cuerpo besando el mar,
libre mis sueños,.... en libertad.


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LA LIBERTAD EXISTE

¿Sabes que la libertad existe
en los libros escolares?

¿Sabes que hombres locos están
dirigiendo nuestras prisiones?

En una cárcel, en un presidio
en un blanco y libre
remolino protestante.

Estamos colgados cabeza abajo
al borde del aburrimiento.

Estamos alcanzando la muerte
en el final de una vela.

Estamos intentando conseguir algo
que ya nos ha encontrado.

Autor del poema: Jim Morrison

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La Caracola

Enviado por mayte78  Seguir

Una niña enamorada,
de la música del mar,
escuchó una Caracola,
y se puso a soñar.

Soñaba... que era Sirena,
y navegaba por la mar,
con sus versos de agua,
de amor, y de libertad.

La niña enamorada,
envueltas en olas de sal,
ha visto nuestra bahía,
y en ella, se va ha quedar.

Escuchando la Caracola,
y a la música del mar,
con aires de libertad.







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NO ME GUSTAN

No me gustan las personas que se ocultan detrás de su cara.
Sobre alfombras de relojes corren guiados por un perro ciego.
Quiero saberlo todo, crear sin cesar, vivir en paz.
Quiero perder el nombre, la edad, las definiciones.
Quiero que mi piel sea multicolor y mis palabras balazos de azúcar.
Quiero ser invisible, para que mi sombra cese de sufrir.
No me gustan las personas que se ocultan detrás de su cara.

Autor del poema: Alejandro Jodorowsky

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NI UN PASO ATRÁS

Árbol de luna que obedece al clima
un sistema de nocturnidad,
no permitas que el murciélago te oprima.
Ni un paso atrás.

No permitas que el largo regimiento
de los años de crimen pertinaz,
te toque el hombro con el pensamiento.
Ni un paso atrás.

Que la alta flor que de tus ramas brota
en este chapuzón de libertad,
no pierda en miel ni la más breve gota.
Ni un paso atrás.

Ni un paso atrás, soldados y civiles
hermanados de pronto en la verdad.
La vida es una sobre los fusiles,
que no hay trincheras para los reptiles,
de malos nuestros a extranjeros viles.
Ni un paso atrás.

La libertad como un antiguo espejo
roto en la luz, se multiplica más,
y cada vez que un trozo da un reflejo
el tiempo nuevo le repite al viejo:
Ni un paso atrás.

Ni un paso atrás, ni un paso atrás,
ni un paso de retorno al ayer, ni la mitad
de un paso en el sentido del ocaso,
ni un paso atrás.

Que en la lucha del pueblo se confirme,
-sangre y sudor- la nacionalidad.
Y pecho al plomo y la conciencia en firme.
Y en cada corazón... ni un paso atrás.

Autor del poema: Pedro Mir

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PÁJARO ENJAULADO

El pájaro libre salta
al lomo del viento
y flota viento abajo
hasta que cesa la corriente;
moja sus alas
en el naranja de los rayos de sol
y osa reclamar el cielo.

Pero un pájaro que acecha
en su jaula angosta
apenas puede ver tras
las rejas de rabia
sus alas están contraídas y
sus pies atados luego,
abre la garganta para cantar.

El pájaro enjaulado canta
un temeroso trino
sobre algo desconocido
mas ansiado aún
y desde la lejana colina
se escucha la melodía
pues el pájaro enjaulado
canta a la libertad.

El pájaro libre imagina otra brisa
y tenues vientos alisios
entre árboles anhelantes
y los gruesos gusanos que aguardan
en el pasto iluminado de alba
y designa al cielo como suyo.
Pero un pájaro enjaulado permanece
inmóvil sobre la tumba de los sueños
grita su sombra en el clamor de una pesadilla
sus alas están contraídas y sus pies atados luego,
abre la garganta para cantar.

El pájaro enjaulado canta
un temeroso trino
sobre algo desconocido
mas ansiado aún
y desde la lejana colina
se escucha la melodía
pues el pájaro enjaulado
canta a la libertad.

Autor del poema: Maya Angelou

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AFUERA DE LA TRAMPA

Dejadme por favor vivir mi vida,
amándola,
mordiéndola,
quitándole el veneno,
limpiándola.
Dejadme que me salve o me condene,
dejadme que vomite,
que sangre,
que sonría,
que cante por el fin de tanta guerra,
que llore por la guerra de los fines.
Dejadme que en silencio
escriba en vuestra culpa una sentencia,
que borre la sentencia de la culpa.
Dejadme que me hunda,
que gima,
que flote en lo intermedio,
que sueñe,
que pueda en una esquina
pisar un alacrán inofensivo.
Dejadme cuantas veces
firmar cada recado sin mi nombre,
dejad que me equivoque,
Dejadme cuantas veces
firmar cada recado sin mi nombre,
dejad que me equivoque,
que llame con maldad al bueno malo.
dejadme simplemente
que cuente por decenas,
qué coma con la izquierda,
que te ame sin remedio.
Dejadme por favor vivir mi vida,
que escape,
que reniegue,
que grite por las lluvias que se enlodan,
que ría por el lodo que se enlluvia.
dejad, pero dejad
afuera de la trampa mi cabeza.

