19 Poemas con rima consonante
LA CAZADORA
Mi señora, tan luego se levanta
va a cazar un venado matutino,
sin miedo a los colmillos del zaíno,
ni al mortal topetazo de la danta.
Entra con ojo alerta y firme planta
en la espesura donde no hay camino,
y de los matorrales, repentino,
salta un venado que su paso espanta.
Ella rápida apresta su escopeta,
veloz le apunta, le dispara y mata
—y después el marido, que es poeta,
cuando regresa la mujer que adora,
en un soneto clásico relata
la bella hazaña de la cazadora.
EL ALMA EN FUGA
Buscaron al romper de la alborada,
mis brazos y mis ojos su presencia,
y sólo hallé, por signo de la ausencia,
el hueco de su sien en la almohada.
Oh, qué correr la angustia desatada,
qué ulular por el llano mi demencia,
qué husmear en los ámbitos la esencia
de la alígera planta perfumada!
Amigos que alabasteis su hermosura,
no a solas me dejéis en la amargura
del trance doloroso e imprevisto...
¡Escrutad el perfil del horizonte!
¡Batid los campos y talad el monte!
¡Decidme, por piedad, si la habéis visto!...
EL BUEY
Sobre el estanque en cuya inmóvil lastra
esfuma su muaré la tarde quieta,
con relieve escabroso su silueta
afirma un recio aplomo de pilastra.
Su vasta sed, en agua violeta
con anhelosa deglución arrastra,
y la naturaleza en él madrastra,
no turba su canícula incompleta.
Vuelve los ojos densos de fatiga,
hacia el fútil juncal donde prodiga
gárrulo borbollón la esclusa rauda;
Y con la insipidez de la costumbre
lo amodorra de paz la servidumbre
que su sexo monótono defrauda.
SONETO
Considera que en humo se convierte
el dulce bien de tu mayor contento,
y apenas vive un rápido momento
la gloria humana y el placer más fuerte.
Tal es del hombre la inmutable suerte:
nunca saciar su ansioso pensamiento,
y al precio de su afán y su tormento
adquirir el descanso de la muerte.
La muerte, triste, pálida y divina,
al fin de nuestros años nos espera
como al esposo infiel la fiel esposa;
y al rayo de la fe que la ilumina,
cuanto al malvado se parece austera,
al varón justo se presenta hermosa.
Coplas y Cuarteto al carnaval
Título:Autor: Carlos Andrés López blanco
Coplas:
I
Desfiles y bandas
Colores sin igual
Tiene Carúpano
En éste carnaval
II
El carnaval en mi pueblo:
es costumbre y tradición,
es lo más maravilloso
Que tiene mi linda región.
III
Si vas al carnaval
Tendrás diversión
Verás que mi tierra
Es rica en tradición
Cuarteto
I
Vamos todos a gozar del carnaval
El ritmo de calipso nos espera
Ven conmigo y deja la flojera
Que en mi tierra, la fiesta es especial
Pean a Rubén Darío
Enviado por samuel-dixon Seguir
Maestro de los ritmos, liróforo celeste,
que bien pudiste darnos la esencia de un panida.
Las risas de las musas dan ecos de arcipreste
y son tus versos muros que gritan por la vida.
Poeta visionario, de los gnomos amigo;
lector empedernido, navío de los mares.
El cisne wagneriano murió también contigo
batiendo con sus alas, cantar de los cantares.
Ya la odalisca mora presencia en tu aposento
los rostros de las ninfas y silfos orientales,
y suenan los clarines allá en el firmamento:
los ángeles te cantan los coros celestiales.
¡Y llegó el buen poeta!, leyente consentido,
el cielo y las ondinas no dejan de cantar;
aplauden los centauros: ¡Rubén habéis cumplido
el sueño que a tu mente llegó en el despertar!
Los viajes de las hadas y el pájaro enjaulado,
los grifos eminentes, Pegaso con su escudo,
y el príncipe de Gales que en Estival sagrado
le dio muerte a la diosa dejando al Tigre viudo.
¡Y llegó el buen poeta! Se escucha entre la gente
con tanta algarabía cargada de pasión;
y cantan la sonata los elfos, dulcemente
por ser la gran figura que llega al corazón.
¡Princesa, Sonatina, sonríe a la eutrapelia,
sirenas y tritones no dejen de bailar!
¡Y llegó el buen poeta trayendo a Cecaelia;
la viva poesía del fondo de la mar!
¡Oh, dulce Margarita, ya el cíclope ha llegado,
junto a él los faunos, mira, la vida es tierna y bella!
Gorgonas; triunvirato, las xanas el peinado,
y al genio de los genios lo guía una doncella.
¡Y llegó el buen poeta, Rubén el generoso!,
sus versos son racimos de un hombre consagrado,
su prosa es legendaria, suscita lo gozoso
y la ideal encarna la lucha y su legado.
¡Oh, liróforo, se oye! La epiqueya resuena.
El mundo está cantando, ¡Panida, el inmortal…!
Y León, nuestro pueblo te da alegría plena,
mas yo con estos versos te canto en general.
Samuel Dixon
OCTUBRE
Ya empiezas a dorar, octubre mío,
con las cimas del huerto, ésas -distantes-
del pensamiento a cuyas frondas fío
la sombra de mis últimos instantes.
Corazón y jardín tuvieron, antes,
cada cual a su modo, su albedrío;
pero deseos y hojas tan brillantes
necesitaban, para arder, tu frío.
Aterido el vergel, desierta el alma,
más luz entre los troncos que despojas
a cada instante, envejeciendo, veo.
Y en el cielo ulterior, de nuevo en calma,
cuando terminen de caer las hojas
miraré, al fin, desnudo, mi deseo.
Mi Árbol Nacional
Titulo: Autor: Carlos Andrés López Blanco
I
Es muy bonito
El Araguaney
De color amarillo
Como el astro rey
II
El Araguaney
Es muy especial
Es de Venezuela
El árbol Nacional
III
El Araguaney
Es de bello color
Debemos protegerlo
Y darle amor
IV
Su figura el destaca
Y a mi país asombra
Porque embellece el suelo
Con sus hojas de alfombra.
V
Mi bello arbolito
Embellece el paisaje
traje estos versos
Para rendirte homenaje
Poesía al Carnaval
Título: letras y números
Autor: Carlos Andrés López Blanco
Las letras y los números
De mi proyecto especial
Harán hermosas comparsas
Para lucir en Carnaval.
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