45 Poemas largos 

VERSOS PARA MI MADRE

Enviado por beache  Seguir

Quiso el sol alumbrar antiguamente
Más allá de la radiante faz de alguna estrella
Y cuando puso su rayo sobre la Tierra
Encontró que existía una niña muy bella.

Y al recorrer la Tierra toda entera
Al contemplar toda esa gran hermosura
Al besar las flores con su suave caricia
Probó su inmenso dosel de dulzura.

Y al comparar las flores con la niña
Encontró que ninguna era tan bonita
Ni los lirios, las fucsias y alelíes
Y por eso le dio el nombre de Martita.

Y Martita crecía con gran premura
Persiguiendo huidizas mariposas
Ya volando por el aire transparente
O detenidas en la corola de las rosas.

Correteaba por el campo a pie descalzo
Recogía los guijarros del estero
Contemplaba la belleza de la tarde
Y hacía sus quehaceres con esmero.

Hizo de la quinta su jardín de juegos
Conquistó la altura del cerezo y el peral
Gozó la sombra de la palma y el manzano
Danzó al compás de la brisa y del trigal.

Y montaba su caballo siempre brioso
Cuando dejó de ser niña, era chiquilla
Y se iba para el pueblo en un momento
A comprar algún brazier o una pastilla.

Y si alguna pena grande la invadía
Y necesitaba que le dieran buen amparo
O simplemente cuando se sentía triste
se iba a jugar a la fragua de don Genaro.

Hasta que un día de tantos, cualquier día
Seguramente un domingo en la mañana
Vio un muchacho de miel y de apostura
Mientras ella observaba en la ventana.

Y llegó el amor con su tremendo encanto
Llegó el amor con sus dichas y tormentos
Se dedicó a él con todos sus sentidos
Con sus días, sus horas y momentos.

Y al hechizo del amor correspondido
Al inflijo de su fuerza arrolladora
Abandonó su vida lujosa y hogareña
Y siendo casi niña se volvió señora.

Así lo quiso Dios, así debió haber sido
Lo que Dios permite, el hombre no rebate
Aunque todo el mundo se haya opuesto
Y se haya generado un familiar debate.

Quedó en recuerdo la niña nacida en la fortuna
Vivió la pobreza con distinción y con decoro
El mecer de sus brazos reemplazó la cuna
Fueron sus hijos su caud..

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PRINCIPITA

Enviado por beache  Seguir

Más allá de todos nuestros cielos celestes
donde el sol alumbra sobre fondos negridos
vivía una muy hermosa princesita
que pisaba terrenos de campos floridos.

Las princesas nacidas en remotos planetas
templan carácter en horas de soledad
les enseñan preceptores de rostros severos
a amar lo hermoso y hablar con suavidad.

Un día en la mañana en que rezaba
reclinada su alba frente ante el altar
le llegó un refinado mensaje perfumado
envuelto en suspiro de presencia real.

“Yo soy el principito de aquel cuento
que humilde aspira a tener tu amor,
que en medio de un pequeño planeta
cultiva, por ti, la más hermosa flor.

Ven a mí, mi Principita consentida
llega hasta aquí princesita adorada
que lo más que yo quiero en la vida
es que tú seas siempre mi amada.

Iremos juntos por los rumbos siderales,
visitaremos un zorro que vive en desierto,
una serpiente será la amiga más querida,
gozaremos la hierba que crece campo abierto”

Y una tarde la princesa emprendió viaje
¿será que montada en cometa errante vino,
en el inicio de una sonora risa cristalina,
o en el fulgor de un lucero matutino?

Pero, en las enormes distancias que hay en el cielo
la princesita simplemente extravió el camino
no encontró el lugar donde el príncipe esperaba
nunca fue su voluntad, pero así fue su destino.

Posó su pie en un país a la orilla de la tierra
con muchos ríos que van bajando la montaña,
un gran desierto, cordillera, hermosos lagos
Y un mar enorme muy tranquilo que lo baña.

Y desistió de emprender el viaje de regreso
seducida por la gran belleza de un copihue
que la cautivó con su encendido color rojo
mientras colgaba de la rama de un colihue.

