510 Poemas de amor
Asi te amo
Así te amo
Te amo,
en silencio,
sin que lo sepas,
calladamente, sin palabras.
Prendado de tu sonrisa
de tu voz, de tus ojos.
Te amo sin tiempo,
sin horas, sin prisa,
en la brisa mañanera,
en el frío atardecer.
En la hora vacía
cuando el tiempo se apaga
y se lleva el aroma
de piel mojada,
en nuestra soledad
cuando me alimento de ti,
así te amo yo.
gabl
11/02/2020
Derechos Reservados de Autor
LA VOZ A TI DEBIDA
Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.
PENSARTE ES TENERTE
¡Cómo me dejas que te piense!
Pensar en ti no lo hago solo, yo.
Pensar en ti es tenerte,
como el desnudo cuerpo ante los besos,
toda ante mí, entregada.
Siento cómo te das a mi memoria,
cómo te rindes al pensar ardiente,
tu gran consentimiento en la distancia,
y más que consentir, más que entregarte,
me ayudas, vienes hasta mí, me enseñas
recuerdos en escorzo, me haces señas
con las delicias, vivas, del pasado,
invitándome.
Me dices desde allá
que hagamos lo que quiero
-unirnos- al pensarte,
y entramos por el beso que me abres,
y pensamos en ti, los dos, yo solo.
LO APRENDO EN ESTE INSTANTE
Por entre los reflejos de la ventana
yo te veo despertarte,
eres mi vida, mi luz de la mañana
y lo aprendo en este instante:
yo nunca podré olvidarte
aunque decidieras hoy mismo
no volver jamás a mirarme.
Te pienso
Cada momento en la mañana pienso en ti
en tus labios delgados y bien formados
en tus ojos carmesí como de otro mundo
en lo calida y fria que eres cuando quieres.
Cada instante en la tarde pienso en ti
con el café más dulce en mi dia mas amargo
mientras el humo azul de mi cigarrillo dibuja tu silueta
en cualquier lugar, en cualquier momento.
Pienso en ti cuando veo las nubes del cielo
tan blancas como tu
tan lejanas como tu.
Cada minuto en la noche pienso en ti
entre el frío y la ausencia
entre la melancolía y la agonía
taciturno esperando
pensando en ti como siempre
asi me quedare yo, me quedaré mientras tanto viendo tu silueta se desvanecerse...
ORILLAS DEL AMOR
Como una vela sobre el mar
resume ese azulado afán que se levanta
hasta las estrellas futuras,
hecho escala de olas
por donde pies divinos descienden al abismo,
también tu forma misma,
ángel, demonio, sueño de un amor soñado,
resume en mí un afán que en otro tiempo levantaba
hasta las nubes sus olas melancólicas.
Sintiendo todavía los pulsos de ese afán,
yo, el más enamorado,
en las orillas del amor,
sin que una luz me vea
definitivamente muerto o vivo,
contemplo sus olas y quisiera anegarme,
deseando perdidamente
descender, como los ángeles aquellos por la escala de espuma,
hasta el fondo del mismo amor que ningún hombre ha visto.
CUÁNTAS VECES, AMOR...
Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
eras sólo el aroma de los cereales que amo.
Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angola, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.
Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto
mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
Rosas.
Te cubriré de rosas
de carmesí grana,
de perfume y color
muy intensos,
rojas como el amor
mis flores obsesionadas,
en noche de pasión.
Te vestiré de rosas
de pétalos delicados,
que no se marchiten
para quitártelos uno a uno,
y dejar tu cuerpo desnudo
envuelto en el aroma;
de fragantes rosas,
son rosas del amor.
gbl
08/ 07/2018
Derechos Reservados de Autor
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