Poemas 

Así funciona Yavendrás: En el menú, tienes un montón de poemas de escritores célebres clasificados por categorías (amor, amistad,...) y también la sección "Vuestros poemas" con TODO el contenido que vais subiendo: visítala para estar al tanto de lo que publica la comunidad.

Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!

Si quieres buscar el contenido clasificado por autor, visita nuestra sección de Autores
 TOP50 Usuarios TOP50 Yavendrás

ÉXTASIS

¡Gran noche!… ¡Tanta majestad me aterra
tanta sublimidad me causa espanto!
Dios cobija el misterio de la tierra
con el misterio augusto de su manto.
Al son de aquella mística armonía
la inmensa tierra estático contemplo
como un cadáver, lívida, sombría,
bajo la santa bóveda del templo.
Esta sublime paz que me estremece
este silencio asombrador, profundo,
mas bien que una hora mundanal, parece
la víspera imponente de otro mundo.
Como una tregua entre la culpa inerme
y el rayo que se apronta a fulminarla,
cuando la pobre humanidad se duerme
Dios desciende en secreto a visitarla.

Autor del poema: Rafael Pombo

80.60%

votos positivos

Votos totales: 232

Comparte:

EL CARPINTERO

El maestro carpintero
De la boina colorada,
Va desde la madrugada
Taladrando su madero.

No corre en el bosque un soplo.
Todo es silencio y aroma.
Sólo él monda la carcoma
Con su revibrante escoplo.

Y a ratos, con brusco ardor,
Bajo la honda paz celeste,
Lanza intrépido y agreste
El canto de su labor.

Autor del poema: Leopoldo Lugones

80.60%

votos positivos

Votos totales: 67

Comparte:

NO SABE QUÉ ES AMOR QUIEN NO TE AMA...

No sabe qué es amor quien no te ama,
celestial hermosura, esposo bello,
tu cabeza es de oro, y tu cabello
como el cogollo que la palma enrama.

Tu boca como lirio, que derrama
licor al alba, de marfil tu cuello;
tu mano en torno y en su palma el sello
que el alma por disfraz jacintos llama.

¡Ay Dios!, ¿en qué pensé cuando, dejando
tanta belleza y las mortales viendo,
perdí lo que pudiera estar gozando?

Mas si del tiempo que perdí me ofendo,
tal prisa me daré, que aun hora amando
venza los años que pasé fingiendo.

Autor del poema: Lope de Vega

80.57%

votos positivos

Votos totales: 350

Comparte:

MUNDANA

Vive para el placer. Tan solo evoca,
en sus largas y trémulas miradas,
un abismo de noches desmayadas
de los hambrientos besos de mi boca.

Siente el vaho del festín. Y se desflora
la cabellera en rubias llamaradas,
mientras sueña en mis glorias consagradas
a su opulencia de bacante loca.

vive para el placer. Y en mi locura,
me siento como atado a tu hermosura,
y aplaudo sus eróticas quimeras.

Porque hay una expresión del Arte augusto
en la osada turgencia de su busto
y en la comba imperial de sus caderas!

Autor del poema: Francisco Aníbal Riu

80.56%

votos positivos

Votos totales: 36

Comparte:

HIMNO A LA CLARIDAD

A cambio de mi vida nada acepto.
¿Qué se puede ofrecer que valga más
que el calor de la llama, que la espiga
convocada a ser grano, que la noche
que dentro ya contiene el joven día?

Escucho mis pisadas sobre el suelo.
A lo lejos, alguien también las oye.
Tañido lastimero de campanas
en su oído. Eco de brasas tiernas
en el mío, que todavía es temprano
y en el cuerpo palpita el pulso errante.

Me pongo por testigo en esta hora,
cuando la lluvia lava más que riega
y los libros liberan más que nutren.

