LLAMADA
Te llamo sí te llamo no puedo más te llamo
te grito ven acude no me abandones búscame
déjame verte adivinarte
distenderme un instante bajo el sol de tus ojos
como si en el radiante mediodía me tumbara en la hierba
déjame ver una vez más tu irónica ternura
tus infantiles gestos asustados
tu mirada solitaria que acaricia el rostro de las cosas
tu mirada de niña de ojos lentos
tus labios que entre los míos se funden
como un delicado manjar suntuoso y discreto
tus labios comestibles fáciles tus labios de trufa celeste
tus labios húmedos penetrables como un sexo más luminoso
cómo puedo sufrir que te alejes que te lleves este enigma
que huyas como un ladrón armada de razones
y ocultando en tu seno mis preguntas robadas
que te escondas en los huecos en los turbios rincones del tiempo
que te envuelvas en la distancia como en un disfraz inmenso
te llevas algo mío que nunca ha sido mío
me dejas amputado desarmado hemipléjico
vuelve no puedo renunciar a ser aquel otro
deja que todo nazca dame eso que trajiste mío
desanuda tus entrañas como si fueras a parir nuestro amor
y vuelve tráemelo muéstramelo
déjame entrar en ti como entrar en la noche
compartir tu tesoro taciturno
la suntuosa penumbra de tu alma tibia y quieta
ven no juegues más al juego idiota de la tortura
no me niegues cómplice altiva no blasfemes de mí
adónde vas vestida de miradas mías
adónde irás que no seas la nombrada por mí
regresa no te lleves mi semilla
mis dones los hundí en tu carne
no te podrás librar de esta corona vuelve.
Autor del poema: Tomás Segovia