16 Poemas de Arthur Rimbaud 

SENSACIÓN

En las azules tardes de verano, deambularé por los senderos
herido por el trigo, pisando la fina hierba:
soñador, sentiré el frescor en mis pies,
dejando que el viento acaricie mi desnuda cabeza.

Enmudeceré y mis pensamientos se desvanecerán:
Pero el infinito amor permanecerá en mi alma,
e iré lejos, muy lejos, bohemio y pensativo
por la naturaleza - dichoso como una dama.

Autor del poema: Arthur Rimbaud

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UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO (FRAGMENTO)

Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde se abrían todos los corazones, donde todos los vinos corrían.

Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. —Y la encontré amarga.—Y la injurié.

Me armé contra la justicia.

Huí. ¡Oh hechiceras, oh miseria, oh cólera, a vosotras os he confiado mi tesoro.

Logré desvanecer de mi espíritu toda esperanza humana. Sobre toda alegría para estrangularla di el salto sordo de la bestia feroz.

Llamé a los verdugos para morder, mientras agonizaba, la culata de sus fusiles. Llamé a las plagas, para ahogarme con la arena, la sangre. La desdicha fue mi dios. Me revolqué en el fango. Me sequé con el aire del crimen. Y le di buenos chascos a la locura.

Y la primavera me trajo la horrenda risa del idiota.

Ahora bien, hallándome hace muy poco a punto de lanzar el último ¡cuac! soñé recuperar la llave del antiguo festín, en donde tal vez recobraría el apetito.

Esta llave es la caridad.—¡Tal inspiración prueba que he soñado!

"Seguirás hiena, etc...", exclama el demonio que me coronó con tan amables adormideras. "Gana la muerte con todos tus apetitos, y tu egoísmo y todos los pecados capitales."

¡Ah! Estoy harto de eso: —Pero, querido Satán, ¡os conjuro, ¡una mirada menos iracunda! y a la espera de algunas pequeñas vilezas rezagadas, para ti que aprecias en el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas, desprendo estas pequeñas aborrecibles hojas de mi carnet de condenado.

Autor del poema: Arthur Rimbaud

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CABEZA DE FAUNO

En la enramada que, florecida e incierta,
es verde estuche de oro recamado
de flores donde duerme el beso, alerta
y mirando el primor de su bordado,

sus ojos alocados el fauno ostenta;
muerden sus dientes en la flor de llamas,
y como un vino añejo es su sangrienta
boca al sembrar sus risas entre ramas.

Deja, al huir como la ardilla adusta,
perlerías de risa en cada hoja,
y hace que, atento a un vuelo que le asusta,
con su áureo beso el bosque se recoja.

Autor del poema: Arthur Rimbaud

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PRIMERA VELADA

Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillas
a la ventana arrimaban,
pícaros, su fronda pícara.

Asentada en mi sillón,
desnuda, juntó las manos.
Y en el suelo, trepidaban,
de gusto, sus pies, tan parvos.

-Vi cómo, color de cera,
un rayo con luz de fronda
revolaba por su risa
y su pecho -en la flor, mosca ,

-Besé sus finos tobillos.
Y estalló en risa, tan suave,
risa hermosa de cristal.
desgranada en claros trinos...

Bajo el camisón, sus pies
-¡Basta, basta!» -se escondieron.
-¡La risa, falso castigo
del primer atrevimiento!

Trémulos, pobres, sus ojos
mis labios besaron, suaves:
-Echó, cursi, su cabeza
hacia atrás: «Mejor, si cabe...!

Caballero, dos palabras...»»
-Se tragó lo que faltaba
con un beso que le hizo
reírse... ¡qué a gusto estaba!

-Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillas
a la ventana asomaban,
pícaros, su fronda pícara.

Autor del poema: Arthur Rimbaud

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EL CORAZÓN ATORMENTADO

Mi triste corazón babea en la popa,
Mi corazón está lleno de tabaco de hebra:
Ellos le arrojan chorros de sopa,
Mi triste corazón babea en la popa:
Ante las chirigotas de la tropa
Que suelta una risotada general,
Mi triste corazón babea en la popa,
¡Mi corazón está lleno de tabaco de hierba!
¡Itifálicos y sorcheros
Sus insultos lo han pervertido!
En el gobernalle pintan frescos
Itifálicos y sorcheros.
Oh olas abracadabrantescas,
Tomad mi cuerpo para que se salve:
¡Itifálicos y sorcheros
sus insultos lo han pervertido!
Cuando, al final, se les seque el tabaco,
¿Cómo actuar, oh corazón robado?
Habrá cantilenas báquicas
Cuando, al final, se les seque el tabaco:
Me darán bascas estomacales
Si el triste corazón me lo reprimen:
Cuando, al final, se les seque el tabaco
¿Cómo actuar, oh corazón robado?

