CUANDO EN WINCHESTER EMPEZARON LAS CARRERAS 

Cuando en Winchester empezaron las carreras
Las buenas gentes —se dijo— a su santo olvidaron;
Para nada la venia de San Swithin buscaron
Y Guillermo de Wickham aprobó a duras penas.

Sin embargo las carreras fueron programadas.
La empresa se hizo cargo y el clima era agradable,
Los lores y las damas con pieles, satinadas
Llegaron y nadie vio un futuro alarmante.

Pero en cuanto
el viejo Santo
estuvo al tanto
Tan sólo pegó un brinco de su santuario al techo
Del palacio (hoy en ruinas, tristemente desecho)
Y desde ahí a todos lanzó un proferimiento:

“¡Ah súbditos rebeldes! Ah Venta depravada.
Por bien muertos nos das una vez enterrados;
Pues mira: sigo vivo; y tú, al vicio esclavizada”.
Añadió: “Vas a sufrir por todos tus pecados,

“Estas carreras y jaranas y algazaras
Con las que así rebajas al vecino valle;
Muy bien, que sigan; ya maldición se te depara
Cuando a tus goces persiga mi lluvia incansable.

“De ahora en adelante para julio yo ordeno
—Dar muestra así triunfante de mis poderes quiero;
Y muevan sus carreras: nunca habrá tiempo seco—:
Maldita quede Venta: todo julio, aguaceros”.

Autor del poema: Jane Austen

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