EL COHETE 

Lanzóse audaz a la extensión sombría.
Y era al hender el céfiro sonante,
Un surtidor de fuego palpitante
Que en las ondas del aire se envolvía.

Viva su luz como la luz del día,
Resplandeció en los cielos fulgurante
Cuando la luna en el azul radiante
Como rosa de nieve se entreabría.

Perdióse luego su esplendor rojizo,
Siguió fugaz cual raudo meteoro
Y al fin surgió como candente rizo.

Paró de pronto su silbar sonoro;
Y tronando potente, se deshizo
En un raudal de lágrimas de oro.

Autor del poema: Salvador Rueda

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