ENTIERRO DE POBRE
Entierro de pobre, ya sabes, amigo.
No quiero que vengan los otros, conmigo.
Los otros, aquellos del otro camino,
los que me dijeron: es agua tu vino.
Los que sacudieron mi rama florida
Para tejer burlas, en charla subida.
Entierro de pobre, ya sabes, amigo,
sin flores horribles de trapo, contigo,
Y mis cuatro hermanos bellos, silenciosos,
sin esa etiqueta, sin esos curiosos,
Sin los obligados que dicen: debía
venir al entierro y en charla vacía,
Prosiguen narrando su gracioso cuento.
Entierro de pobre. Mi acompañamiento
Será de unos pocos. La misa temprano,
de aquel Padre Valle, canto gregoriano.
En iglesia pobre y un solo cantor:
misa verdadera de Nuestro Señor.
También te suplico, me libres, hermano,
del insulto magno. Al diario profano,
Que a diario blasfema, dile, que no es cierto,
que quién le ha contado que me hubiese muerto
Que estoy bueno y sano y así no dirán
sus majaderías de parrampamplán:
Noble, generoso, digno, caballero,
ciudadano probo, patriota sincero,
De firme carácter, hombre superior...:
y otros disparates del mismo color.
Acuérdate hermano de todos aquellos
versos de mis libros, silenciosos, bellos.
Del «Agua Encantada», de estos mis «Caminos»
que son el consuelo de los peregrinos.
De «Espumas y Estrellas», del «Libro Menor»
que a todos encanta por su buen olor.
Entierro de pobre, ya sabes, amigo.
No quiero que vengan los otros conmigo.
Autor del poema: Azarías H. Pallais