51 Poemas de flores
ORQUÍDEA
Flor que promete al tacto una caricia
más que el otoño de un perfume, suave
y que, pensada en flor, termina en ave
porque su muerte es vuelo que se inicia.
Párpado con que el trópico precave
de su luz interior la ardua delicia,
música inmóvil, flámula en primicia,
aurora vegetal, estrella grave.
Remordimiento de la primavera,
conciencia del color, pausa del clima,
gracia que en desmentirse persevera,
¿por qué te pido un alma verdadera
si la sola fragancia que te anima
es, orquídea, el temor de ser sincera?
RONDO GALANTE
Tus pupilas me recuerdan esas mañanas tranquilas
Que hacen pensar en el valle primaveral del Edén.
Tus ojeras me recuerdan el perfume de las lilas y los
valses de Chopin...
Siempre tendrás el encanto de una heroína de Poe en el
platino de una velada sentimental.
Cuando tus manos divinas loe el laúd y el oboe
Como en el tiempo feudal.
Por la esmeralda apacible de un retiro que te nombra
Paseas como Malvina por el poema de Ossián,
Los almendros florecidos te dan la mullida alfombra
De las hurís del Korán.
Los lirios del monte riman con tu frente sin perfidias
Cuando sales a caballo como la hija de Thor,
Y son tus labios sinuosos como trazados por Lidias
Una romántica flor.
QUE EL CLAVEL Y LA ROSA
Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
El clavel, lindo en color,
y la rosa todo amor;
el jazmín de honesto olor,
la azucena religiosa,
¿Cuál es la más hermosa?
La violeta enamorada,
la retama encaramada,
la madreselva mezclada,
la flor de lino celosa.
¿Cuál es la más hermosa?
Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
POUR TOI
Estoy de ti florecido
como los tiestos de rosas,
estoy de ti floreciendo
de tus cosas…
Menudo limo de amores
abona mis noches tuyas
y me florecen de sueños
como los cielos de luna…
Como tú mido los pasos
y la distancia es más corta,
hablo en tu idioma de amor
y me comprenden las rosas…
Es que ya estoy florecido.
Es que ya estoy floreciendo
de tus cosas.
SOY ESA FLOR
Tu vida es un gran río, va caudalosamente.
A su orilla, invisible, yo broto dulcemente.
Soy esa flor perdida entre juncos y achiras
que piadoso alimentas, pero acaso ni miras.
Cuando creces, me arrastras y me muero en tu seno;
cuando secas, me muero poco a poco en el cieno;
pero de nuevo vuelvo a brotar dulcemente
cuando en los días bellos vas caudalosamente.
Soy esa flor perdida que brota en tus riberas
humilde y silenciosa todas las primaveras.
LA MAGNOLIA
En el bosque, de aromas y de músicas lleno,
la magnolia florece delicada y ligera,
cual vellón que en las zarpas enredado estuviera,
o cual copo de espuma sobre lago sereno.
Es un ánfora digna de un artífice heleno,
un marmóreo prodigio de la Clásica Era:
y destaca su fina redondez a manera
de una dama que luce descotado su seno.
No se sabe si es perla, ni se sabe si es llanto.
Hay entre ella y la luna cierta historia de encanto,
en la que una paloma pierde acaso la vida:
porque es pura y es blanca y es graciosa y es leve,
como un rayo de luna que se cuaja en la nieve,
o como una paloma que se queda dormida.
CON UNA FLOR EN LA MANO
Supe que nada se sabe
y no se que es lo que supe
si volar es irse abajo
o si cae aquel que sube
me fui mas allá del hombre
casi a la altura del niño
pero no pude encontrarlo
por eso vuelvo contigo
mas no importa lo que digo
si la historia es una sola
Hay medio mundo esperando
con una flor en la mano
y la otra mitad del mundo
por esa flor esperando
Y por todas esas cosas
es que regreso contigo
madre que me has enseñado
que es un circulo el camino
y solo el que va muy lejos
puede encontrar su destino
es decir lo que esta cerca
o el lugar donde a partido
mas no importa lo que digo
si la historia es una sola
Hay medio mundo esperando
con una flor en la mano
y la otra mitad del mundo
por esa flor esperando.
A LAS FLORES
Éstas que fueron pompa y alegría
despertando al albor de la mañana,
a la tarde serán lástima vana
durmiendo en brazos de la noche fría.
Este matiz que al cielo desafía,
Iris listado de oro, nieve y grana,
será escarmiento de la vida humana:
¡tanto se emprende en término de un día!
A florecer las rosas madrugaron,
y para envejecerse florecieron:
cuna y sepulcro en un botón hallaron.
Tales los hombres sus fortunas vieron:
en un día nacieron y espiraron;
que pasados los siglos, horas fueron.
¿QUÉ HE SACADO CON QUERERTE?
¿Qué he sacado con la luna
que los dos miramos juntos?
¿Qué he sacado con los nombres
estampados en el muro?
Como cambia el calendario,
cambia todo en este mundo.
¿Qué he sacado con el lirio
que plantamos en el patio?
No era uno el que plantaba,
eran dos enamorados.
Hortelano, tu plantío
con el tiempo no ha cambiado.
¿Qué he sacado con la sombra
del aromo por testigo,
y los cuatro pies marcados
en la orilla del camino?
¿Qué he sacado con quererte,
clavelito florecido?
Aquí está la misma luna
y en el patio el blanco lirio,
los dos nombres en el muro
y tu rastro en el camino.
Pero tú, palomo ingrato
ya no arrullas en mi nido.
FLORES
Mi corazón fue un vaso de alabastro
donde creció, fragante y solitaria,
bajo el fulgor purísimo de un astro
una azucena blanca: la plegaria.
Marchita ya esa flor de suave aroma,
cual virgen consumida por la anemia,
hoy en mi corazón su tallo asoma
una adelfa purpúrea: la blasfemia.
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