24 Poemas con verso libre
Deambulando, caminando.
La oscuridad es el ser,
dios está ausente durante la eternidad,
siguen llorando los pobres y los afortunados,
el control está dormido.
Siempre podemos encontrar rosas
en el camino de la muerte,
el camino gélido,
el camino de dios,
no existe temperamento,
solo instinto.
Aún se distinguen pájaros tristes
con las alas rotas,
deambulando,
caminando.
Aún se distinguen océanos de sangre,
locos depresivos,
putas atrapadas.
Solo los cobardes creen en el control,
en dios,
nada es permanente,
nada es inevitable,
sé ausente.
La verdad amiga de la duda. PARTE 1
Estoy en un mundo deserto dando paso
A una columna de preguntas desiertas
Sin sus respuestas concretas
Dando paso a una dimensión incierta
Llena con mil problemas que en mi se ensañan
En mis lemas que se sueñan
Acompandome en mis lemas
Coronandome en abstractas escenas
A
Enviado por coosmo_nautaa Seguir
Del diccionario nace el lenguaje, de las suaves miradas, la conexión, provocando una atómica ciencia llamada química, que explota en feroz alquimia, que en breves segundos te puede hacer inventar idiomas mudos, pero me gustan mas las palabras que empiezan con "tú" y renacen mis lenguas muertas.
Presagios infinitos, lágrimas de marfil.
Existe, en alguna parte, un pasillo oscuro e intangible que recorre los rincones donde reina el polvo,
las aceras donde aún queda sangre derramada de los valientes.
Sangre divina,
sangre de miel,
recorriendo escombros y transportando fusiones de tristeza tranquila
y euforia mal gestionada.
Capaz de transferir sentimientos delirantes al fondo de la conciencia,
sentimientos corruptos.
Presagios infinitos,
lágrimas de marfil
¿Dónde queda la paz en el subconsciente?
Busco lenguas de azúcar glaseado,
ojos de eucalipto,
llaves al portal de la alegría.
Con el tiempo,
los sentimientos desaparecen en una tormenta de arena desesperada en mitad de la noche y el silencio se manifiesta dejando las puertas abiertas al dolor, a la codicia de las bestias nocturnas.
Engullendo el espacio,
arrancando delicadamente las paredes que forman el habitáculo transformándolo así en esporas invisibles de soledad.
Encarcelado en extensas emociones.
El reino de la miseria a mis pies.
Pocas veces he conocido sosiego.
Pocas veces he conocido amor.
Habitáculo de mármol,
habitáculo de Dios.
EL HORTELANO
Enviado por alfonsojparedes Seguir
Arando la tierra el arado,
no ara solamente el campo,
sino tu alma y tu cuerpo y tu espíritu,
alimentándose copiosamente del alimento,
de la huerta el hortelano.
De la tierra es el huertero labrador,
de su campo campesino y terruñero,
tierra, tierra, tierra, entre hortalizas verdes,
seca es su pena, árida y baldía arena,
de esta insufrible condena.
El sol quema, seca y alimenta, broncea e hierve,
el agua que busca las raíces de la brea,
que pintan de pinturas impermeables, tus aperos,
y la barca de tu vida en la marea.
Dureza en la jornada y en tus brazos,
el filo de la guadaña,
segador que siegas y sosiegas la siega,
áspera como las palmas de tus manos.
Entre la mies de la mañana, era una dulce jornada,
sin luces de las de candilejas,
se vislumbra la vista del horizonte,
abultadas filas de montes,
entre callejas y callejas.
El día carece de sombra
y la noche derrocha su luz,
de sol a sol, de día en día,
hasta que la vista se calla.
La tierra calla, la tierra se queda,
pero el hortelano labrador surca,
haciendo veredas con su sudor,
arando la tierra.
El anverso del verso ©2023
Alfonso J Paredes
Nota: «en este poema, he utilizado recursos de la retórica muy especiales. Si os divierte, averiguad cuales son».
FORMA DEL HUIR
Mariposa de luz, la belleza se va cuando yo llego a su rosa.
Corro, ciego, tras ella... La medio cojo aquí y allá...
¡Sólo queda en mi mano la forma de su huida!
DÉJAME, PENSAMIENTO, DÉJAME
Déjame, pensamiento, déjame,
mañana seré tuyo,
volveré a ser tu presa.
Pero hoy,
mientras la luz araña en los árboles y pide
una oportunidad,
quiero que me recoja la inútil primavera.
A la casa del frío
regresaré mañana, cuando el tiempo
exponga sus razones
y el corazón pregunte
lo que falta por ver,
cuántos latidos
pueden quedarle para detenerse.
AL CALOR DE UN ÁNGEL
Tengo los mismos años que vivió García Lorca
dos más que Maiakovski
cuatro encima de Bécquer
trece menos que Rilke.
Un año más que Whitman cantándose a sí mismo.
Sigo aquí. Mi papel
de testigo me sigue complaciendo.
Podría entonar antífonas solemnes.
Decir: cosecha,
sangre,
fuerza,
cosmos,
patria.
Me habían dicho que un día sería grande.
Pero de estas cenizas nadie me había hablado.
No morir. ¿Cómo se hace?
¿Con honra? ¿Con ejemplo?
¿Con la imaginación?
¿Con la memoria?
Quiero estar a tu lado entre los cisnes.
Nunca cerrar los ojos. Recordarte.
Que me abrace tu nombre.
Que tu sal en mi pecho
no haya cárcel ni enfermedad ni reyes
capaces de robármela.
PARA RECORDAR NOCHES COMO AQUELLAS TÚ...
Enviado por holaholita Seguir
Para recordar noches como aquellas
tú y yo hemos despedido las estrellas.
Las noches son más largas que entonces,
o es que ya nos hemos hecho mayores,
ha pasado ya tanto desde entonces.
Hemos pedido los mismos licores,
hemos bebido hasta perder el norte;
hemos quedado con la misma gente,
gente extraña que ya no nos conoce.
Sin recordar hemos pasado la noche,
nos quedamos solos,se ha ido la gente
y encontramos ahora nuestra noche,
igual que cuando teníamos veinte.
A VECES ES MEJOR CALLAR PARA...
Enviado por despipistada Seguir
A veces
Es mejor
Callar
Para luego
Poder
Hablar...
@escritora.despipistada
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