Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
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ESPAÑA
A veces pienso que sí, que es imposible
evitarlo. Y estoy a punto de morir
o llorar. Desgraciado de aquel que tiene patria,
y esta patria le obsede como a mí.
Pregunto, me pregunto: ¿Qué es España?
¿Una noche emergiendo entre la sangre?
¿Una vieja, horrorosa plaza de toros
de multitud sedienta y hambrienta y sin salida?
Fuere yo de otro sitio. De otro sitio cualquiera.
A veces pienso así, y golpeo mi frente
y rechazo la noche de un manotazo: España,
aventura truncada, orgullo hecho pedazos,
lugar de lucha y días hermosos que se acercan
colmados de claveles colorados, España.
CANCIÓN DEL ELEGIDO
Me he dado cuenta
De que miento
Siempre he mentido
Siempre he mentido
He escrito tanta
Inútil cosa
Sin descubrirme
Sin dar conmigo
No amar en seco
Con tanto dolor
Es quizás la ultima verdad
Que queda en mi interior
Bajo mi corazón
No se si fue
Que mataste mi fe
En amores sin porvenir
Que no me queda ya
Ni un grano de sentir
Yo se que a nadie
Le interesa
Lo de otra gente
Con sus tristezas
Esta canción es mas que una canción
Y un pretexto para sufrir
Y mas que mi vivir
Y mas que mi sentir
Esta canción es la necesidad
De agarrarme a la tierra al fin
De que te veas en mi
De que me vea en ti
Yo se que hay gente
Que me quiere
Yo se que hay gente
Que no me quiere
HACIA NUEVOS MARES
Allí quiero ir; aún confío
en mi aptitud y en mí.
En torno, el mar abierto, por el azul
navega plácida mi barca.
Todo resplandece nuevo y renovado,
dormita en el espacio y el tiempo el mediodía.
Sólo tu ojo — desmesurado
me contempla ¡oh Eternidad!
CONSUELO Y ALEGRÍA DEL VINO
Bebe y emborráchate, Melanipo, conmigo. ¿Qué piensas?
¿Que vas a vadear de nuevo el vorticoso Aqueronte,
una vez ya cruzado, y de nuevo de! sol la luz clara
vas a ver? Vamos, no te empeñes en tamañas porfías.
En efecto, también Sísifo, rey de los eolios, que a todos
superaba en ingenio, se jactó de escapar a la muerte.
Y, desde luego, el muy artero, burlando su sino mortal,
dos veces cruzó el vorticoso Aqueronte. Terrible
y abrumador castigo le impuso el Crónida más tarde
bajo la negra tierra. Conque, vamos, no te ilusiones.
Mientras jóvenes seamos, más que nunca, ahora importa
gozar de todo aquello que un dios pueda ofrecernos.
ARMONÍA
Quise tocar el gozo primitivo,
batir mis alas, trasponer la linde
y volver, al origen, desde el fin de
mi juventud, para sentirme vivo.
Quise reverdecer el viejo olivo
de la paz, pero el alma se me rinde.
¿Quién es sin su dolor? ¿Quién que no brinde,
sin pena, su ayer libre a su hoy cautivo?
Y ¿quién se adueñará de la armonía
universal, si rompe, nota a nota,
grano a grano, el racimo, los acordes?
¿Quién se olvida que es cuna y tumba, día
y noche, honda raíz y flor que brota,
luz, sombra, vida y muerte hasta los bordes?
LAS PALABRAS
Las palabras no pueden sustituir un abrazo, pero sirven para hacerte llegar mis mejores deseos ¡Feliz cumpleaños!
EL CORAZÓN REBOSANTE
El alma traigo ebria de aroma de rosales
y del temblor extraño que dejan los caminos...
A la luz de la luna las vacas maternales
dirigen tras mi sombra sus ojos opalinos.
Pasan con sencillez hacia la cumbre,
rumiando simplemente las hierbas del vallado;
o bien bajo los árboles con clara mansedumbre
se aduermen al arrullo del aire sosegado.
Y en la quietud augusta de la noche mirífica,
como sutil caricia de trémulos pinceles,
del cielo florecido la claridad magnífica
fluye sobre la albura de sus lustrosas pieles.
Y yo discurro en paz, y solamente pienso
en la virtud sencilla que mi razón impetra;
hasta que, en elación el ánimo suspenso,
gozo la sencillez que viene y me penetra.
Sencillez de las bestias sin culpa y sin resabio;
sencillez de las aguas que apuran su corriente;
sencillez de los árboles... ¡Todo sencillo y sabio,
Señor, y todo justo, y sobrio, y reverente!
Cruzando las campiñas, tiemblo bajo la gracia
de esta bondad augusta que me llena...
¡Oh dulzura de mieles! ¡Oh grito de eficacia!
¡Oh manos que vertisteis en mi espíritu
la sagrada emoción de la noche serena!
Como el varón que sabe la voz de las mujeres
en celo, temblorosas cuando al amor incitan,
yo sé la plenitud en que todos los seres
viven de su virtud, y nada solicitan.
Para seguir viviendo la vida que me resta
haced mi voluntad templada, y fuerte y noble,
oh virginales cedros de lírica floresta,
oh próvidas campiñas, oh generoso roble.
Y haced mi corazón fuerte como vosotros
del monte en la frecuencia.
Oh dulces animales que, no sabiendo nada,
bajo la carne sabéis la antigua ciencia
de estar oyendo siempre la soledad sagrada.
II
Yo me he asomado a las profundas simas
de la tierra y del cielo,
y les he visto el fin o con los ojos
o con el pensamiento.
Mas ¡ay! de un corazón llegué al abismo
y me incliné un momento,
y mi alma y mis ojos se turbaron:
¡Tan hondo era y tan negro!
YO VENGO DE VER
Yo vengo de ver, Antón,
un niño en pobrezas tales,
que le di para pañales
las telas del corazón.
LOS RAYOS LE CUENTA AL SOL
Los rayos le cuenta al sol
con un peine de marfil
la bella Jacinta, un día
que por mi dicha la vi
en la verde orilla
de Guadalquivir.
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