Amor y Muerte. Parte I
18 Enero 2020, 04:03
Como un niño perdido en busca de un sueño
Solitario, absorto, alejado de la vida
Te anhelo, con desespero
Te siento, te busco, te invoco,
Miro al cielo, y grito tu nombre en silencio
Ya nada queda, ¡me desespero!
Siento tu ausencia, y te aguardo
Pienso mil veces en ir a tu encuentro
Mas es imposible, no puedo
Mi corazón late y yo me asombro
Aún queda algo de vida en mi cuerpo
Él lucha sin cesar. Yo, no quiero.
Mil pensamientos invaden mi mente
Danzan cual bailarina persistente
No descansan, no me dejan descansar
Vienen, me irritan, se esfuman y son reemplazados
Nuevamente me aturden sin cesar
Y finalmente en silencio… te anhelo
Busco entre versos y rimas tu nombre
Me entretengo leyendo lo que haces
Todo el que en verdad te conoce ya no existe
Y, aun así, persistes
Te pienso a cada instante,
inconsciente e intermitentemente
más tu presencia nunca acude,
solo existes en mi mente
Y desde hace tiempo que ya solo queda la existencia
Vivir, gozar, enfrentar el “absurdo”
Reír y disfrutar: la vida no tiene sentido
Y sin un sentido ¡todo es permitido!
Sin embargo, un sentimiento remanente,
Una emoción se mantiene presente,
Esa nostalgia en tiempos de alegría:
Te anhelo, te deseo… todavía
Y ¿cómo seguir? ¿para qué hacerlo?
Dudas frecuentes que acuden a mi encuentro
Existir, crear, existir para crear,
y crear, para seguir existiendo…
Pero, ¿qué creo, si nada quiero?
Al momento, solo existo, nada nuevo
Estoy perdido, abandonado, olvidado
Catatónico ante lo absurdo de este mundo
Mi mente te extraña, soy sincero
Te pienso, y miro un mundo llevadero
Mas tu ausencia retumba en mi existencia