VENDIMIA ROJA
Con pámpanos agrestes, la dora conseja
trae el vino espumoso, mientras la vid crepita
entre las barras negras de la exótica reja
y al Interior satánico de Dionisos excita.
Bebamos nuestro vino de la Vendimia añeja,
símbolo de la vida interior que palpita;
digamos un elogio por la lírica y vieja
Sinceridad, que habla con su voz infinita.
Como una ofrenda lírica, las grandes vides rojas
rinden su alma extasiada en las divinas hojas
y el buen vino coríntico con su paz elegíaca,
se desliza en la sombra, aletargada y leve,
en una gota igual, eucarística y breve,
deshojando el poema de la uva adionisíaca.
Autor del poema: Gonzalo Escudero
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