20 Poemas vanguardistas
SEÑORA DEL SILENCIO
Señora del Silencio
de la dulce jaula de
tu cuerpo
se alzó
en la sensitiva
noche
un
pájaro veloz
(tierna sobre
el prodigioso rostro de lo oscuro
tu
voz
extiende alas colmadas de
perfume
escoltando de pronto
con soleados
pies
la punzante belleza de la aurora)
ALDEANITA
Aldeanita de seda
ataré mi corazón
como una cinta a tus trenzas
Por que en una mañanita de cartón
(a este bueno aventurero de emociones)
Le diste el vaso de agua de tu cuerpo
y los dos reales de tus ojos nuevos
MASA
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
«¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando «¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...
CUARTO DE LOS ESPEJOS
En esta media noche
con rejas de aire
se ajitan las manos
Donde estará la puerta? Dónde estará la puerta?
y siempre nos damos de bruces
Con los espejos de la vida
Con los espejos de la muerte
ETERNA Juventud Vejez ETERNA
Ser siempre el mismo espejo que le damos la vuelta
se ajitan las manos amarillas
y se pierden las otras manos
y en este todo-nada de espejos
ser de MADERA
y sentir en lo negro
HACHAZOS DE TIEMPO
HA GIRADO...
Ha girado en torno al faro el nimbo de los pájaros azules
en las mitades de la oscuridad taladrando la lejanía de los barcos
y se han caído al agua cual cenizas de arcángeles
Se ha alterado el pan y la flor
En las leproserías yacen como gavillas nuestros amigos
Tú sigues cosiendo sola pensamientos para tu hijo
Solamente el tren arrastra sus vapores
Animal malherido que corre, destripado
COMPAÑERA
Tus dedos sí que sabían peinarse como nadie lo hizo
mejor que los peluqueros expertos de los trasatlánticos
ah y tus sonrisas maravillosas sombrillas para el calor
tu que llevas prendido un cine en la mejilla
... que pena
la lluvia cae desigual como tu nombre.
OBSEQUIO
Cambiaría un tapiz antiguo
que trae
una cesta de sonrisas
con rosas despreocupadas
y paisajes suspendidos del dedo meñique
con ríos bondadosos y cielos palpables
de tus cabellos saldrá agua dulce
y habrá voces de color en la luna
Por sembrar un beso
bajo la alta palmera de una frase tuya
bella
J A R D I N E R A D E M I B E S O
INTRODUCCIÓN A DON QUIJOTE
Trote de caballo ágil y veloz me ha sido la vida
He sabido recorrer todo el mundo
Solamente una muchacha ha sido mi amor
y he dormido hasta muy tarde en las mañanas
El viejo caballo se ha disipado en pedazos
que serán roídos por gusanos y ratones
Mi amor: he aquí la sabiduría que no está en los libros
Quédate callada junto a la mesa y siga cosiendo
Yo te diré lo que te está esperando de ahí en adelante
Siga cosiendo mi pensamiento en un vestido de seda
hasta que te duelan los ojos -y serás novia
hasta que mi pensamiento será libre.
DUDAS
-He sacado el antiguo sueño de la caja como sacas tú el sombrero
cuando te pones el traje de muchos botones
cuando agarras el conejo por las orejas
cuando regresas de cacería
como eliges la flor de la maleza
y al amigo de entre los cortesanos.
Mira lo que me pasó
cuando llegó la noche lentamente como una cucaracha
buena para muchos como remedio, cuando enciendo
en el alma el fuego de los versos
me acosté. El sueño es el jardín preparado para las dudas
no sabes lo que es verdad, lo que no lo es
te parece que es un ladrón y lo fusilas
y después te comunican que ha sido un soldado
así ocurrió conmigo exactamente
por esto te llamé para decirme -sin error
lo que es verdad- lo que no lo es
INSCRIPCIÓN SOBRE UN SEPULCRO
Y sentía tu alma pulcra y triste
como sientes la luna que se desliza calladamente
detrás de los visillos corridos.
Y sentía tu alma pobre y encogida,
como un mendigo, con la mano tendida delante de la puerta,
sin atreverse a llamar y entrar,
y sentía tu alma frágil y humilde
como una lágrima vacilando en el borde de los párpados,
y sentía tu alma ceñida y húmeda por el dolor
como un pañuelo en la mano en el cual gotean lágrimas,
y hoy, cuando mi alma quiere perderse en la noche,
solamente tu recuerdo lo detiene
con invisibles dedos de fantasma
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