24 Sonetos de amor
AMOR ETERNO
Puso el Creador en tus esquivos ojos
Cuanto bello soñó mi loca mente;
Para saciar la sed de mi alma ardiente
Diole a un ángel mortal tus labios rojos.
El anhelante seno... los sonrojos
Que el mármol tiñen de tu casta frente,
El blando arrullo de tu voz doliente
Si miras en mi faz sombras o enojos ...
¡Amor! Amor ideal de mis delirios,
Eterno amor que el alma presentía,
Galardón de cruelísimos martirios,
Puso en tu virgen corazón el Cielo
Para hacerte en la tierra sólo mía,
En mi existencia luz, gloria y consuelo.
A CLORI
Para que sepas, Clori, los dolores
Que tus ojos divinos me han causado,
Dejo escrito en el álamo agobiado
del valle de las fuentes y las flores.
Ni en las églogas tienen los pastores
Una amada que más hayan soñado,
Ni Paolo a Francesca ha contemplado
Bajo lunas más nítidas de amores.
Y así fuera en tu espíritu querido
La Pluvia que Danae recibiere,
O muriendo como Atys en olvido.
O triste como Sísifo estuviere,
Te diré con mis versos al oído
El Amor es un Dios que nunca muere.
PARA ALICIA, DISFRAZADA DE LEIA ORGANA
Si solo fuera porque a todas horas
tu cerebro se funde con el mío;
si solo fuera porque mi vacío
lo llenas con tus naves invasoras.
Si solo fuera porque me enamoras
a golpe de sonámbulo extravío;
si solo fuera porque en ti confío,
princesa de galácticas auroras.
Si solo fuera porque tú me quieres
y yo te quiero a ti, y en nada creo
que no sea el amor con que me hieres...
Pero es que hay, además, esa mirada
con que premian tus ojos mi deseo,
y tu cuerpo de reina esclavizada.
EL PRIMER SONETO
Una vez... ¡ah!, figúrome que ahora
Respiro aún su delicioso aliento
Y enardecido por sus labios siento
El corazón que la suspira y llora...
"Hazme versos así," dijo leonora,
(¡Catorce eran de Lope, y un portento!)
"Y lo que pides te daré al momento,
Con la vida y el alma que te adora"
Después... Más nunca demandó cantares,
Porque tan cerca palpitar se oían
¡Mi corazón y el suyo!... Y luminares
Del alama aquellos ojos que ventían
Bajo mis besos luz y lloro ardiente,
¡Fuego inmortal dejaron en mi mente!
EL AMAR Y EL QUERER
A la infiel más infiel de las hermosas
un hombre la quería y yo la amaba;
y ella a un tiempo a los dos nos encantaba
con la miel de sus frases engañosas.
Mientras él, con sus flores venenosas,
queriéndola, su aliento emponzoñaba,
yo de ella ante los pies, que idolatraba,
acabadas de abrir echaba rosas.
De su favor ya en vano el aire arrecia;
mintió a los dos, y sufrirá el castigo
que uno le da por vil, y otro por necia.
No hallará paz con él, ni bien conmigo
él, que sólo la quiso, la desprecia;
yo, que tanto la amaba, la maldigo.
TU CARNE
Está tu carne de ágata y de rosa
donde el sol con la nieve se combina
dotada de una luz casi divina,
casi extrahumana y casi milagrosa.
Tiene ideal traslucidez preciosa
que cual racimo de oro te ilumina,
y en tu cutis de leche se adivina
sangre de fresas pura y ruborosa.
Tu seno en flor de redondez de astro,
es una clara piedra de alabastro
que deja ver transparentarse el día.
Como a santo cristal sin mancha alguna
a él asomé para mirar la luna,
e igual que tras de un ámbar la veía.
AMOR
El amor es fragante como un ramo de rosas.
Amando, se poseen todas las primaveras.
Eros trae en su aljaba las flores olorosas
de todas las umbrías y todas las praderas.
Cuando viene a mi lecho trae aroma de esteros,
de salvajes corolas y tréboles jugosos.
¡Efluvios ardorosos de nidos de jilgueros,
ocultos en los gajos de los ceibos frondosos!
¡Toda mi joven carne se impregna de esa esencia!
Perfume de floridas y agrestes primaveras
queda en mi piel morena de ardiente transparencia
perfumes de retamas, de lirios y glicinas.
Amor llega a mi lecho cruzando largas eras
y unge mi piel de frescas esencias campesinas.
Lacerante placer
Me niego en redondo a curar la llaga
que causa en mi memoria tu perfume
y desde fuera a dentro me consume
hincándose lento como una daga.
Cuando la noche sea tan aciaga
que el recuerdo de tus besos me abrume,
impediré con ahínco que se esfume
el sabor que en mis sábanas naufraga.
Espero desangrarme por la brecha
de la remembranza descomedida
de aquellos arrebatos pervertidos
en que surgía el alba insatisfecha.
Y al verter la sal del mar en mi herida
el dolor acometa mis sentidos.
NOVIA DE LA TIERRA
Mirarte solo en mi ansiedad espero,
solo a mirarte en mi ansiedad aspiro,
y más me muero cuanto más te miro,
y más te miro cuanto más me muero.
El tiempo, pasa por demás ligero,
lloro su raudo, turbulento giro,
y más te quiero cuanto más suspiro,
y más suspiro cuanto más te quiero.
Deja a tu talle encadenar mi brazo,
y, al blando son con que nos brinda el remo,
la mar surquemos en estrecho lazo.
Ni temo al viento ni a las ondas temo,
que más me quemo cuanto más te abrazo,
y más te abrazo cuanto más me quemo.
DEFINIENDO EL AMOR
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo,
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es tu abismo:
mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo.
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