MARÍA DE LA O
Para mis manos tumbagas,
para mis caprichos monedas.
Y para mi cuerpo lucirlo mantones bordados vestidos de seda.
La luna que llovía, la luna que me da.
Que para eso mi payo ha visto
más parnés que tiene un sultán.
Envidio tu suerte,
me dicen algunas al verme lucir.
Y no saben pobres la envidia que ellas me causan a mí.
María de la O, que desgraciadita
gitana tu eres teniéndolo todo.
Te quieres reír y hasta los ojitos
los tienes morados de tanto sufrir.
Maldito parné que por su culpita
deje yo al gitano que fue mí querer.
Castigo de Dios, castigo de Dios.
Es la crucecita que llevas a cuestas María de la O
Para su sed fui el agua, para su frío candela.
Y para sus besos gitanos un cielo de amores con luna y estrellas
Querer como aquel nuestro, no hay en el mundo dos.
Maldito dinero que así de su vera y a mí me apartó.
Serás más que reina me dijo a mí el payo y yo le creí.
Mi vida y mi oro daría yo ahora por ser lo que fui.
María de la O, que desgraciadita
gitana tu eres teniéndolo todo.
Castigo de Dios, castigo de Dios.
Y es la crucecita que llevas a cuestas María de la O, María de la O
Autor del poema: Salvador Valverde y Rafael de León