UNA DALIA
Cortesana de senos magníficos, de obscuros
ojos bovinos, lentas pupilas sin fulgor,
su torso blanco brilla cual los mármoles puros,
su hermosura serena, rica y pomposa flor,
a pesar de la espléndida realeza de sus pomas,
pasea su insensible belleza sin aromas.
Insensible a la carne, insensible al romántico
amor, peor que las turbias vendedoras de amor
ídolo indiferente a! incienso y al cántico.
Igual que tú es la dalia, reina de los brillantes
colores, que levanta su flora sin olor
junto a los lujuriosos jazmines enervantes.
Autor del poema: Paul Verlaine
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