EL TUERTO QUE FUE A ROBAR LIMONES 

A un campo de limones en sazón
llegaron dos amigos de lo ajeno,
con la esperanza de llevarse lleno
un talego más grande que un serón.

La noche hace propicia la excursión.
El temple de los dos parece bueno.
El uno se adelanta y ya, sin freno,
ataca a un limonero con fruición.

El otro se aventura y, como es tuerto,
se encarama a una rama sin acierto:
"Compadre, vámonos que ya estoy listo."

"¿Tan pronto, compañero, das de mano?
-dice Juan." Y respóndele Evaristo:
"Con la rama he perdido el ojo sano."

Autor del poema: R.Redoli

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