Y los mayores le otorgaron bello nombre
que termina e La ENE y comienza con la MAR
seleccionado entre muchos otros nombres
como el más lindo que pudieron encontrar.

Y camina la princesa por lugares de la tierra
sembrando flores muy hermosas por doquier
en sus jardines se ven siempre florecidas
y hay muchas otras esperando florecer.

Un... sigue

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A LA DAMA DE LA TUMBA...

Enviado por beache  Seguir

A LA DAMA DE LA TUMBA DE LA CRUZ VACÍA

Ayer visité el cementerio de mi pueblo
y me detuve en la tumba de la cruz vacía
yo he pasado por allí muchísimas veces
pero nunca la miraba y tampoco la veía.

Hay un nombre de mujer escrito en ella
y con hermosos caracteres en relieve
que se mantienen con el paso de los años
con sus lluvias, temporales y su nieve.

Pero ¿Quién es esa mujer que habita allí?
¿Cuál es la historia de la vida que vivió
habrá quedado en recuerdos del pasado,
quedarán vestigios de la vida que llevó?

¿Disfrutaste el aroma perfumado de las flores
y el zigzagueante volar de bellas mariposas,
admiraste el curvado brillar del arcoíris
y el pálido rosado que pinta algunas rosas?

¿Fuiste parte directa de incontable historia
de pasión desenfrenada, innoble y cruel
escrita en grandes letras de color blanco
sobre un trozo pequeño de blanco papel?

¿Muy radiante en tu vestido de novia
ramo en mano, llegaste hasta el altar
y al soez comentario malintencionado
tu pureza nadie pudo nunca mancillar?

¿Conquistaste el inicio de la aurora,
cultivaste los suspiros viriles a tu paso,
laboraste bajo soles inclementes
cuando vagan caminando hacia su ocaso?

¿Disfrutaste el amor y los placeres,
degustaste el elixir de la dicha
o viviste en continuos padeceres
bajo el lóbrego reinar de la desdicha?

¿Te cruzaste algún día en mi camino
o pasaste simplemente por mi lado
recubierta con un manto de tristeza
caminando con tu paso acompasado?

¿Nos hallamos una tarde frente a frente
Y en tus labios floreció bella sonrisa
Y en pudor ruborizadas tus mejillas
Te escapaste de mi lado a toda prisa?

¿Tu sonrisa acarició algún vagabundo,
repartiste tu sonrisa por el mundo
o tu mano fue esparciendo la cizaña
con acciones de vileza y artimaña?

¿Te entregaste al hombre equivocado
y tu vida se hizo invierno desbocado,
o te diste a quien amaste con pasión
todo henchido de gozo el corazón?

¿Te quedaste dormida un día dulcemente,
te olvidaste despertar sencillamente
o tu vida se ...

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Un recado bien servido

Enviado por oriascos  Seguir

Hablé de ti a mi humilde corazón, Y aunque se negaba a escucharme, decidí hablarle a la fuerza, le dije que eras así como un ángel, así de tierna, así perfecta. Le dije que eras mi sueño más lindo y mi entera devoción… también le advertí que no se fuera a enamorar porque mirar tu rostro era como tener al frente la felicidad… le anticipe que no fuese a pensar que eras una mentira porque te describiría tan bella o tal vez mejor que a una verdad.
En eso me miro escéptico, pues, aun nada creía, entonces le mostré tu nombre grabado en el confín más remoto, de la memoria mía. Por consiguiente, le Dije: descubrí que ella no es hermosa como las rosas, sino que las rosas son hermosas como ella, y aumenté que eras mi insaciable antojo… le dije que tus ojos no son como estrellas sino más bien que las estrellas son bellas, pero solo porque son como tus ojos.
Y fue como si hubiese encontrado su aliciente a lo que le dije que si conocía una perla fina… Entonces ya frecuentaba tus dientes. Le dije además que no sé si lo entendía, pero desde que empecé a leerte a ti, no volví a leer más poesía.
Y para ese entonces mi corazón estaba como un niño en medio de un mundo todo lleno de golosinas.
Y para ese entonces mi corazón estaba como un hombre arrodillado ante una majestuosidad divina.
Y para ese entonces mi corazón por ti ya se aferraba a la vida.

