Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
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ABDALA (Escena tercera)
¡Salud, Abdala!—
¡Salud, nobles guerreros!
Ya la hora
De la lucha sonó: la gente aguarda
Por su noble caudillo: los corceles
Ligeros corren por la extensa plaza:
Arde en los pechos el valor, y bulle
En el alma del pueblo la esperanza:
Si vences, noble jefe, el pueblo nubio
Coronas y laureles te prepara,—
Y si mueres luchando, te concede
La corona del mártir de la patria!—
Revelan los semblantes la alegría:
Brillan al sol las fulgurantes armas,—
Y el deseo de luchar en las facciones
La grandeza, el valor sublimes graban!—
Ni laurel ni coronas necesita
Quien respira valor. Pues amenazan
A Nubia libre, y un tirano quiere
Rendirla a su dominio vil esclava,
Corramos a la lucha y nuestra sangre
Pruebe al conquistador que la derraman
Pechos que son altares de la Nubia,
Brazos que son sus fuertes y murallas!
¡A la guerra, valientes! Del tirano
La sangre corra, y a su empresa osada
De muros sirvan los robustos pechos
Y sea su sangre fuego a nuestra audacia!—
A la guerra! a la guerra! Sea el aplauso
Del vil conquistador que nos ataca,
El son tremendo que al batirlo suenen
Nuestras rudas y audaces cimitarras!
Nunca desmienta su grandeza Nubia!
A la guerra corred! a la batalla!
Y de escudo te sirva ¡oh patria mía!
El bélico valor de nuestras almas!—
(Hacen ademán de partir.)
ALTAZOR (CANTO 3). EL VIAJE EN PARACAÍDAS
Romper las ligaduras de las venas
Los lazos de la respiración y las cadenas
De los ojos senderos de horizontes
Flor proyectada en cielos uniformes
El alma pavimentada de recuerdos
Como estrellas talladas por el viento
El mar es un tejado de botellas
Que en la memoria del marino sueña
Cielo es aquella larga cabellera intacta
Tejida entre manos de aeronauta
Y el avión trae un lenguaje diferente
Para la boca de los cielos de siempre
Cadenas de miradas nos atan a la tierra
Romped romped tantas cadenas
Vuela el primer hombre a iluminar el día
El espacio se quiebra en una herida
Y devuelve la bala al asesino
Eternamente atado al infinito
Cortad todas las amarras
De río mar o de montaña
De espíritu y recuerdo
De ley agonizante y sueño enfermo
Es el mundo que torna y sigue y gira
Es una última pupila
Mañana el campo
Seguirá los galopes del caballo
La flor se comerá a la abeja
Porque el hangar será colmena
El arcoiris se hará pájaro
Y volará a su nido cantando
Los cuervos se harán planetas
Y tendrán plumas de hierba
Hojas serán las plumas entibiadas
Que caerán de sus gargantas
Las miradas serán ríos
Y los ríos heridas en las piernas del vacío
Conducirá el rebaño a su pastor
Para que duerma el día cansado como avión
Y el árbol se posará sobre la tórtola
Mientras las nubes se hacen roca
Porque todo es como es en cada ojo
Dinastía astrológica y efímera
Cayendo de universo en universo
Manicura de la lengua es el poeta
Mas no el mago que apaga y enciende
Palabras estelares y cerezas de adioses
( vagabundos
Muy lejos de las manos de la tierra
Y todo lo que dice es por él inventado
Cosas que pasan fuera del mundo cotidiano
Matemos al poeta que nos tiene saturados
Poesía aún y poesía poesía
Poética poesía poesía
Poesía poética de poético poeta
Poesía
Demasiada poesía
Desde el arcoiris hasta el culo pianista de la
( vecina
Basta señora poesía bambina
Y todavía tiene barrotes en los ojos
El juego es juego y no plegaria infatigable
Sonrisa o risa y no lamparillas de pupila
Que ruedan de la aflicción hasta el océano
Sonrisa y habladurías de estrella tejedora
Sonrisa del cerebro que evoca estrellas muertas
En la mesa mediúmnica de sus irradiaciones
Basta señora arpa de las bellas imágenes
De los furtivos comos iluminados
Otra cosa otra cosa buscamos
Sabemos posar un beso como una mirada
Plantar miradas como árboles
Enjaular árboles como pájaros
Regar pájaros como heliotropos
Tocar un heliotropo como una música
Vaciar una música como un saco
Degollar un saco como un pingüino
Cultivar pingüinos como viñedos
Ordeñar un viñedo como una vaca
Desarbolar vacas como veleros
Peinar un velero como un cometa
Desembarcar cometas como turistas
Embrujar turistas como serpientes
Cosechar serpientes como almendras
Desnudar una almendra como un atleta
Leñar atletas como cipreses
Iluminar cipreses como faroles
Anidar faroles como alondras
Exhalar alondras como suspiros
Bordar suspiros como sedas
Derramar sedas como ríos
Tremolar un río como una bandera
Desplumar una bandera como un gallo
Apagar un gallo como un incendio
Bogar en incendios como en mares
Segar mares como trigales
Repicar trigales como campanas
Desangrar campanas como corderos
Dibujar corderos como sonrisas
Embotellar sonrisas como licores
Engastar licores como alhajas
Electrizar alhajas como crepúsculos
Tripular crepúsculos como navíos
Descalzar un navío como un rey
Colgar reyes como auroras
Crucificar auroras como profetas
Etc. etc. etc.
