INFIERE, DE LOS ACHAQUES DE LA VEJEZ, CERCANO EL FIN A QUE CATÓLICO SE ALIENTA 

En este occidental, en este, oh Licio,
climatérico lustro de tu vida
todo mal afirmado pie es caída,
toda fácil caída es precipicio.

¿Caduca el paso? Ilústrese el juicio.
Desatándose va la tierra unida;
¿qué prudencia del polvo prevenida
la ruina aguardó del edificio?

La piel no sólo sierpe venenosa,
mas con la piel los años se desnuda,
y el hombre no. ¡Ciego discurso humano!

¡Oh aquél dichoso que, la ponderosa
porción depuesta en una piedra muda,
la leve da al zafiro soberano!

Autor del poema: Luis de Góngora

60.00%

votos positivos

Votos totales: 45

Comparte:
Añade tus comentarios