Pues no es casualidad que sea el quién pregunta hoy por ti.
Me dice que te busque y que te encuentre, que jamás sintió un deseo tan intenso y fuerte como el que siente ahora por verte. Que si estar sin ti es vivir; Entonces que mejor prefiere tenerte en un efímero instante, tocarte y más tarde morir, tocarte y más tarde morir, tocarte y más tarde morir…
Porque desde que le hable de ti; ya puede vivir tranquilo.
Porque desde que le hable de ti; lo embriagaba la sangre cuál si fuera vino.
Porque desde que le hable de ti; ya no encuentra otro camino.
En tal caso yo digo a mi corazón amigo, vivimos igual, pues con vehemencia yo la espero.

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LOS PAJARITOS

Enviado por martita  Seguir

Cada año que pasa
Se ven menos pajaritos en el campo
Las mañanas son más tristes
Ya no alegran con su canto.

Las hermosas loicas
Con su pechuga colorada
Los tordos, diucas y zorzales
Se escondieron en los matorrales.

Ya no quedan viejos pellines
Donde los pitíos hacían sus nidos
Tampoco hay torcazas, tortolitas
Los pájaros todos se han ido.

El hombre con su escopeta
El niño con su honda
Los cazan por divertirse
Y hasta destruyen sus nidos

Los pajaritos los creó Dios
Les dio una garganta primorosa
De todas las cosas que cantan
La de los pajaritos es voz hermosa.

El cernícalo, peuco, traro
De los pajaritos son su enemigo
Como también lo son del hombre
Cuando en la siembra le comen el trigo.

Nunca mates un pajarito
A lo mejor tiene un nido
Y si les falta su madre, las crías
Se mueren de hambre y de frío.

Aprende de la naturaleza
Lo más lindo que creó Dios
Donde sin drogas ni borracheras
Sólo alaban al señor.

Ellos comen gusanitos
Y tú puedes observarlos
Ellos corren y luego escuchan
Y así pueden encontrarlos.


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PRINCIPITA

Enviado por beache  Seguir


CONTINUACIÓN
Últimas estrofas del poema enviado anteriormente

Una patria, una canción y una bandera
En que todos los niños la saludan donde va
y de las flores que sus manos cultivaron
las tres más bellas le dan trato de mamá.

Forman el gran caudal de sus amores
su familia, los niños todos y las flores
da al necesitado todo cuanto pueda dar
es reina de la casa, que llamo yo mi hogar.


Bertoldo Herrera Gitterman
03 05 20

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VERSOS PARA MI MADRE

Enviado por beache  Seguir

Continuación
Últimas estrofas del poema ya enviado

Quedó en recuerdo la niña nacida en la fortuna
Vivió la pobreza con distinción y con decoro
El mecer de sus brazos reemplazó la cuna
Fueron sus hijos su caudal y su tesoro.

Y el tiempo fue pasando como pasa siempre
Llegaron los años con eneros y diciembres
Llegaron los hijos, los nietos y bisnietos
Pasaron los otoños, los marzos y noviembres.

Aquí le dejo estos versos señora Martita
Martita querida, mi hermosa mamita
A Dios le pediremos y seguro que escucha
Que viva más de cien años en su tierra bendita.

Bertoldo Herrera Gitterman
01 05 20
Para mi madre, que pronto cumplirá 92 años

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TRIBUTO A LA COCHA

Enviado por martita  Seguir

Eran diez lechoncitos
nacidos de una mamá
elegí para hacer cría
la más chica de la “parvá’”

Apenas tenía seis meses
ya quería ser mamá.
Yo no accedí a su deseo
para que no le pasara na’

Luego pasaron los meses
y nadie la pudo parar
paría al año tres veces,
sus hijos, sabía cuidar

Recibió por nombre Cocha
es golosa, astuta, obediente
y aunque es animal y no habla
ella todas las cosas entiende.

