TU GARGANTA 

El verano perdió su fuego externo;
y a la Iuz de la tarde postrimera
sonreía a tu enagua en la ribera
la displicente gracia del invierno.

Iba a velar contigo la primera
noche violeta de un país moderno,
el mar sonaba bajo el viento eterno,
la amplitud de su sorda carraspera.

Y como el mar en sus pueriles glosas
prolongara el mutismo de las cosas,
llenó el silencio, coma voz que encanta,

en el suave crepúsculo salino,
bajo tu copa de color marino,
el sonoro giu-giu de tu garganta.

Autor del poema: Horacio Quiroga

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