¿A qué esperáis? Encended los caminos,
que empapen bien los ojos. Recorredlos
mientras haya una lumbre en los pulmones,
mientras un niño aguarde su ocasión
de convertirse en hombre, mientras verbos
de orígenes distantes desemboquen
en una voz unida, mientras reinen
las noches que nos prenden, abrazad
el destello arcilloso de la tierra
que es nuestro hogar común,
el verdadero.

A cambio de mi vida nada acepto,
aunque sepa -y bien que eso me duele-
que no siempre es el justo el encumbrado.
La luz es un oficio fugitivo,
impenitente en su aversión al óxido.

Aun así, yo me aferro a esta urdimbre,
a esta pila de huesos que me suman,
a este rayo en proceso, presentido
en su persecución de lo inefable.
La profecía acampa frente al cielo
con los párpados tersos y se afana
en avanzar en base a lo avanzado.

Que nada nos detenga. La llamada
del infinito debe obedecerse.
Soberana inquietud que nos animas,
enséñanos a merecer el néctar
de estos días que nos tocan. Muéstranos
un modo de luchar contra el vacío
de este dulce interludio. Que la fe
en la alegría posible no abandone
ni la razón despierta ni el recuerdo.

Sé que tengo sentido porque vivo,
y sé que no hay dolor ni menoscabo
que puedan inmolar esta fortuna
de ser en el presente, de existir,
de sentirme el orfebre del instante.

Yo soy mi propio riesgo. Doy por cierta
la sed de infinitud que me espolea.
Ante el placer de respirar me postro.

No hay verdad más profunda que la vida.

Autor del poema: Raquel Lanseros

80.56%

votos positivos

Votos totales: 36

Comparte:

NO TIRES LAS CARTAS DE AMOR

No tires las cartas de amor
Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
-esta flecha de sombra-
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán los libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura.

Autor del poema: Joan Margarit

80.56%

votos positivos

Votos totales: 36

Comparte:

NO TE RINDAS

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,

No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.

Autor del poema: Mario Benedetti

80.53%

votos positivos

Votos totales: 10320

Comparte:

APASIONADAMENTE

¡Y tanto, y tanto te amo
que mis palabras mueren
en un rumor de besos sin descanso!

¡Y tanto todavía que mis manos
no te hallan al tocarte!

¡Tanto y tan sin descanso,
que fluyo, y fluyo, y fluyo,
y es solamente llanto!

Autor del poema: Gabriel Celaya

80.53%

votos positivos

Votos totales: 226

Comparte:

LOS AMANTES

¿Quién los ve andar por la ciudad
si todos están ciegos ?
Ellos se toman de la mano: algo habla
entre sus dedos, lenguas dulces
lamen la húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.

Son los amantes, su isla flota a la deriva
hacia muertes de césped, hacia puertos
que se abren entre sábanas.
Todo se desordena a través de ellos,
todo encuentra su cifra escamoteada;
pero ellos ni siquiera saben
que mientras ruedan en su amarga arena
hay una pausa en la obra de la nada,
el tigre es un jardín que juega.

Amanece en los carros de basura,
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se miran y se tocan
una vez más antes de oler el día.

Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es sólo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.

Autor del poema: Julio Cortázar

80.52%

votos positivos

Votos totales: 77

Comparte:

OFRENDA

¡Oh, cómo florece mi cuerpo, desde cada vena,
con más aroma, desde que te reconozco!
Mira, ando más esbelto y más derecho,
y tú tan sólo esperas... ¿pero quién eres tú?

Mira; yo siento cómo distancio,
cómo pierdo lo antiguo, hoja tras hoja.
Sólo tu sonrisa permanece como muchas estrellas
sobre ti, y pronto también sobre mí.

A todo aquello que a través de mi infancia
sin nombre aún refulge, como el agua,
le voy a dar tu nombre en el altar
que está encendido de tu pelo
y rodeado, leve, con tus pechos.

Autor del poema: Rainer Maria Rilke

80.52%

votos positivos

Votos totales: 77

Comparte:

Desde el 1931 hasta el 50 de un total de 50 Poemas

Añade tus comentarios