Y como es tan regalona
come sólo lo que le gusta:
leche, frutas, trigo, chancado
y alguna gallina gorda.

Tres meses estuvo perdida
pa’l tiempo de las avellanas
un día saqué noticias
que en un muelle viejo alojaba

Para pillarla durmiendo
me levanté muy temprano,
y al llegar no pudiera verme,
con una vela en la mano.

Llamándola por su nombre,
la traje hasta su chiquero
se me había embarazado
por ahí yo no sé como
y la crianza se ha aumentado.

Dos veces tuvo chanchitos
en una noche de invierno,
se quedó afuera en el potrero
y las crías, del frío, murieron.

Pero ella se reponía
y luego de un par de meses
de nuevo estaba pari’a

Otra vez la atacó un león:
llegó con las piernas heridas.
con mucha penicilina
la Cocha seguía viva,
en su chiquero botada
dos meses a pura comida.

Hasta su quinta, don Ciro
un día debió cortar
porque la Cocha y sus crías
de ahí nadie podía sacar.

Cincuenta y cuatro pariciones
en dieciocho años de vida
entre cinco a doce lechones
eran los que ella tenía.

Por un promedio de siete
cincuenta y cuatro pariciones
dan trescientos setenta y siete
a diez mil, dan cuatro millones.

Feliz hoy la Cocha pasea
por los potreros que quiere,
de vieja, ya no tiene hijos
pero sigue arrogante y fiera.

Y siempre comiendo algo bueno
pues todo se le perdona
y no le teme a la muerte:
ella morirá de vieja.

Los vecinos la conocen
y la conocen sus perros,
si alguno quiere morderla,
mordidos resultarán ellos.

Cuando vienen mis nietos
ella se pone celosa
y se gana por delante
para que vean cuánto vale la cocha

Dios quiera que sea ella
la que primero se muer

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AMOR VERDADERO

Enviado por doblezeroo  Seguir

****

Con el ruido del eclipse
la noche quitó su enagua,
la luna del gran silencio
nuestra azotea palpaba
y mientras cubría tu rostro
el lucero de su andanada
yo te tenía en mis brazos
en el balcón de la playa.

Sobre la arena embestían
los toros bravos del agua
y traernos el océano
sus doce olas de plata
por la pampa de mi pecho
tu mejilla quedó varada.

En el mundo de los sueños
tus dos ojitos nadaban,
la brisa cruzó la costa
como una lengua salada
y el frescor de sus caricias
ponía en tus dos pestañas
la veleta de los trigos
y una sonrisa en mi cara.

¡Que alegría!, ¡que dulzura!
emanaba su joven alma,
mi hijo pequeño dormía
y algo bonito soñaba,
que por eso en mis dos ojos
la ternura vino a la fragua,
que tres meses tienen sus muecas
que sus labios son escarlata
y por su piel de alabastro
mi corazón se derrama.

Yo seguía tarareando
de mi garganta una nana
destrenzando pensamientos
en poesías trenzadas
del amor que llevo dentro
versado en notas doradas
cuando una fugaz estrella
con el polvo de sus alas
vino tras mi sonsonete
al ver como te besaba.

Yo dejé de cantar entonces
todavía lejos del alba
y al morir todas las luces
de neón desordenadas
prendió en toda su grandeza
el fulgor de la vía láctea.

El abrazo de la concha
en mis oídos silbaba,
la luna hecha de papiro
sobre ti se desgranaba
y en ese mismo momento
enmudecieron las arpas
de todos mis pensamientos
abriendo paso a las hadas
de ese paisaje de amor
que inconsciente regalabas,
sumiéndome por completo
en la atmósfera de la playa,
sumergiendo mi universo
en los sueños de tu mirada,
sintiendo el placer de amarte
rodeado de la dulce nada.

*****

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EL REGALO

Quisiera regalarte un pedazo de mi falda,
hoy florecida como la primavera.

