LAGO
Lago donde entonces rebrilló
una sustancia verdosa de misterio,
una sospecha de piel,
una perfumada rasgadura
de nieve y llamarada.
Lago donde una rosa,
donde una línea de Donatello,
donde inclinaste la mano
hacia las orillas encendidas y húmedas.
Lago donde al fin
hubo un fuego
de inflamado y místico
sobrevuelo, un anuncio
de inmanencia
y riqueza, una transformación
y elevación
de las aguas.
Autor del poema: David Huerta
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