Vuestros poemas
LUPE
Enviado por andromeda444 Seguir
Lo más hermoso de esta vida
Usa solo cuatro letras
Para el tiempo en un suspiro
Enamorando almas sin saberlo siquiera.
Inconsutíl
Un hilo de vida invisible
enhila un efímero
cuida no se tense
la finura en el zurcido,
un simple acabado
con ligero suspiro,
y sin pena ni gloria
selecciona otra tela
le hace un cosido,
y entre tela y tela
como Moira
secciona la hebra
y se da un respiro.
Abismo.
Tu manera de besar inyecta premeditación y amputa musgos. Tu manera de besar halaga sospechas y acaricia con inseguridad. Esa manera tan tuya de besar adula apariencias y desconcierta la cautela. Es cierto, tu manera de besar contempla sin éxtasis y es alba para la noche. Sabes, esa manera de besar nunca será culpable pues, con tozudas mordidas, alborota ilusiones. Incluso, tu manera de besar ensordece aromas y seduce desastres. Mira mujer, esa bendita manera tan tuya de besar impulsa los yoquiero más, y joder, cada vez que aspiramos a parecer, ¡mi sangre estalla lava! y desordenados, renunciamos a ser.
Estos versos pueden ser escuchados (entre otros) escribiendo en la barra de you tuve Razones sin bacará de Ángel Acosta.
EL PÁJARO ABATIDO QUERÍA DESCANSAR ALLÁ...
El pájaro abatido
Quería descansar
Allá, sobre las nubes
Pero sus alas rotas
Lo hicieron desplomarse
Como un ancla pasmada
En las brumas del mar
Recado
Mujé, no te hagas ilusiones, amarte puede ser un santiamén de verte. Mira, no estes tan segura, besarte, puede ser un hastayer sin detalles, y por favor, no sueñes, acariciar tu pelo, también puede ser escombros de sentimientos, no mujer no, no me mires con asombro, susurrar tu nombre puede ser un flamenco en claroscuro. Hoy te lo voy a decir, mira niña, no creas en todo lo que vez pues, besar tus manos, puede ser lengua y escamas de Leviatán. Vamos señora, olvide esos delirios que, amarla, puede ser olvidadizo puente y un túfuiste desterrado. Mira mujer, no tengas tanta fe, abrazarte, también puede ser disimular aromas y apostarme en equivocadas venas. Vamos mujé, coño, no te hagas tantas ilusiones que, desearte, puede ser malograda saliva, animar bilis y hasta el jadeo de una cadera, pero sin eco.
Estos versos (entre otros) pueden ser escuchados escribiendo en la barra de you tuve Razones sin bacará de Ángel Acosta.
Umbral
Subiendo cada peldaño
por lo predestinado
lleva un pesar a cuesta,
rostro desencajado
por la variante
a lo largo de su vida,
montículo de esperanza
cual miel sobre hojuelas
prescinde del destino,
en su trayectoria
reflexiona, trasciende
hasta el final del camino.
Piel contra piel
Te siento,piel contra piel compartiendo aromas despertando el deseo.
Mis labios recorren tu espalda. Mi cuerpo se enciende....deseo tu cuerpo.
Mis dedos acarician las duras perlas que coronan tus senos. Sientes mi erección contra tus glúteos,tus manos vuelan en pos de ella....la acaricias....la masturbas mientras mi boca gime de placer al sentir tus dedos...
Me tumbas y tu mano me guía hasta tus adentros....
El suave vaivén de tus caderas empapa mi miembro mientras mis labios devoran tus pechos.
Te tumbas tus senos contra mi pecho,tu sexo fagocitando mi miembro,me sientes al límite.....te corres.....te inundó de deseo
La innombrable
Muerte muda e insondable
despojada de sentimientos.
sitibunda de la agonía,
cuan viuda con manto negro
deambula de noche y de día,
dejando tras de su estela
lágrimas y un desmedido vacío.
Federico
Muerte de Federico
Mi cuerpo, a un olivo lo arrojaron,
piel seca, piel sola, piel blanca,
bajo la luna gitana.
A empujones me bajaron del camión,
gritando: ¡Viva España!
Mis compañeros de infortunio
rezaron en silencio una triste avemaría que escucharon
las golondrinas dormidas.
José asustado me miro de soslayo,
la noche le aclareo el rostro
y un polvo ingenuo se levantó
cual pregonero de la muerte
detrás de sus pisadas.
Unos grillos cantaron
la última partitura que mis oídos escucharan
y unas zarzas preñadas de miedo
rezaron la oración de los difuntos.
Una luna hermosa con reflejos plateados
sobre el suelo gimiente, aclaraba el campo
hasta el último romero,
mis otros compañeros de muerte,
Francisco y Juan, fumaban sendos cigarrillos
en el sendero que los conducía hasta la muerte.
Un cielo rojo con fulgor de Andalucía
acarició mi rostro cubierto de estrellas,
y pálidos brezos se asomaron al barranco,
mientras hombres malvados a punta de pistola
me llevaron hasta el fatídico tronco señalado.
Eran siete hombres,
que hablaban en burdas conversaciones,
y se reían de mis ademanes,
vociferando al aire palabras soeces,
mancillando la quietud de la noche.
El de la camisa azul me llamaba pervertido,
el sargento de gesto adusto, rojo y degenerado,
los observé con iracunda mirada,
mientras un viento nervioso agitaba las ramas de los árboles,
cual atormentados monstruos mi imaginación formaba.
Yo nunca oculte mis preferencias
por el deseo que la piel enciende.
Lo fui todo en la vida:
hombre y mujer,
olivo y limonero,
carne, verso y sonrisa.
Nos formaron delante del olivo
con los ojos vendados,
y una noche de sepulcros
invadió un silencio extraño.
El sargento se dio tiempo,
y cumplió escrupulosamente
con todos los pormenores.
¡Disparen, carajo!”,
gritó con furia incontrolada.
Un estruendo se alzó por el aire
con olor a pólvora malherida.
Dos detonaciones secas
acabaron con mi vida.
La más mortífera fue al pecho,
la otra a mi costado,
un súbito mareo bla
NOCTURNO XII
Mujer;¿por qué surcas gozosamente
Y plantas tu desamor en mis suelos?;
¿Acaso mis lágrimas como riachuelos,
Alimentan tu simiente?.
Calmas tu sed con el agua de mi fuente,
Luego aborreces todos mis anhelos
Y aunque pase mis noches en desvelos
Tu amor jamas lo siente.
Deberia de cuidar siempre de la rosa
Para que nunca le haga daño
Tu alma fría y caprichosa.
Y pasará un año y otro año
Más tu amor ya será poca cosa,
Por que jamás volveré a decirte: te extraño.
Aron Armijos
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