TORPEDO 

Hablaba un diputado en el Congreso
de Lima, Quito, Bogotá o Santiago
pues fiel memoria de lugares no hago
y nada importa el sitio del suceso.

-Si queréis gloria, libertad, progreso,
a Roma contemplad. Mirad que estrago
causa el puñal de un Bruto dando en pago
de tiranía vil muerte a un obseso.

¡Y Roma se salvó! Mas un tunante
de aquellos que en la barra echan venablos
gritó, del aguardiente en los eructos:

Esa es grilla, señor preopinante
Si un bruto salvó a Roma, ¿cómo diablos
No salvan a esta patria tantos brutos?

Autor del poema: Ricardo Palma

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