19 Poemas de odio
ODIO Y AMO
Odio y amo. Tal vez preguntes ¿cómo es posible?.
No lo sé, pero siento que ocurre así y me torturo.
LOS CRUCIFICADOS
El vulgo aplaude cuanto inventa el odio,
y en tanto que desgarra su laurel
al férvido Aristógiton, de Harmodio
la gloria mancha con amarga hiel.
En sus iras tan sólo ver anhela
de la ignominia en afrentosa cruz
á cuanto no se arrastra, á cuanto vuela,
á cuanto no es mentira, á cuanto es luz.
Acusa á Fidias de vender mujeres,
al gran Epaminondas de traidor;
á Sócrates de darse á los placeres;
á Aristides, el justo, de impostor.
A Catón, de arrojar á las murenas
sus míseros esclavos; á Colón,
que al indio libre le forjó cadenas...
¡cadenas que llevó en el corazón!
De avaro á Miguel Angel; al divino
entre todos los genios, Rafael,
de vender como torpe libertino,
por impúdicos besos su pincel.
Incestuoso Molier; felón el Dante;
Voltaire ateo; Diderot venal;
¡para todos la sátira infamante;
para todos el látigo infernal!
¿A cuál mártir, apóstol ó profeta,
á qué artista, guerrero ó trovador
no le ha arrancado la mordaz saeta
de la calumnia, un grito de dolor?
¡Uno solo se encuentra inmaculado
de infamias tántas en el gran festín;
uno solo no está crucificado
por las humanas víboras-Caín!
MAGNA ET PULCHRA CONVENTIO
Hoy me produce vómitos
pertenecer a este planeta,
pero entiéndase bien: sólo por hoy,
sólo por esta vez.
No se me tome por contrarrevolucionario.
Sólo por unas horas.
Hay que comprenderlo.
No me importa por hoy
pertenecer al bando oscuro
o claro de los hombres.
De todo hay en la fiesta.
Toda clase de baile se cultiva.
Sólo siento esta vez
unas ganas dulcísimas,
ganas empalagosas
de matar un hombre
—pudiera ser yo mismo—
o una mujer,
por nada, sin motivo,
como un supremo lujo irrealizable.
Ganas terribles
de que nuestras sagradas asambleas
de ranas que barritan
y canguros que graznan
estallen como el vientre
de la chinche golosa.
Pero eso es todo, amada.
Simplemente por hoy,
aunque no constituya precedente,
como un relámpago sucio
contrario a los principios esenciales,
por esta vez, insisto,
sólo por media hora,
vuelvo el estómago,
hago del cuerpo con la boca
de sólo ver un traje o unos poemas
tejidos por los hombres.
SIMPLICIDAD
Es tan humano este dolor que siento.
Esta raíz sin tallo florecido.
Este recuerdo anclado al pensamiento
y por toda la sangre repetido,
que ya ni me fatiga el vencimiento
ni me sangra el orgullo escarnecido,
mi corazón se acostumbró al tormento
de perder la mitad de su latido.
Ya mi rencor no exige la venganza,
aprendí a perdonar toda esperanza
como un bello pecado original.
Llevo en las manos tantas despedidas,
y en lo que fue el amor tantas heridas,
que me he tornado un hombre elemental.
TE ODIO, AMOR
Te odio, amor
porque te fuiste
te odio, amor
porque no volviste
te odio, amor
porque no me quisiste
GANARÍAS
Ganarías
si te odiase
sólo tendrás mi desprecio.
Te dejaré sola
con tus juegos.
Azul y rojo
Azul y rojo son los bandos
donde se encuentra la gente,
donde con hechos nefandos,
se humillan públicamente.
El azul con gran furor,
arrebate de odio al rojo,
mientras que este con honor,
le contesta en gran enojo.
Y no importa el sentimiento
con que cuente el adversario,
lo que importa es ser violento
cuando opinen lo contrario.
Así encuentro, fragmentado,
al mundo y las personas,
de esta forma se ha entronado,
a los "reyes" sin coronas.
Existen mil episodios
donde hay falsa valentía;
existe mucho más odio
de lo que existe empatía.
Y es que el vencedor vencido
ya ha sentido su victoria;
solo por hacer más ruido,
sus tres locos le dan gloria.
Puesto que ambos son iguales,
no son solamente instintos,
pero debido a ideales
es que se vuelven distintos.
Gracias a redes sociales
han aumentado los males,
donde por hechos banales
se crean batallas campales.
Sueño con mejora sutil
en los futuros más cercanos,
donde haya gente gentil
junto a humanos más humanos.
Caminemos responsables
al faro de Alejandría,
pues como seres sociables
no hay que perder la empatía.
Pues en el mundo gigante
del que somos habitantes,
hay que seguir adelante
dejando de ser pedantes.
Ardor
Enviado por brandigamo Seguir
Y el ser como un juego
de aquellos arcaicos reyes,
Desfiles de mitomanos
armados con torres
invaden las calles
con su gases,
sombras,
líquidos.
Duele vernos
reprimiendo ese ardor.
La sangre araucana
dándose el culo.
Que desdicha.
La rápida premisa,
dice que: "el pueblo ama la tele
tanto como las tetas grandes."
QUE TÚ ME ODIES
Que tú me odies
no significa que yo también tenga que odiarte.
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