Basta señor violín hundido en una ola ola
Cotidiana ola de religión miseria
De sueño en sueño posesión de pedrerías
Después del corazón comiendo rosas
Y de las noches del rubí perfecto
El nuevo atleta salta sobre la pista mágica
Jugando con magnéticas palabras
Caldeadas como la tierra cuando va a salir un
( volcán
Lanzando sortilegios de sus frases pájaro
Agoniza el último poeta
Tañen las campanas de los continentes
Muere la luna con su noche a cuestas
El sol se saca del bolsillo el día
Abre los ojos el nuevo paisaje solemne
Y pasa desde la tierra a las constelaciones
El entierro de la poesía
Todas las lenguas están muertas
Muertas en manos del vecino trágico
Hay que resucitar las lenguas
Con sonoras risas
Con vagones de carcajadas
Con cortacircuitos en las frases
Y cataclismo en la gramática
Levántate y anda
Estira las piernas anquilosis salta
Fuegos de risa para el lenguaje tiritando de frío
Gimnasia astral para las lenguas entumecidas
Levántate y anda
Vive vive como un balón de fútbol
Estalla en la boca de diamantes motocicleta
En ebriedad de sus luciérnagas
Vértigo sí de su liberación
Una bella locura en la vida de la palabra
Una bella locura en la zona del lenguaje
Aventura forrada de desdenes tangibles
Aventura de la lengua entre dos naufragios
Catástrofe preciosa en los rieles del verso
Y puesto que debemos vivir y no nos suicidamos
Mientras vivamos juguemos
El simple sport de los vocablos
De la pura palabra y nada más
Sin imagen limpia de joyas
(Las palabras tienen demasiada carga)
Un ritual de vocablos sin sombra
Juego de ángel allá en el infinito
Palabra por palabra
Con luz propia de astro que un choque vuelve
( vivo
Saltan chispas del choque y mientras más violento
Más grande es la explosión
Pasión del juego en el espacio
Sin alas de luna y pretensión
Combate singular entre el pecho y el cielo
Total desprendimiento al fin de voz de carne
Eco de luz que sangra aire sobre el aire
Después nada nada
Rumor aliento de frase sin palabra.
INCITACIÓN
En el muro quedaron los tatuajes del juego,
el tiempo me conmina pero no me doblego,
siento a pesar de todo brutal desasosiego
y el código de agobios lo dejo para luego.
Antes de que el crepúsculo en noche se convierta,
y se duerma la calle y se entorne la puerta
a solas con mi pobre madurez inexperta,
quiero que mi demanda se encuentre con tu oferta.
No es bueno que la astucia me busque a la deriva
como si el amor fuera sólo una tentativa
y ya que ahora asombras a mi alma votiva,
confío en que asombrado tu cuerpo me reciba.
Nos consta que el presente es breve y es impuro,,
pero cuando los torsos celebren su conjuro
y llamen nuestros ojos cual brasas en lo oscuro,
sólo entonces sabremos cómo será el futuro.
Aspiro a que tu suerte de nuevo me rescate
del frío y de la sombra..... del tedio y el combate,
la gloria nos espera sola en su escaparate
mientras tú y yo probamos la sal y el disparate.
Sola en su desafío nos espera la gloria
y con su habilidad veterana y suasoria
entre nosotros borra la línea divisoria
y nuestros pies se buscan para empezar la historia.
LECHUZA
Se entró en mi frente el pensamiento negro, como una ave nictálope, en un cuarto, de día.
- ¡No sé qué hacerle para que se vaya!
Está aquí, quieto y mudo, sin ver las aguas ni las rosas.
NOCTURNO SUEÑO
Abría las salas
profundas el sueño
y voces delgadas
corrientes de aire
entraban
Del barco del cielo
del papel pautado
caía la escala
por donde mi cuerpo
bajaba
El cielo en el suelo
como en un espejo
la calle azogada
dobló mis palabras
Me robó mi sombra
la sombra cerrada
Quieto de silencio
oí que mis pasos
pasaban
El frío de acero
a mi mano ciega
armó con su daga
Para darme muerte
la muerte esperaba
Y al doblar la esquina
un segundo largo
mi mano acerada
encontró mi espalda
Sin gota de sangre
sin ruido ni peso
a mis pies clavados
vino a dar mi cuerpo
Lo tomé en los brazos
lo llevé a mi lecho
Cerraba las alas
profundas el sueño.
