Poemas 

Así funciona Yavendrás: En el menú, tienes un montón de poemas de escritores célebres clasificados por categorías (amor, amistad,...) y también la sección "Vuestros poemas" con TODO el contenido que vais subiendo: visítala para estar al tanto de lo que publica la comunidad.

Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!

Si quieres buscar el contenido clasificado por autor, visita nuestra sección de Autores
 TOP50 Usuarios TOP50 Yavendrás

LOS HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

Autor del poema: César Vallejo

90.57%

votos positivos

Votos totales: 371

Comparte:

LOQUEROS...RELOJEROS...

El sapo iscariote y ladrón
en la silla del juez,
repartiendo castigos y premios
¡en nombre de Cristo,
con la efigie de Cristo
prendida en el pecho!...
Y el hombre aquí de pie,
firme, erguido, sereno,
con el pulso normal,
con la lengua en silencio,
los ojos en sus cuencas
y en su lugar los huesos.
El sapo iscariote y ladrón
en la silla del juez,
repartiendo castigos y premios...
y yo tranquilo aquí
callad impasible, cuerdo... ¡cuerdo!
sin que me quiebre
el mecanismo del cerebro.
¿Cuando se pierde el juicio?
Relojeros,
¿cuando enloquece el hombre?
¿Cuándo?
¿Cuándo es cuando se enuncian los conceptos
absurdos
y blasfemos,
y se hacen unos gestos sin sentido,
monstruosos y obscenos?
¿Cuando es cuando se dice,
por ejemplo:
no es verdad
Dios no ha puesto
al hombre aquí en la Tierra
bajo la luz y la ley del Universo;
el hombre
es un insecto
que vive en las partes pestilentes y rojas
del mono y del camello?
¿Cuándo, si no es ahora
(yo pregunto loqueros),
cuándo es cuando se paran los ojos
y se quedan abiertos,
inmensamente abiertos,
sin que puedan cerrarlos ni la llama ni el viento?
¿Cuándo es cuando se cambian
las funciones del alma y los resortes del cuerpo,
y en vez de llanto
no hay más que risa y baba en nuestro gesto?
Si no es ahora,
ahora que la Justicia vale menos,
mucho menos, que el orín de los perros;
si no es ahora, ahora que la Justicia
tiene menos,
infinitamente menos
categoría que el estiércol;
si no es ahora, ¿cuándo,
cuándo se pierde el juicio?
Respondedme, loqueros,
¿cuándo se quiebra y salta roto en mil pedazos
el mecanismo del cerebro?
Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos.
Se murió aquel manchego,
aquel estrafalario
fantasma del desierto,
y ..., ¡ni en España hay locos!
Todo el mundo está cuerdo,
terrible,
monstruosamente cuerdo.
¡Que bien marcha el reloj;
qué bien marcha el cerebro
este reloj, este cerebro —tic,tac... tic,tac, tic,tac...—
es un reloj perfecto..., perfecto... ¡perfecto!

Autor del poema: León Felipe

90.57%

votos positivos

Votos totales: 53

Comparte:

POEMA DE AMOR

El sol nos olvidó ayer sobre la arena,
nos envolvió el rumor suave del mar,
tu cuerpo me dio calor,
tenía frío,
y allí, en la arena,
entre los dos nació este poema,
este pobre poema de amor
para ti.

Mi fruto, mi flor,
mi historia de amor,
mis caricias.

Mi humilde candil,
mi lluvia de abril,
mi avaricia.

Mi trozo de pan,
mi viejo refrán,
mi poeta.

La fe que perdí,
mi camino
y mi carreta.

Mi dulce placer,
mi sueño de ayer,
mi equipaje.

Mi tibio rincón,
mi mejor canción,
mi paisaje.

Mi manantial,
mi cañaveral,
mi riqueza.

Mi leña, mi hogar,
mi techo, mi lar,
mi nobleza.

Mi fuente, mi sed,
mi barco, mi red
y la arena.

Donde te sentí
donde te escribí
mi poema.

Autor del poema: Joan Manuel Serrat

90.57%

votos positivos

Votos totales: 53

Comparte:

CADA VEZ QUE LE DICES A TU HIJA

Cada vez que
le dices a tu hija
que le gritas
por amor
le enseñas a confundir
la ira con la amabilidad
lo que parece ser una buena idea
hasta que crece
y confía en hombres que le hacen daño
porque se parecen
mucho a ti.

A padres con hijas.

