DE LA INACCIÓN 

Es una ardua espera;
ver los días pasar,
ver las noches llegar.
Y excepto las horas, nada pasa y nada queda.

Quema esta soledad.
Familia, amigos y conocidos,
empiezan a ser anodinos.
Y nada pasa, nada queda.

Y siguen turnándose los soles
a los que oigo reír de que esté sólo.
Solo tengo el desespero de una ansiedad no resuelta
porque nada pasa y nada queda.

Autor del poema: Nemo

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