A TI, ALTA Y DELGADA SOMBRA
Otra vez –ya fugada- mi palabra te encuentra,
mi palabra que apenas dibujaba tu boca.
En los pechos intactos mi palabra te besa
y las manos huídas te detiene y te toca.
Miel… panal extremado que mi lírica abeja
labra en honda dulzura cautivada y ya loca.
Mi palabra en el junco de tu sexo ¡despierta!
del entero concepto te florece la boca.
Ya tú, simple, en la nieve de mi verso ¡oh descalza!
tú completa en el agua de la voz intuida,
y desnuda en el aire de la tierra lejana.
Ay perfecta en el verbo ay del beso transida,
ala sola, toda ala y, dolor, sólo una ala
en la lengua más leve del amor recogida.
Autor del poema: Francisco Granizo
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