MUESTRA SENTIR QUE LA BALDONEN POR LOS APLAUSOS DE SU HABILIDAD
¿Tan grande, ¡ay, hado!, mi delito ha sido
que por castigo de él o por tormento
no basta el que adelanta el pensamiento
sino el que le previenes al oído?
Tan severo en mi contra has procedido,
que me persuado de tu duro intento,
a que sólo me diste entendimiento
porque fuese mi daño más crecido.
Dísteme aplausos para más baldones,
subir me hiciste, para penas tales;
y aun pienso que me dieron tus traiciones
penas a mi desdicha desiguales
porque viéndote rica de tus dones
nadie tuviese lástima a mis males.
Autor del poema: Sor Juana Inés de la Cruz
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