10 Poemas de año nuevo 

UN AÑO MÁS

Un año más sus pasos apresura;
un año más nos une y nos separa;
un año más su término declara
y un año más sus límites augura.

Un año más diluye su amargura;
un año más sus dones nos depara;
un año más, que con justicia avara
meció una cuna, abrió una sepultura.

¡Oh! dulce amigo, cuya mano clara
en cifra de cariño y de ternura
la mía tantas veces estrechara!

un año más el vínculo asegura
de su noble amistad, alta y preclara.
¡Dios se lo otorgue lleno de ventura!

Autor del poema: Salvador Novo

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PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO

1.
He decidido que durante todo el año
aparcaré mis vicios en el estante.
Seguiré un camino más piadoso y sobrio
y amaré a mis vecinos como a mí mismo,
excepto los dos o tres de siempre
a los que detesto tanto como ellos me odian.

2.
He decidido que jugar a los naipes es malo,
sobre todo con cartas como las que me suelen tocar.
Puede desplumar una cuenta bancaria sana,
así que renuncio a estos placeres terrenales
excepto —y aquí no veo pecado alguno—
cuando otros reclamen ‘mi presencia’.

3.
He decidido que votos como estos, aunque
formulados con ligereza, son difíciles de mantener.
Por tanto los acometeré poco a poco,
no sea que mis recaídas acaben por hundirme.
Un voto al año me sacará del paso
y comenzaré con el Número Dos.

Autor del poema: Rudyard Kipling

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NO TE RINDAS

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,

No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.

Autor del poema: Mario Benedetti

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SOLO OTRO AÑO

Amigos,
me basta con que sobreviva alguno de vosotros para vivir un año,
sólo otro año
para amar a veinte mujeres
y treinta ciudades.
Un año es suficiente para dar a la idea un cuerpo de azucena,
para que una tierra desconocida albergue a una chica que me lleve al mar
y me entregue, de sus rodillas, la llave de todos los lugares.
Un año es suficiente para vivir toda mi vida
de un tirón,
en un solo beso
o en un disparo
que ponga fin a mis preguntas
y al enigma de los tiempos confusos.

Amigos, no muráis así.
Por favor, no muráis, esperadme otro
año,
sólo otro año.
Tal vez terminemos la charla y el viaje que
hemos iniciado
e intercambiemos ideas caminando por la calle,
sin horario ni banderas.
¿Hemos traicionado a alguien
para tener que llamar país a cada pájaro
y espuma a la tierra que está fuera de la herida,
para que temamos el susurro?
Quizá podamos proteger al lenguaje
de un sentido que no hemos deseado,
de un canto que no hemos entonado
a los sacerdotes...
Amigos, mártires erguidos
en mi lecho... y en la cintura de una chica de la que aún no he gozado
ni he elevado sobre sus piernas mi oración al dios del jazmín...
Dejadme solo un momento.
Tenemos derecho a tomar el café con azúcar, no con sangre,
a escuchar el sonido de nuestras manos llamando a las perdices que nos
lloran, no la caída de las fortalezas.
Tenemos derecho a censar nuestras venas que hierven
con el viento de los deseos crónicos,
a dar las gracias a la pelusa dormida
en el vientre lácteo
y a romper el ritmo de los cánticos piadosos...

Amigos, mártires,
mo muráis antes de pedir perdón a una rosa que no habéis visto,
a un país que no habéis visitado,
a un deseo que no habéis logrado,
a mujeres que no os han colgado en el cuello
el icono del mar
ni el tatuaje del alminar.
No muráis antes de que formulemos la pregunta que no harán los supervivientes:
por qué la tierra se parece a un membrillo,
por qué la mujer se parece a lo que no se asemeja la tierra,
a las privaciones de los enamorados... y a un río de claveles?
¿Por qué me reconocieron
abiertamente cuando morí...
y me negaron
cuando regresé vivo de mi periplo?
Dios mío, mi cadáver me ha guiado
y les ha hecho regresar a mí.
Cual chimenea, lo han alzado entre ellos.