MEG MERRILIES
La vieja Meg era gitana
y vivía en el monte:
era el brezo rojizo su lecho
y al aire libre tuvo su morada.
Negras moras de zarza por manzanas tenía,
por grosellas, simiente de retama;
su vino era el rocío de blancas zarzarrosas,
tumbas del camposanto eran sus libros.
Las ásperas quebradas por hermanas tenía
y por hermanos los alerces:
y sólo en compañía de su familia vasta,
vivió cómo le plugo.
Pasó sin desayuno más de alguna mañana
y sin almuerzo más de un mediodía,
y en vez de cenar, fijamente
contemplaba la luna.
Mas todas las mañanas, con tierna madreselva
sus guirnaldas tejía,
y cada noche, el tejo de la hondonada oscura,
cantando, entrelazaba.
y con sus dedos viejos y morenos
tejía esteras de junco,
que daba a los labriegos
al pasar por el monte.
Fué Meg bizarra como la reina Margarita,
y como de amazona era su talla:
llevó por capa el trozo de alguna manta roja,
tocóse con un mísero sombrero.
Que a sus huesos de vieja conceda Dios descanso,
pues murió ya hace tiempo.
POR TIERRAS DE ESPAÑA
El hombre de estos campos que incendia los pinares
y su despojo aguarda como botín de guerra,
antaño hubo raído los negros encinares,
talado los robustos robledos de la sierra.
Hoy ve sus pobres hijos huyendo de sus lares;
la tempestad llevarse los limos de la tierra
por los sagrados ríos hacia los anchos mares;
y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra.
Es hijo de una estirpe de rudos caminantes,
pastores que conducen sus hordas de merinos
a Extremadura fértil, rebaños trashumantes
que mancha el polvo y dora el sol de los caminos.
Pequeño, ágil, sufrido, los ojos de hombre astuto,
hundidos, recelosos, movibles; y trazadas
cual arco de ballesta, en el semblante enjuto
de pómulos salientes, las cejas muy pobladas.
Abunda el hombre malo del campo y de la aldea,
capaz de insanos vicios y crímenes bestiales,
que bajo el pardo sayo esconde un alma fea,
esclava de los siete pecados capitales.
Los ojos siempre turbios de envidia o de tristeza,
guarda su presa y llora la que el vecino alcanza;
ni para su infortunio ni goza su riqueza;
le hieren y acongojan fortuna y malandanza.
El numen de estos campos es sanguinario y fiero:
al declinar la tarde, sobre el remoto alcor,
veréis agigantarse la forma de un arquero,
la forma de un inmenso centauro flechador.
Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta
—no fue por estos campos el bíblico jardín—;
son tierras para el águila, un trozo de planeta
por donde cruza errante la sombra de Caín.
LA FORMA ÉPICA DEL ENGAÑO
El mundo no lo entiendo, soy yo mismo
las montañas, el mar, la agricultura,
pues mi intuición procrea un magnetismo
entre el paisaje y la literatura.
Los anchos ríos hondos en mi abismo,
al arrastrar pedazos de locura,
van por adentro del metabolismo,
como el veneno por la mordedura.
Relincha un potro en mi vocabulario,
y antiguas norias dan un son agrario,
como un novillo, a la imagen tallada.
Un gran lagar nacional hierve adentro,
y cuando busco lo inmenso lo encuentro
en la voz popular de tu mirada.
TANTO
Tengo esperanza al verte
Amada mía
No estés lejos un solo día
Tanto te quiero, tanto
Olvidé decírtelo al marchar
Un acróstico esconde un mensaje que surge al extraer la primera letra de cada verso o línea. En este caso puede leerse "Tanto".
También existen otros poemas en los que el acróstico se forma al extraer la última letra o la letra media de cada verso.
EL RÍO
Yo entré en Florencia. Era
de noche. Temblé escuchando
casi dormido lo que el dulce río
me contaba. Yo no sé
lo que dicen los cuadros ni los libros
(no todos los cuadros ni todos los libros,
sólo algunos),
pero sé lo que dicen
todos los ríos.
Tienen el mismo idioma que yo tengo.
En las tierras salvajes
el Orinoco me habla
y entiendo, entiendo
historias que no puedo repetir.
Hay secretos míos
que el río se ha llevado,
y lo que me pidió lo voy cumpliendo
poco a poco en la tierra.
Reconocí en la voz del Arno entonces
viejas palabras que buscaban mi boca,
como el que nunca conoció la miel
y halla que reconoce su delicia.
Así escuché las voces
del río de Florencia,
como si antes de ser me hubieran dicho
lo que ahora escuchaba:
sueños y pasos que me unían
a la voz del río,
seres en movimiento,
golpes de luz en la historia,
tercetos encendidos como lámparas.
El pan y la sangre cantaban
con la voz nocturna del agua.
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