Autor del poema: Arthur Rimbaud

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SUEÑO PARA EL INVIERNO

a ella...

En el invierno viajaremos en un vagón de tren
con asientos azules.
Seremos felices. Habrá un nido de besos
oculto en los rincones.
Cerrarán sus ojos para no ver los gestos
en las últimas sombras,
esos monstruos huidizos, multitudes oscuras
de demonios y lobos.
Y luego en tu mejilla sentirás un rasguño...
un beso muy pequeño como una araña suave
correrá por tu cuello...
Y me dirás: «¡búscala!», reclinando tu cara
-y tardaremos mucho en hallar esa araña,
por demás indiscreta.

Autor del poema: Arthur Rimbaud

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BRUSELAS (BOULEVARD DEL REGENTE)

Arriates de amarantos hasta
el agradable palacio de Júpiter.
– ¡Sé que eres Tú, quien por aquí,
mezclas tu Azul, casi sahariano!

Luego, cual rosas y abetos solares
y lianas que tienen sus juegos cercados,
¡jaula de la viudita…!
¡Singulares
tropas de pájaros, oh iao, iao…!

– ¡Tranquila mansión, antigua pasión!
Kiosco de la Loca por afección.
Tras nalgas de rosales, el balcón
umbrío y muy bajo de la Julieta.

– La Julieta me recuerda a la Enriqueta,
encantadora estación de tren
en un monte, como al fondo de un vergel
¡do a mil azules diablos danzando se ve!

Verde banco do canta al paraíso jadeante,
en la guitarra, la pálida Irlandesa.
Luego en el comedor a la guayanesa,
parloteo de jaulas y de unos infantes.

Ventana de duque por la que pienso
en veneno de boj y de caracoles
que se duerme aquí bajo los soles.
¡Excesiva beldad! Guardemos silencio.

– Boulevard sin comercio ni movimiento,
mudo, todo drama y toda actuación,
de infinitas escenas eres reunión,
te reconozco y te admiro en silencio.

Autor del poema: Arthur Rimbaud

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EL CORAZÓN ROBADO

Mi corazón babea y popa
de asco al cuartel y al caporal.
Le echan cucharadas de sopa.
Mi corazón babea y popa,
entre las chanzas de la tropa,
bajo una risa general.
Mi corazón babea y popa
de asco al cuartel y al caporal.

Itifálicos, soldadescos,
sus insultos le han depravado.
Por la tarde dibujan frescos
itifálicos, soldadescos.
¡Mares abracadabrantescos,
que el corazón sea salvado!
Itifálicos, soldadescos,
sus insultos le han depravado.

Autor del poema: Arthur Rimbaud

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HAMBRE

Tierra y alguna china
Es todo cuanto deseo.
El aire también me lo como:
Rocas, carbones, hierro.

Bailad, apetitos míos. Hambres, pasad
Atraed del alegre prado
Venenos de madreselvas
Y toda su sonoridad.

Comed los cantos que se quiebran
En las viejas paredes de Dios.
guijarros de antiguas lluvias,
Panes que el valle sembró.

****

El lobo escondido que aullaba
Escupió plumas hermosas
De su almuerzo de aves:
Como él, yo lo tragaba:

La ensalada, la fruta
Aguardando la vendimia.
Pero la araña de la mata
Sólo comía malvas.

Quiero dormir, quiero hervir
En los altares de Salomón.
El caldo fluye sobre la herrumbre
Y se mezcla con el Cedrón.

Autor del poema: Arthur Rimbaud

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¡LA HEMOS VUELTO A HALLAR!...

¡La hemos vuelto a hallar!
¿Qué?, la Eternidad.
Es la mar mezclada
con el sol.

Alma mía eterna,
cumple tu promesa
pese a la noche solitaria
y al día en fuego.

Pues tú te desprendes
de los asuntos humanos,
¡De los simples impulsos!
Vuelas según..

Nunca la esperanza,
no hay oriente.
Ciencia y paciencia.
El suplicio es seguro.

Ya no hay mañana,
brasas de satén,
vuestro ardor
es el deber.

¡La hemos vuelto a hallar!
-¿Qué?- -La Eternidad.
Es la mar mezclada
con el sol.

Autor del poema: Arthur Rimbaud

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