Amigos, mártires,
pensad en mí un poco,
amadme un poco,
no muráis así, por favor, no muráis,
esperadme otro año,
un año,
sólo otro año.
No muráis ahora, no me dejéis,
amadme para que bebamos este cáliz,
para que descubramos que la ola blanca no es una mujer
ni una isla.
¿Qué haré tras vuestra ausencia?
¿Qué haré después del último entierro?
¿Cómo voy a amar la tierra que os arrebata de mi lado
y os oculta del mar?
¿Cómo voy a amar al mar que ahoga a los que rezan
y eleva el alminar?
¿A quién visitaré los sábados por la tarde?
¿Quién abrirá mi corazón a los gatos?
¿A quién dedicaré el panegírico de esta luna agria sobre el Mediterráneo?
¿A quién llevaré las pertenencias de las mujeres pasajeras y seductoras?
¿A quién dejaré este hastío cotidiano?
¿Qué significará mi vida
cuando no tenga más que mi sombra para apoyarse en la pared de mi sombra, tras vuestra ausencia?
¿Quién me conducirá a mi alma
y la convencerá de que se quede conmigo?
No muráis, no muráis así, por favor,
no me arranquéis de la manzana-mujer
para lanzarme al libro de las elegías
y a los ritos de las perseverantes lágrimas.
No poseo mi corazón para lanzarlo sobre vosotros cual saludo,
no poseo mi cuerpo para hacer un nuevo ataúd y un testamento,
no poseo mi voz para atravesar esta calle elevada sobre el fusil.
Tened piedad de mí, amigos,
tened piedad de las madres desconsoladas que buscan otras albórbolas
para celebrar el nacimiento de los espejos en los estallidos de las bombas.
Tened piedad de las paredes que desean la hierba,
de los escritores en las noticias necrológicas,
tened piedad de un pueblo al que hemos prometido el acceso de la rosa por la puerta de las cenizas amargas.
No desaparezcáis ahora, como el poeta en el sombrero del mago.
¿Quién recogerá las rosas de los mártires?
Esperad, amigos, tened piedad de nosotros.
Nuestras ocupaciones no nos permiten buscar tumbas y una elegía
distinta de la anterior.
¡Qué pequeñas son estas rosas!
¡Qué grande es esta sangre!
¡Qué bellos sois, amigos,
cuando violáis la tierra en el milagro del génesis
o descubrís la fuente entre las rocas de las montañas posibles!

Amigos,
me basta con que sobreviva alguno de vosotros para vivir un año,
otro año.
Un año es suficiente para que caminemos juntos,
para que nos colguemos el río en la espalda como los gitanos,
para que destruyamos juntos el último templo
y coloquemos una piedra bajo otra,
para que retornemos al alma de su exilio
cuando marchemos juntos,
cuando declaremos una pequeña huelga de adoración a las imágenes.

Si me abandonáis ahora, amigos,
si partís
para habitar en la nebulosa del cráneo,
no os llamaré, no os haré elegías
ni escribiré una palabra sobre vosotros.

Ahora no puedo hacer elegías a nadie,
ya sea país, cuerpo,
un cuerpo en un disparo
o un obrero en la fábrica de la muerte unificada.
A nadie,
a nadie...
Que este canto sea
el fin de las lágrimas derramadas sobre todos vosotros, amigos traidores,
y una elegía destinada a vosotros.
Por eso...
no muráis, amigos, no muráis ahora.
Ninguna rosa es más cara que la sangre en este desierto.
No tenéis tiempo.
No muráis así, por favor, no muráis,
esperad otro año,
un año.
Me basta con que sobreviva alguno de vosotros para vivir un año,
sólo otro año.
Un año es suficiente para que ame a veinte mujeres
y treinta ciudades.
Un año es suficiente para que acuda junto a mi madre desconsolada
y le grite: alúmbrame de nuevo
para que vea la rosa desde su comienzo
y ame el amor desde su comienzo
hasta los confines del canto.
Sólo otro año.
Un año es suficiente para vivir toda mi vida
de un tirón,
en un solo beso
o en un disparo que ponga fin a mis preguntas.
Sólo otro año,
otro año,
un año...

