EN LA PRISIÓN DE UNOS HIERROS 

En la prisión de unos hierros,
lloraba la tortolilla...

Reciprocando requiebros
en el nido de una viña,
fertilidad le promete
de amor su cosecha opima.

Nunca nacieran los celos
que amores esterilizan,
corazones desenlazan
y esperanzas descaminan.

Perdió la tórtola amante
a manos de la malicia,
epitalamios consortes.
¡Ay, de quién los desperdicia!

Como era el águila reina
(mejor la llamara arpía),
cuando ejecute crueldades,
¿quién osará resistirlas?

¿Qué importan las amenazas
del águila ejecutiva,
si ya el león coronado
venganzas contra ella intima?

Humillará su soberbia,
caerá el águila atrevida,
siendo presa a los voraces
lebreles que la dividan.

Autor del poema: Tirso de Molina

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