SUEÑO DE ARTE
Blanca estela dejaba el cisne blanco
En las mágicas aguas andadas
Y en gallardas y suaves balanceadas
Me mostraba la seda de su flanco.
Desde el césped frondoso de mi banco
A la Milo de mármol enlazadas
Trepaban las volubles lanceoladas
A ocultar el divino brazo manco.
Armoniosa la tarde descendía
Paipadeando su luz con agonía.
Ya la estrella de Venus fulguraba.
Y mirando unas flores abstraído
De repente salté muy sorprendido:
Impaciente Pegaso ya piafaba.
Autor del poema: Humberto Fierro
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