49 Poemas de flores
CON UNA FLOR EN LA MANO
Supe que nada se sabe
y no se que es lo que supe
si volar es irse abajo
o si cae aquel que sube
me fui mas allá del hombre
casi a la altura del niño
pero no pude encontrarlo
por eso vuelvo contigo
mas no importa lo que digo
si la historia es una sola
Hay medio mundo esperando
con una flor en la mano
y la otra mitad del mundo
por esa flor esperando
Y por todas esas cosas
es que regreso contigo
madre que me has enseñado
que es un circulo el camino
y solo el que va muy lejos
puede encontrar su destino
es decir lo que esta cerca
o el lugar donde a partido
mas no importa lo que digo
si la historia es una sola
Hay medio mundo esperando
con una flor en la mano
y la otra mitad del mundo
por esa flor esperando.
QUE EL CLAVEL Y LA ROSA
Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
El clavel, lindo en color,
y la rosa todo amor;
el jazmín de honesto olor,
la azucena religiosa,
¿Cuál es la más hermosa?
La violeta enamorada,
la retama encaramada,
la madreselva mezclada,
la flor de lino celosa.
¿Cuál es la más hermosa?
Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
Tos nacarada
Si él pudiese leerlo.
Me siento como una flor dispuesta a ser prensada entre los pliegues de un libro. Como un trébol de la suerte encerrado en las puntas de un asterisco.
Señuelos brillantes como residuos de una marquesina goteante.
El botón late, se expande dentro del agua caliente, y en sus cuatro corazones entran trozos de canela. Talco, polvo de arroz golpeando los pulmones plumas barnizadas deslizándose entre las venas.
Y el cabello se agita, barre el aire llevando negrura a la boca dolorida. Una sola cinta recorre hasta la mitad el circulo pequeño que indica un encendido. Los colores galácticos de la regla rosa giran sobre el calendario, los cuadros, celdas de los días se van tachando. Una manta cubre las semanas.
Los zapatos sin ser usados lamen el suelo maderil, resignados con sus cintas semi mugrientas. Descansan uno sobre otro. Es un invernadero, pero la flor fallece.
SOY ESA FLOR
Tu vida es un gran río, va caudalosamente.
A su orilla, invisible, yo broto dulcemente.
Soy esa flor perdida entre juncos y achiras
que piadoso alimentas, pero acaso ni miras.
Cuando creces, me arrastras y me muero en tu seno;
cuando secas, me muero poco a poco en el cieno;
pero de nuevo vuelvo a brotar dulcemente
cuando en los días bellos vas caudalosamente.
Soy esa flor perdida que brota en tus riberas
humilde y silenciosa todas las primaveras.
LA MAGNOLIA
En el bosque, de aromas y de músicas lleno,
la magnolia florece delicada y ligera,
cual vellón que en las zarpas enredado estuviera,
o cual copo de espuma sobre lago sereno.
Es un ánfora digna de un artífice heleno,
un marmóreo prodigio de la Clásica Era:
y destaca su fina redondez a manera
de una dama que luce descotado su seno.
No se sabe si es perla, ni se sabe si es llanto.
Hay entre ella y la luna cierta historia de encanto,
en la que una paloma pierde acaso la vida:
porque es pura y es blanca y es graciosa y es leve,
como un rayo de luna que se cuaja en la nieve,
o como una paloma que se queda dormida.
ENTONCES SE ENVIABAN SUSPIROS EN LAS ROSAS
Entonces se enviaban suspiros en las rosas,
besos-palomas de balcón a balcón.
Pero la sucia noche revolvía alfileres,
sábanas, rezos, cruces, luto de amor.
Caras agrias, en sombra, el deseo encendió.
(Cuántos hijos tirados en paredes,
pañuelos, muslos, manos, por Dios!)
muro de agua, la angustia, se levantó.
Humo rojo en mis venas. Transfigurado cielo.
De polvo a polvo soy.
A LAS FLORES
Éstas que fueron pompa y alegría
despertando al albor de la mañana,
a la tarde serán lástima vana
durmiendo en brazos de la noche fría.
Este matiz que al cielo desafía,
Iris listado de oro, nieve y grana,
será escarmiento de la vida humana:
¡tanto se emprende en término de un día!
A florecer las rosas madrugaron,
y para envejecerse florecieron:
cuna y sepulcro en un botón hallaron.
Tales los hombres sus fortunas vieron:
en un día nacieron y espiraron;
que pasados los siglos, horas fueron.
PERFECCIÓN FUGAZ
Pinté el tallo,
luego el cáliz,
después la corola
pétalo por pétalo,
y,
al terminar mi rosa,
la induje
a soñar su aroma.
¡Hice la rosa perfecta!
Tan perfecta,
que al día siguiente
cuando fui a mirarla,
ya estaba muerta.
XIX
¿Cómo vive esa rosa que has prendido
junto a tu corazón?
Nunca hasta ahora contemplé en el mundo
junto al volcán la flor.
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