Autor del poema: Violeta Luna

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LIBERTAD

En mis cuadernos de escolar
en mi pupitre en los árboles
en la arena y en la nieve
escribo tu nombre.
En las páginas leídas
en las páginas vírgenes
en la piedra la sangre y las cenizas
escribo tu nombre.

En las imágenes doradas
en las armas del soldado
en la corona de los reyes
escribo tu nombre.

En la selva y el desierto
en los nidos en las emboscadas
en el eco de mi infancia
escribo tu nombre.

En las maravillas nocturnas
en el pan blanco cotidiano
en las estaciones enamoradas
escribo tu nombre.

En mis trapos azules
en el estanque de sol enmohecido
en el lago de viviente lunas
escribo tu nombre.

En los campos en el horizonte
en las alas de los pájaros
en el molino de las sombras
escribo tu nombre.

En cada suspiro de la aurora
en el mar en los barcos
en la montaña desafiante
escribo tu nombre.

En la espuma de las nubes
en el sudor de las tempestades
en la lluvia menuda y fatigante
escribo tu nombre.

En las formas resplandecientes
en las campanas de colores
en la verdad física.
escribo tu nombre.

En los senderos despiertos
en los caminos desplegados
en las plazas desbordantes
escribo tu nombre.

En la lámpara que se enciende
en la lámpara que se extingue
en la casa de mis hermanos
escribo tu nombre.

En el fruto en dos cortado
en el espejo de mi cuarto
en la concha vacía de mi lecho
escribo tu nombre.

En mi perro glotón y tierno
en sus orejas levantadas
en su patita coja
escribo tu nombre.

En el quicio de mi puerta
en los objetos familiares
en la llama de fuego bendecida
escribo tu nombre.

En la carne que me es dada
en la frente de mis amigos
en cada mano que se tiende
escribo tu nombre.

En la vitrina de las sorpresas
en los labios displicentes
más allá del silencio
escribo tu nombre.

En mis refugios destruidos
en mis faros sin luz
en el muro de mi tedio
escribo tu nombre.

En la ausencia sin deseo
en la soledad desnuda
en las escalinatas de la muerte
escribo tu nombre.

En la salud reencontrada
en el riesgo desaparecido
en la esperanza sin recuerdo
escribo tu nombre.

Y por el poder de una palabra
vuelvo a vivir
nací para conocerte
para cantarte
Libertad

Autor del poema: Paul Éluard

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POEMA A HACHAZOS

Los déspotas nos atan los pies y las manos
y traban nuestros dientes con alambre
porque los impotentes sienten miedo de la palabra.
Con nosotros barren el suelo de las ciudades,
entaponan las letrinas y nos sumergen en las cloacas.
Pero este será el año de los grandes milagros.

Porque la libertad no está en la letra de imprenta,
ni nace de diez bandidos que discuten en una mesa,
ni viene de los carneros que mugen en el Parlamento.
Libertad: esa palabra se aferra muy dura a nuestras con
ciencias.

He aquí que un pobre roe su pan seco,
he aquí que una niña no sacia su escondido deseo,
he aquí que muere de cólera un obrero,
un sacerdote, un reportero.
Pero arriba danza ebrio el dinero
¡y he ahí la otra cara de la moneda!

“Nosotros llegamos siempre tarde. Estamos tarde.Morimos tarde.”
Decid si no será esto cochino.
Pero una gran alba se abre en nuestro camino
porque Dios se prepara a bajar a media calle.
Dios, que por fin se ha puesto caites.

El pan que no comemos se pudre en lejanos armarios
y el vino hierve en las cráteras lejanas.
Un beso, un solo beso de la mujer amada
buscadlo ahí donde la tierra se ha hecho pedazos.

Para alcanzar la dicha siempre nos hace falta una pulgada
y está la culpa en nuestra medrosa mirada,
en el barniz que engaña a nuestro tacto,
en los vergeles donde se embriaga el olfato.

La culpa es de nuestros puercos sentidos,
desde que nos hizo saber el señor Ministro
que dos más dos son igual a cinco;
por fin sabemos que dos más dos son cuatro.

Cuando bajen al pueblo estas simples verdades
el mundo ha de tornarse súbitamente claro
como un cuchillo volado por el aire
en pleno día, sobre los duros escenarios.

Autor del poema: Manolo Cuadra

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LA NUBE

¿Qué te acongoja mientras que sube
del horizonte del mar la nube,
negro capuz?
Tendrán por ella frescura el cielo,
pureza el aire, verdor el suelo,
matiz la luna.
No tiembles. Deja que el viento amague
y el trueno asorde y el rayo estrague
campo y ciudad;
tales rigores no han de ser vanos...
¡Los pueblos hacen con rojas manos
la Libertad!

Autor del poema: Salvador Díaz Mirón

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