Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
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Y LA MUERTE NO TENDRÁ SEÑORÍO
Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío.
Y la muerte no tendrá señorío.
Bajo las ondulaciones del mar
los que yacen tendidos no morirán aterrados;
retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden,
amarrados a una rueda, aún no se romperán;
la fe en sus manos se partirá en dos,
y los penetrarán los daños unicornes;
rotos todos los cabos ya no crujirán más;
y la muerte no tendrá señorío.
Y la muerte no tendrá señorío.
Aunque las gaviotas no griten más en su oído
ni las olas estallen ruidosas en las costas;
aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten
ya más la cabeza al golpe de la lluvia;
aunque estén locos y muertos como clavos,
las cabezas de los cadáveres martillearan margaritas;
estallarán al sol hasta que el sol estalle,
y la muerte no tendrá señorío.
EL BESO DEL TIEMPO
Con una reconfortante caricia,
evoco la juventud, la niñez, la despreocupación.
Rememoro los cálidos momentos
de tiempos mejores.
Ésta memoria cuyos recuerdos acechan,
indiferentes a mi deseo,
indiferentes a como soy hoy,
indiferentemente crueles.
Más sin esa carícia,
por mucho que trate de olvidarlos
no consigo recordarlos.
A UNA FLOR INMENSA
Cae la rosa, cae
atravesando el agua,
lenta por el cristal de sombra
en que su tallo ahoga;
desciende imperceptible,
clara, ingrávida, pura
y las olas la cubren, la desnudan,
la vuelven a su aroma,
hácenla navegante por la savia
que de la tierra nace
y asciende temblorosa,
desborda la ternura de su tacto
en verde prisionero,
y al fin revienta en flor
como el esclavo que de noche sueña
en una luz que rompa
los orígenes de su sueño,
como el desnudo ciervo, cuando la fuente brota,
que moja con su vaho la corriente
destrozando su imagen.
Cae más aún, cae
más allá de su savia,
sobre la losa del sepulcro,
en la mirada de un canario herido
que atreve el último aletazo
para internarse mudo entre las sombras.
Cae sobre mi mano
inclinándose más y más al tacto,
cede a su suavidad de sábana mortuoria
y como un pálido recuerdo
o ángel desalado
pierde una estela de su aroma,
deja una huella pie que no se posa
y yeso que se apaga en el silencio.
AMISTAD
Amigos, familiares, amores, compañeros…
Muchos serán únicamente pasajeros
Igual que unos pocos seguirán tu estela.
Son aquellos que en penumbra se hacen candela
Tirando los cimientos restableciendo sonrisas,
Amor desinteresado que te inunda en sus brisas
Donde un océano en barco… se convertirá en tu vela.
Un acróstico esconde un mensaje que surge al extraer la primera letra de cada verso o línea. En este caso puede leerse "Amistad".
También existen otros poemas en los que el acróstico se forma al extraer la última letra o la letra media de cada verso.
GOTAS
¿Se hieren y se funden?
Acaban de dejar de ser la lluvia.
Traviesas en recreo,
gatitos de un reino transparente,
corren libres por vidrios y barandas,
umbrales de su limbo,
se siguen, se persiguen,
quizá van, de soledad a bodas,
a fundirse y amarse.
Trasueñan otra muerte.
TE DOY UNA CANCIÓN
Cómo gasto papeles recordándote,
cómo me haces hablar en el silencio,
cómo no te me quitas de las ganas
aunque nadie me ve nunca contigo.
Y cómo pasa el tiempo que de pronto son años
sin pasar tú por mí, detenida.
Te doy una canción si abro una puerta
y de las sombras sales tú.
Te doy una canción de madrugada,
cuando más quiero tu luz.
Te doy una canción cuando apareces
el misterio del amor,
y si no lo apareces no me importa:
yo te doy una canción.
Si miro un poco afuera me detengo:
la ciudad se derrumba y yo cantando,
la gente que me odia y que me quiere
no me va a perdonar que me distraiga.
Creen que lo digo todo, que me juego la vida,
porque no te conocen ni te sienten.
Te doy una canción y hago un discurso
sobre mi derecho a hablar.
Te doy una canción con mis dos manos,
con las mismas de matar.
Te doy una canción y digo: “Patria”,
y sigo hablando para ti.
Te doy una canción como un disparo,
como un libro, una palabra, una guerrilla:
como doy el amor.
EL VAPOR
Ahora el vapor está a la orden del día.
¡Todo marcha por su ayuda! ¿Es esto bueno para el mundo?
Para seleccionar bien sobre la tierra donde cualquier cosa abunda,
Haría falta por tanto apurarse, cuando se le de la vuelta
Se vuela a partir de ahora sobre la tierra y sobre las aguas;
Se hace sin pensar en la ida y la vuelta;
Se imita al Sol que, mientras que da su vuelta,
Mide en una noche la celeste bóveda.
Esto solo puede ser bueno en estos tiempos de guerra,
Donde son exterminados esos hombres que recientemente
Marcharon contra la muerte sin reproche y sin miedo.
Si engañando al enemigo por su sutil artimaña,
se rehacen algunos guerreros tanto como se usen,
¡El amor todas las noches marcharía como el vapor!
CUANDO EL PLANETA QUE LAS HORAS MIDE (CANCIONERO)
Cuando el planeta que las horas mide
vuelve de nuevo a reencontrar el Toro,
cae tal virtud de entre sus cuernos de oro
que viste el mundo del color que expide;
no sólo a aquello que a la luz reside,
ribera y monte, da floral decoro,
sino en donde su luz nunca halló foro,
preña el terrestre humor cuanto despide,
y nace fruto o similar vïanda;
así ella en mí, que es sol entre ellas todas,
si de sus ojos lumbre y rayo ofrece,
cría de Amor palabras, versos, odas;
mas, como ella en todos ellos manda,
primavera jamás en mí florece.
EL GALLO
El de la pluma recortada y fina,
del amplio pecho y de la frente enhiesta,
es el gallo,—Tenorio que domina
sobre la blanda y cándida gallina,
—¡Tenorio con estacas y con cresta!
Ese Tenorio que a su Inés adora,
despiértala al rayar de la mañana,
cuando el beso del sol las cumbres dora,—
¡centinela avanzado de la aurora,
primer clarín de la primera diana!
La gallina azorada que despierta,
al soplo ardiente del amor se esponja,
mientras el gallo, con el ojo alerta,
del estrecho corral canta a la puerta;
¡que si el Tenorio es él, ella es la monja!...
AHORA QUE ESTÁS ILUMINADO
Ahora que estás iluminado
hueles tanto, que nunca las más perfectas rosas
supieron hasta dónde llega tu buen olor;
como la Magdalena, tus manos olorosas
ya tocan los fragantes pies de Nuestro Señor,
ahora que que estás iluminado.
Ahora que estás iluminado
es de cielo tu boca, son de gloria tus labios,
pues gustan en la mesa del reino. Tontería
el néctar de los dioses, el vino de los sabios
y las viandas insulsas de la teosofía,
ahora que estás iluminado.
Ahora que estás iluminado
tocas al Que nos toca divinamente. ¡Manos
más dichosas las tuyas!, tus manos tocadoras.
Tocas, estás tocando con tus dedos cercanos,
a Jesús, el Espejo sin mancha de las horas,
ahora que estás iluminado.
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