16 Poemas de felicidad
LLEGASTE
Da igual la fecha que el calendario marcaba,
si era de noche o de día
da igual quién me acompañaba
o el lugar al que me dirigía.
Llegaste
y del techo florecieron piedades y futuros posibles,
y las estatuas pasearon lejos de sus parques,
y los misterios fueron anécdotas y los caminos toboganes,
y mis recuerdos se olvidaron hasta de ellos mismos.
Y el viento trajo certezas que hicieron enmudecer a maestros,
y los oros se rompieron como pan en miga,
y el verdor que pareció antaño resucitó a carcajadas,
y mis piernas fueron terremotos y mis manos manantiales.
Y de las nubes llovieron júbilos y vacaciones,
y los peces empezaron a hablar de su pasado,
y hasta el bosque se enteró de la noticia,
y mi corazón ganó todas las carreras.
Llegaste
y yo me convertí en el nieto de la luz.
NO SOY DE AQUÍ, NI SOY DE ALLÁ
Me gusta el sol y la mujer cuando llora
las golondrinas y también las señoras
saltar balcones y abrir las ventanas
y las muchachas en abril.
Me gusta el vino tanto como las flores
y los amantes, pero no los señores
me encanta ser amigo de los ladrones
y las canciones en francés.
No soy de aquí, ni soy de allá
no tengo edad, ni porvenir
y ser feliz es mi color
de identidad.
Me gusta estar tirado siempre en la arena
o en bicicleta perseguir a Manuela
con todo el tiempo para ver las estrellas
con la María en el trigal.
No soy de aquí, ni soy de allá
no tengo edad, ni porvenir
y ser feliz es mi color
de identidad.
Felicidad
Enviado por lalo_schuldiner Seguir
La felicidad es efimera
Felicidad para el ser que razona
Que interpreta las cosas nuevas
Como algo para toda la vida.
UN MOMENTO DE FELICIDAD
Un momento de felicidad,
tú y yo sentados en la varanda,
aparentemente dos, pero uno en alma, tú y yo.
sentimos el Agua de Vida que fluye aquí,
tú y yo, con la belleza del jardín
y el canto de las aves.
Las estrellas nos mirarán,
y les mostraremos
lo que es ser una fina luna creciente.
Tú y yo fuera de nosotros mismos, estaremos juntos,
indiferentes a conjeturas inútiles, tú y yo.
Los papagayos del paraíso harán el azúcar crujir
mientras reímos juntos tú yo.
de una forma en este mundo,
y de otra en una dulce tierra sin tiempo.
SOLAMENTE ÉL
Solamente él,
El Dador de la Vida.
Vana sabiduría tenía yo,
¿Acaso alguien no lo sabía?
¿Acaso alguien?
No tenía yo contento al lado de la gente.
Realidades preciosas hacer llover,
De ti proviene tu felicidad,
¡Dador de la vida!
Olorosas flores, flores preciosas,
Con ansia yo las deseaba,
Vana sabiduría tenía yo…
FELICIDAD
Tan temprano que casi está oscuro todavía.
Me acerco a la ventana con una taza de café
y el atasco de siempre a estas horas de la mañana
en la cabeza.
Veo entonces al chico y a su amigo
calle arriba
repartiendo el periódico.
Llevan gorras y sudaderas,
uno de ellos con una bolsa al hombro.
Son tan felices
que no se dicen nada, estos chicos.
Creo que si pudieran, se cogerían
del brazo.
Es temprano por la mañana
y están haciendo esto juntos.
Se acercan, despacio.
El cielo empieza a cubrirse de luz,
aunque todavía cuelga pálida la luna sobre el agua.
Tanta belleza que, durante un instante,
la muerte o la ambición, incluso el amor,
no tienen cabida aquí.
Felicidad. Llega
de forma inesperada. Y sigue su camino, realmente.
Cualquier madrugada te lo dice.
SI YO PUDIERA MORDER LA TIERRA TODA
Si yo pudiera morder la tierra toda
y sentirle el sabor sería más feliz por un momento...
Pero no siempre quiero ser feliz
es necesario ser de vez en cuando infeliz para poder ser natural...
No todo es días de sol
y la lluvia cuando falta mucho, se pide.
Por eso tomo la infelicidad con la felicidad.
Naturalmente como quien no se extraña
con que existan montañas y planicies y que haya rocas y hierbas...
Lo que es necesario es ser natural y calmado en la felicidad o en la
infelicidad.
Sentir como quien mira. Pensar como quien anda,
y cuando se ha de morir,
Recordar que el día muere y que el poniente
es bello y es bella la noche que queda.
Así es y así sea.
ES INÚTIL BUSCARLO
Es inútil buscarlo. Cuando
menos lo esperas, aparece
en un bar. Y ya nada es
igual en adelante. Un día
tocas los dientes de la gloria,
y al siguiente te rompe
el corazón. O no. O quizás
tienes suerte, y solo
acabas harto de la felicidad.
CAMINA BELLA, COMO LA NOCHE...
Camina bella, como la noche
De climas despejados y de cielos estrellados,
Y todo lo mejor de la oscuridad y de la luz
Resplandece en su aspecto y en sus ojos,
Enriquecida así por esa tierna luz
Que el cielo niega al vulgar día.
Una sombra de más, un rayo de menos,
Hubieran mermado la gracia inefable
Que se agita en cada trenza suya de negro brillo,
O ilumina suavemente su rostro,
Donde dulces pensamientos expresan
Cuán pura, cuán adorable es su morada.
Y en esa mejilla, y sobre esa frente,
Son tan suaves, tan tranquilas, y a la vez elocuentes,
Las sonrisas que vencen, los matices que iluminan
Y hablan de días vividos con felicidad.
Una mente en paz con todo,
¡Un corazón con inocente amor!
HOY ESTOY FELIZ CON LAS SÁBANAS DE LA VIDA
Lavé las sábanas.
Tendí las sábanas y las vi
agitarse y elevarse como gaviotas.
Cuando estuvieron secas las destendí
y hundí mi cabeza en ellas.
Todo el oxígeno de la tierra en ellas.
Todos los pies de todos los bebés del mundo en ellas.
Todos los calzones de todos los ángeles del mundo en ellas.
Todos los besos mañaneros de Filadelfia en ellas.
Todos los juegos de saltar pintados sobre todas las aceras en ellas.
Todos los caballitos hechos de tela en ellas.
Así que esto es la felicidad,
el viajante.
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