Un relámpago de color que detuviera tus ojos en mi talle
-brazo de mar de olas inasibles-

la ebriedad de mis pies frutales
con sus pasos sin tiempo.

La raíz de mi tobillo con su
eterno verdor,

el testimonio de una mirada que te dejara en el espejo
como arquetipo de lo eterno.

La voluble belleza de mi rostro, tan cerca de morir a cada instante
a fuerza de vivir apresurada.

La sombra de mi errante cuerpo
detenida en la propia esquina de tu casa.

Un abejeante sueño de mis pupilas
cuando resbalan hasta tu frente.

La hermosura de mi cara
en una doncellez de celajes.

La ribera de mi aniñada voz con tu sombra de increíble tamaño,
y el ileso lenguaje que no maltrata la palabra.

Mi alborozo de niña que vive el desabrigo
para que tú la cubras con la armadura de tu pecho.

O con la mano aérea del que va de viaje
porque su sangre submarina jamás se detiene.

La fiebre de mis noches con duendes y fantasmas
y la virginal lluvia del río más oculto.

Que a nivel del aire, de la tierra y el fuego,
el vientre como abanico despliega.

La espalda donde bordas tus manos
hinchadas de oleaje, de nubes y de dicha.

La pasión con que te desgarras
en el lecho del mismo torrente inabarcable

como si el mismo corazón se te hiciera líquido
y escapara de tu boca como un mar sediento.

El manojo de mis pies
despiertos andando sobre el césped.

Como si trémulos esperaran la inexpresada cita
donde sólo por el silencio quedaron las cadenas rotas.

Y en tus dedos apresado el apremio de la vida
que en libertad dejó tu sangre,

aunque con su cascada, con su racha,
los árboles del deshielo, algo de ti mismo destrozaran.

La cabellera que brota del aire
en líquidas miniaturas irrompibles

para que tus manos indemnes hagan nido
como en el sexo mismo de una rosa estremecida.

La entraña donde te sumerges como buscando estrellas
o el sabor a polvo que hará fértiles nuestros huesos.

La boca que te muerde
como si paladeara ríos de aromas;

o hincándote los dientes
matizara la vida con la muerte.

El tálamo en que mides mi cintura
en suave supervivencia intransitiva,

en viaje por la espuma difundido
o por la sangre encendida humanizado

el mundo en que vivo
estremecida de gestaciones inagotables.

El minuto que me unge de auroras
o de iridiscencias indescriptibles.

Como si el ritmo de tu efluvio soberano
salvaras el instante de miel inadvertida;

o dejaras en el mágico horizonte de luces apagadas
el tiempo desmedido y remedido.

en que apresados quedaran los sentidos
y al fin ya sin idioma, desnudos totalmente.

Como si ensayando el vuelo se quemaran las alas
o por tener cicatrices se extenuaran los brazos.

La piel que me viste, me contiene y resuma,
la que ata y desata mis ramajes.

La que te abre la blanca residencia de mi cuerpo
y te entrega su más íntimo secreto.

Mi vena, llaga viva, casi quemadura,
huella del fuego que me devora.

El nombre con que te llamo
para que seas el bienvenido.

El rostro que nace con la aurora
y se custodia de ángeles en la noche.

El pecho con que suspiro, el latido,
el tic-tac entrañable que ilumina tu llegada.

La sábana que te envuelve en tus horas de vigilia
y te deja cautivo en él duerme, sueño del amor.

Árbol de mi esqueleto
hasta con sus mínimas bisagras.

El recinto sombrío
de mis fémures extendidos.

La morada de mi cráneo, desgarrado lamento,
pequeña molécula de carne jamás humillada.

El orgullo sostenido de mis huesos
al que hasta con las uñas me aferro.

Mi canto perenne y obstinado
que en morada de lucha y esperanza defiendo.

La intemporal casa
que mi polvo amoroso te va ofreciendo.

El nivel del quebranto
o la herida que conmigo pudo haber terminado.

El llanto que me ha lavado
y que este pequeño cuerpo ha trascendido.

Mi sombra tendida
a merced de tu recuerdo.

Autor del poema: Clementina Suárez

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