Autor del poema: Rupi Kaur

90.57%

votos positivos

Votos totales: 53

Comparte:

OTOÑO

En los ríos del otoño,
mi sangre, mi muertos,
mi amor, las hierbas caídas,
mis labios, las cicatrices
abiertas,
se fundirán como
una primavera,
se unirán como niños
jugando,
en el eterno renacer
de nuestros corazones.

Autor del poema: Javier Heraud

90.57%

votos positivos

Votos totales: 53

Comparte:

POEMA DE AMOROSA RAÍZ

Antes que el viento fuera mar volcado,
que la noche se unciera su vestido de luto
y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo
la albura de sus cuerpos.

Antes que luz, que sombra y que montaña
miraran levantarse las almas de sus cúspides;
primero que algo fuera flotando bajo el aire;
tiempo antes que el principio.

Cuando aún no nacía la esperanza
ni vagaban los ángeles en su firme blancura;
cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios;
antes, antes, muy antes.

Cuando aún no había flores en las sendas
porque las sendas no eran ni las flores estaban;
cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas,
ya éramos tú y yo.

Autor del poema: Alí Chumacero

90.48%

votos positivos

Votos totales: 21

Comparte:

EPITAFIO

Escapé de los tigres
alimenté a las chinches
comido vivo fui
por las mediocridades.

Autor del poema: Bertolt Brecht

90.48%

votos positivos

Votos totales: 21

Comparte:

EL TIRITITERO

De aldea en aldea el viento lo lleva
Siguiendo el sendero
Su patria es el mundo
Como un vagabundo va el titiritero
Viene de muy lejos
Cruzando los viejos
Caminos de piedra
Es de aquella raza
Que de plaza en
Plaza
Nos canta su pena
¡Allez hop
¡Titiritero, allez hop
De feria en feria, siempre risueño
Canta sus sueños y sus miserias
Vacía su alforja
De sueños que forja
En su andar tan largo
Nos baja una estrella
Que borra la huella
De un recuerdo amargo
Canta su romanza
Al son de una danza
Híbrida y extraña
Para que el aldeano
Le llene la mano
Con lo poco que haya
¡Allez hop
¡Titiritero, allez hop
De feria en feria, siempre risueño
Canta sus sueños y sus miserias
Y al caer la noche
En el viejo coche
Guardará los chismes
Y tal como vino
Sigue su camino
Solitario y triste
Y quizá mañana
Por esa ventana
Que muestra el sendero
Nos llegue su queja
Mientras que se aleja
El titiritero

Autor del poema: Joan Manuel Serrat

90.48%

votos positivos

Votos totales: 21

Comparte:

CENTÍMETRO A CENTÍMETRO

-Piel, cabello, ternura, olor, palabras-
mi amor te va tocando.
Voy descubriendo a diario, convenciéndome
de que estás junto a mí, de que es posible
y cierto; que no eres,
ya, la felicidad imaginada,
sino la dicha permanente,
hallada, concretísima; el abierto
aire total en que me pierdo y gano.

Y después, qué delicia
la de ponerme lejos nuevamente.
Mirarte como antes
y llamarte de "usted", para que sientas
que no es verdad que te haya conseguido;
que sigues siendo tú, la inalcanzada;
que hay muchas cosas tuyas
que no puedo tener.

Qué delicia delgada, incomprensible,
la de verte lejos,
y soportar los golpes de alegría
que de mi corazón ascienden
al acercarse a ti por vez primera;
siempre por primera, a cada instante.
Y al mismo tiempo, así, juego a perderte
y a descubrirte, y sé que te descubro
siempre mejor de como te he perdido.

Es como si dijeras:
"Cuenta hasta diez, y búscame", y a oscuras
yo empezara a buscarte, y torpemente
te preguntara: ¿estás allí?", y salieras
riendo del escondite,
tú misma, sí, en el fondo; pero envuelta
en una luz distinta, en un aroma
nuevo, con un vestido diferente.

Autor del poema: Rubén Bonifaz Nuño

90.48%

votos positivos

Votos totales: 42

Comparte:

EL JARDÍN

Miles y miles de años
No serían suficientes
Para decir
El pequeño segundo de eternidad
En que me besaste
En que te besé
Una mañana a la luz del invierno
En el Parque Montsouris en París
En París
Sobre la tierra
La tierra que es un astro.

Autor del poema: Jacques Prévert

90.48%

votos positivos

Votos totales: 63

Comparte:

Desde el 391 hasta el 50 de un total de 50 Poemas

Añade tus comentarios