126 Sonetos
EVOCACIÓN
Hoy sé que los quebrados son olivos
cercados en el área de la escuela.
Hoy sé que llevan remo y blanca vela
los amados balandros adjetivos.
Hoy sé que aquellos tiempos están vivos,
que cada asignatura es centinela
que vigila un recuerdo y lo revela
con gesto y con presencia redivivos.
Me encontré solitario, inerte, ciego,
sin risueño pasado, sin el juego
alegre entre los vientos del verano,
y yo busqué en los álamos mi vida
y al no encontrarla la creí perdida,
y estaba aquí, al alcance de la mano.
ALGUNA VEZ TE ALCANZARÁ EL SONIDO
Alguna vez te alcanzará el sonido
de mi apagado nombre, y nuevamente
algo en tu ser me sentirá presente:
más no tu corazón; sólo tu oído.
Una pausa en la música sin ruido
de tu luz ignorada, inútilmente
ha de querer salvar mi afán doliente
de la amorosa cárcel de tu olvido.
Ningún recuerdo quedará en tu vida
de lo que fuera breve semejanza
de tu sueño y mi nombre y la belleza.
Porque en tu amor no alentará la herida
sino la cicatriz, y tu esperanza
no querrá saber más de mi tristeza.
Canto de un pájaro
Enviado por joanpined2020 Seguir
El canto de un pájaro, es de escuchar
muy atento, pues dice la verdad
sin ningún miramiento, y sin maldad
lo que siento, en quererse y en amar.
Es tan simple la verdad, en cantar
por la vida dulce y mía, heredad
que me has brindado, y más agradecido,
estoy muy fascinado, la verdad
de las verdades, muy enloquecido
manicomio de ternuras aladas
que hemos furiosamente compartido
las ganas, sin pretender, un gemido
que del todo, no es malo, ser amado
como he sido, y también muy comprendido.
RUEGO
Déjame reposar en tu regazo
el corazón, donde se encuentra impreso
el cálido perfume de tu beso
y la presión de tu primer abrazo.
Caí del mal en el potente lazo,
pero a tu lado en libertad regreso,
como retorna un día el cisne preso
al blando nido del natal ribazo.
Quiero en ti recobrar perdida calma
y rendirme en tus labios carmesíes,
o al extasiarme en tus pupilas bellas,
sentir en las tinieblas de mi alma
como vago perfume de alelíes,
como cercana irradiación de estrellas.
A TU VOZ
Erígese tu voz en mis sentidos
tornándose en mi cuerpo sueño helado,
y me miro entre espejos congelado,
y mis labios en sombra doloridos.
Cuando hablo, mi dolor a ti se vierte,
cálida flor de ceniciento aroma,
y tu voz a mis labios ya no asoma
sino en duro temor de viva muerte.
Porque tu sueño en mí su voz levanta,
y enemigo de luz y de sonido
destroza la palabra en mi garganta;
así al fin en tinieblas alojado,
ciego de ti, tal un árbol vencido
flota mi cuerpo entre tu voz ahogado.
PROBLEMA
Por si al cabo lo cierto no barruntas
Y dudando hasta el fin, no das en bola,
Hacerle quiero a tu problema gola,
Dándoles solución a tus preguntas.
Ya miro ciertas frentes cejijuntas,
Porque los sabios de capuz y estola,
Temen que el sonetillo tenga cola,
Rubicundo color, puntos... y puntas.
Que este bregar no es vida, ¿quién lo niega?
Siempre de mingo la virtud, y ufana
La iniquidad que triunfa en la refriega.
¿Y al morir? ¡Pues mejor! Si no se gana,
Y San Pedro a coristas nos agrega,
Salimos de esta noches toledana.
INTERMEZZO
La seda de tus lánguidas pestañas
a proteger tus ojos descendía,
ante la encantadora bicromía,
de las aristocráticas arañas.
Un solemne mutismo de campañas
al Vesper, nuestras almas invadía;
y, de súbito, habló la melodía
con un dulzor de pastoriles cañas…
Para escucharla, se detuvo el viento…
a la maga caricia de su acento,
vibró tu carne de escultura, viva;
la noche se durmió en tu cabellera
y, besando las lilas de tu ojera,
se perfumó una lágrima furtiva…
VOCES HERÁLDICAS
La gran multifonía de las locas Trompetas
y las risas fragantes y las fragantes prosas…
Junto a mármoles jonios, en las almenas quietas,
las buenas princesitas de los cuentos de rosas.
En el palacio armónico de ojivas y glorietas,
Nuestro Señor el Arte con las pompas suntuosas
de aquel muy siglo heroico de melenas inquietas
y de la plata vieja de las barbas undosas…
Y ante el trono florido, las doradas bandejas
con perfumes que evocan las antiguas consejas,
mientras, bajo los palios, las emociones raras
van desfilando una tras otra… El estandarte
de los viejos Heraldos anuncia que es el Arte
que pasa en la áurea carne de las estrofas claras…!
LA FLOR DEL FRUTO
En el silencio de las flores se halla
un sacro amor que al porvenir inmuta:
el ser es fin para la propia ruta,
si hay una gracia que perfuma y calla.
La sangre dulce que en la lengua estalla,
al oprimir la carne de una fruta
es la palabra viva y absoluta
en que cada árbol su virtud ensaya.
El hombre es árbol místico y apenas
comprende espacio y tiempo si se vierte
en flor de su alma y fruto de sus venas;
porque en su doble esencia inconfundida,
sacan miel las abejas de la muerte
y perfume las rosas de la vida.
EMOCIÓN VESPERAL
Hay tardes en las que uno desearía
embarcarse y partir sin rumbo cierto,
y, silenciosamente, de algún puerto,
irse alejando mientras muere el día;
Emprender una larga travesía
y perderse después en un desierto
y misterioso mar, no descubierto
por ningún navegante todavía.
Aunque uno sepa que hasta los remotos
confines de los piélagos ignotos
le seguirá el cortejo de sus penas,
y que, al desvanecerse el espejismo,
desde las glaucas ondas del abismo
le tentarán las últimas sirenas.
Desde el 1 hasta el 10 de un total de 126 Sonetos