14 Poemas venezolanos
PAJARITO QUE VENÍS TAN CANSADO
Pajarito que venís tan cansado
y que te arrecostás en la piedra de beber
Decíme. ¿No sos Polimnia?
Toda la tarde estuvo mirándome desde No sé dónde
Toda la tarde
Y ahora que te veo caigo en cuenta
Venís a consolarme
Vos que siempre estuviste para consolar
Te figurás ahora un pájaro
Ah pájaro esponjadito
Mansamente en la piedra y por la yerbita te acercás
'Yo soy Polimnia'
- Y con razón que una luz de resucitados ha caído aquí mismo
Polimnia riéndote
Polimnia echándome la bendición
EL ANAUCO
Irrite la codicia
por rumbos ignorados
a la sonante Tetis
y bramadores austros;
el pino que habitaba
del Betis fortunado
las márgenes amenas
vestidas de amaranto,
impunemente admire
los deliciosos campos
del Ganges caudaloso,
de aromas coronado.
Tú, verde y apacible
ribera del Anauco,
para mí más alegre,
que los bosques idalios
y las vegas hermosas
de la plácida Pafos,
resonarás continuo
con mis humildes cantos;
y cuando ya mi sombra
sobre el funesto barco
visite del Erebo
los valles solitarios,
en tus umbrías selvas
y retirados antros
erraré cual un día,
tal vez abandonando
la silenciosa margen
de los estigios lagos.
La turba dolorida
de los pueblos cercanos
evocará mis manes
con lastimero llanto;
y ante la triste tumba,
de funerales ramos
vestida, y olorosa
con perfumes indianos,
dirá llorando Filis:
«Aquí descansa Fabio» .
¡Mil veces venturoso!
Pero, tú, desdichado,
por bárbaras naciones
lejos del clima patrio
débilmente vaciles
al peso de los años.
Devoren tu cadáver
los canes sanguinarios
que apacienta Caribdis
en sus rudos peñascos;
ni aplaque tus cenizas
con ayes lastimados
la pérfida consorte
ceñida de otros brazos.
A MOISÉS
¿Qué son las fuentes en que el oro brilla,
y el mármol de colores,
a par del Nilo, y de esta verde orilla
esmaltada de flores?
No es tan grato el incienso que consume
en el altar la llama,
como entre los aromos el perfume
que el céfiro derrama.
Ni en el festín real me gozo tanto,
como en oír la orquesta
alada, que, esparciendo dulce canto,
anima la floresta.
¿Véis cuál se pinta en la corriente clara
el puro azul del cielo?
El cinto desatadme, y la tïara,
y el importuno velo.
¿Véis en aquel remanso trasparente
zabullirse la garza?
Las ropas deponed; y al blando ambiente,
el cabello se esparza.
SOLO LA TIERRA
Por todos los astros lleva el sueño
pero sólo en la tierra despertamos.
Dormidos flotamos en el éter,
nos arrastran las naves invisibles
hacia mundos remotos
pero sólo en la tierra abren los párpados.
La tierra amada día tras día,
maravillosa, errante,
que trae el sol al hombre de tan lejos
y lo prodiga en nuestras casas.
Siempre seré fiel a la noche
y al fuego de todas sus estrellas
pero miradas desde aquí,
no podría irme, no sé habitar otro paisaje.
Ni con la muerte dejaría
que mis cenizas salgan de sus campos.
La tierra es el único planeta
que prefiere los hombres a los ángeles.
Más que el silencio de la tumba
temo la hora de resurrección:
demasiado terrible
es despertar mañana en otra parte.
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