Autor del poema: Mahmud Darwish

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HAPPY NEW YEAR

Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

Autor del poema: Julio Cortázar

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Año Nuevo

Enviado por penelopo2  Seguir

Y asi se fue. El 17
Bien despedido por cierto
Entre vitel tone sidra y birra
Acabamos medio muertos.
Hoy con el 18 encima
Una nueva esperanza asoma
Espectativas y sueños
Para salir de la "lona"
Si la familia esta unida
Todo anda mejor se sabe
El amor es medicina
Que cura todos los males..
Comencemos año nuevo
Con la fuerza de una roca
Y defendamos con todo
A la familia mas loca.
Feliz año amigos mios
Que todo vaya mejor
Sigamos juntos les pide
Un viejo de corazón
Y seamos un ejemplo
Los peques estan mirando
Y si cometemos errores
(Como dice la gallega)
Vayamos "Recalculando"

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ODA AL PRIMER DÍA DEL AÑO

Lo distinguimos
como
si fuera
un caballito
diferente de todos
los caballos.
Adornamos
su frente
con una cinta,
le ponemos
al cuello cascabeles colorados,
y a medianoche
vamos a recibirlo
como si fuera
explorador que baja de una estrella.

Como el pan se parece
al pan de ayer,
como un anillo a todos los anillos:
los días
parpadean
claros, tintineante, fugitivos,
y se recuestan en la noche oscura.

Veo el último
día
de este
año
en un ferrocarril, hacia las lluvias
del distante archipiélago morado,
y el hombre
de la máquina,
complicada como un reloj del cielo,
agachando los ojos
a la infinita
pauta de los rieles,
a las brillantes manivelas,
a los veloces vínculos del fuego.

Oh conductor de trenes
desbocados
hacia estaciones
negras de la noche.
este final
del año
sin mujer y sin hijos,
no es igual al de ayer, al de mañana?
Desde las vías
y las maestranzas
el primer día, la primera aurora
de un año que comienza
el primer día, la primera aurora
de un año que comienza,
tiene el mismo oxidado
color de tren de hierro:
y saludan
los seres del camino,
las vacas, las aldeas,
en el vapor del alba,
sin saber
que se trata
de la puerta del año,
de un día
sacudido
por campanas,
adornado con plumas y claveles,

La tierra
no lo
sabe:
recibirá
este día
dorado, gris, celeste,
lo extenderá en colinas,
lo mojará con
flechas
de
transparente
lluvia,
y luego
lo enrollará
en su tubo,
lo guardará en la sombra.

Así es, pero
pequeña
puerta de la esperanza,
nuevo día del año,
aunque seas igual
como los panes
a todo pan,
te vamos a vivir de otra manera,
te vamos a comer, a florecer,
a esperar.
Te pondremos
como una torta
en nuestra vida,
te encenderemos
como candelabro,
te beberemos
como
si fueras un topacio.

Día
del año
nuevo,
día eléctrico, fresco,
todas
las hojas salen verdes
del
tronco de tu tiempo.

Corónanos
con
agua,
con jazmines
abiertos,
con todos los aromas
desplegados,
sí,
aunque
sólo
seas
un día,
un pobre
día humano,
tu aureola
palpita
sobre tantos
cansados
corazones,
y eres,
oh día
nuevo,
oh nube venidera,
pan nunca visto,
torre
permanente!

Autor del poema: Pablo Neruda

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¡AH!

¡Ah! ¡Ser como
un niño
el día de Año Nuevo…!

Autor del poema: Kobayashi Issa

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DÍA DE AÑO NUEVO

Día de Año Nuevo,
tanto esperar, ¿y qué?:
Un día más.

Autor del poema: Hôrô

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HAIKU DE AÑO NUEVO

Día de Año Nuevo:
su fin llega también
con campanadas.

Autor del poema: Hakki

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