ORQUÍDEAS
Se inclinan sobre el sendero,
bocas de serpiente,
balanceándose cerca de tu rostro,
creciendo, suaves y engañosas,
flexibles y húmedas, delicadas
como lengua de un pájaro joven;
sus labios vellosos palpitantes
se mueven con lentitud,
aspirando el aire cálido.
Y de noche,
cuando la luna desfallece entre enjalbegados vidrios,
y el calor desciende,
entonces el almizclado perfume se hace más intenso,
goteando desde sus musgosas cunas.
¡Tantos voraces recién nacidos!
muelles dedos luminiscentes,
labios ni muertos ni vivos,
sueltas bocas espectrales
que respiran.
Autor del poema: Theodore Roethke
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