PERO...¡QUÉ GENTE!
Hubo una vez un presidente
que quiso investigar rápidamente
una cuestión espantosa y urgente,
según decía toda la gente.
Y para desafiar solemnemente
su celo inmenso de cumplir con la gente,
se puso un plazo audaz, breve, inminente.
Y hubo un rugido público imponente.
Mas sucedió que, desgraciadamente,
cuando ya meritito el presidente
iba a encontrar detectivescamente
la clave del asunto, de repente,
se dio la vuelta y encontró la gente
con un tema de moda diferente.
Entonces, tristemente,
dijo: Pero... ¡Qué gente!
Autor del poema: Gabriel Zaid
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