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EL TORO Y EL HOMBRE
EL TORO Y EL HOMBRE
Tengo una ternerita clavela,
que apenas tiene ocho meses
el toro la arrinconó contra un cerco
Y la violó varias veces.
Yo quería dejarla para cría
porque es hija de vaca lechera
pero como es tan nuevecita,
es probable que, al parto, muera.
Ayer mi vecino me dijo:
“el toro téngalo aparte”
esto yo lo he sabido siempre,
pero tenía poco talaje.
Ahora tendré que venderla
antes que muestre preñez
y para el próximo año
no me pasará otra vez.
Cuando escuchamos noticias
de sicópatas y depravados
que violan y matan niñitas
y son defendidos por abogados.
La ley debiera ser más dura
con los bandidos sin corazón,
que cometen horrendos crímenes
que son vergüenza para la nación.
Yo por eso perdono a mi toro
porque es ser irracional
y que violó a la ternerita,
porque él sí que es animal.
LA TORMENTA
Con negras nubes
se cubre el cielo amenazante,
el viento norte sopla furioso
y la lluvia caerá en un instante.
Granizos y fuertes nevadas
corre el agua a yoco por la cascada
llevando todo lo que encuentra
con mucha furia hasta la quebrada.
Animales, pollos y pajaritos
todos corren a ocultarse
tras de las matas y los corrales
que el invierno ya empezó a notarse.
Dios hizo frío, sol y agua
Cada cosa en su estación
Cuando nos halla despreocupados
Nos atormenta el corazón.
Gracias Padre Bueno
por todo lo que nos das,
cada cosa en su momento
hasta el día en que Tú vendrás.
TRIBUTO A LA COCHA
Eran diez lechoncitos
nacidos de una mamá
elegí para hacer cría
la más chica de la “parvá’”
Apenas tenía seis meses
ya quería ser mamá.
Yo no accedí a su deseo
para que no le pasara na’
Luego pasaron los meses
y nadie la pudo parar
paría al año tres veces,
sus hijos, sabía cuidar
Recibió por nombre Cocha
es golosa, astuta, obediente
y aunque es animal y no habla
ella todas las cosas entiende.
Y como es tan regalona
come sólo lo que le gusta:
leche, frutas, trigo, chancado
y alguna gallina gorda.
Tres meses estuvo perdida
pa’l tiempo de las avellanas
un día saqué noticias
que en un muelle viejo alojaba
Para pillarla durmiendo
me levanté muy temprano,
y al llegar no pudiera verme,
con una vela en la mano.
Llamándola por su nombre,
la traje hasta su chiquero
se me había embarazado
por ahí yo no sé como
y la crianza se ha aumentado.
Dos veces tuvo chanchitos
en una noche de invierno,
se quedó afuera en el potrero
y las crías, del frío, murieron.
Pero ella se reponía
y luego de un par de meses
de nuevo estaba pari’a
Otra vez la atacó un león:
llegó con las piernas heridas.
con mucha penicilina
la Cocha seguía viva,
en su chiquero botada
dos meses a pura comida.
Hasta su quinta, don Ciro
un día debió cortar
porque la Cocha y sus crías
de ahí nadie podía sacar.
Cincuenta y cuatro pariciones
en dieciocho años de vida
entre cinco a doce lechones
eran los que ella tenía.
Por un promedio de siete
cincuenta y cuatro pariciones
dan trescientos setenta y siete
a diez mil, dan cuatro millones.
Feliz hoy la Cocha pasea
por los potreros que quiere,
de vieja, ya no tiene hijos
pero sigue arrogante y fiera.
Y siempre comiendo algo bueno
pues todo se le perdona
y no le teme a la muerte:
ella morirá de vieja.
Los vecinos la conocen
y la conocen sus perros,
si alguno quiere morderla,
mordidos resultarán ellos.
Cuando vienen mis nietos
ella se pone celosa
y se gana por delante
para que vean cuánto vale la cocha
Dios quiera que sea ella
la que primero se muer
EL CAMPESINO
La suave brisa de la mañana
mece las hojas de los trigales,
las aves trinan desde las ramas,
bebe la vaca en los manantiales.
El campesino, aún somnoliento
de madrugada suelta la yunta,
para que coman el pasto fresco
en la pradera, allá en la junta.
Él sin descanso, siempre sonriente
de sol a sol, al agua o frío
callosas manos secan su frente
de cien gotitas como el rocío.
Siguiendo el surco con las semillas,
después la echona, luego la era
para trillar el dorado trigo
que es su alimento hasta primavera.
El abrazo del oso
Enviado por danteverne Seguir
Lejos de saciar mis ansias
en locura me enajenas,
es tortura que me asombra
es hambre que me devora,
celda donde hallo tu sonrisa,
nostálgica cazadora de sombras,
huyes cuando te aproximas,
te acercas cuando estás rabiosa,
y en mis fantasmales besos de rosa
te cobijas, te enciendes sola,
y le robas a mis huesos
de viejo oso en celo
un abrazo y una derrota,
limosna de besos huecos,
latidos que se desbocan,
sueño del sueño que deprisa
llega y me implora
que me derrita en tu boca traviesa,
que te atraviese en esta hora
en la que tú eres mi presa
y yo tu carnívora presencia,
tu voraz depredador de diosa.
Nocturna
Enviado por danteverne Seguir
Tu mirada ardiente, tu andar felino,
tus manos como rosas calientes,
tu corazón de noche y estío,
emergen de su retiro,
fuente de insomnios sombríos,
ilusión, delirio de alas inconsciente,
para ser tierra fértil en primavera y destino
de mis barcos sin nombre, veleros turbios
que ascienden suave y lentamente
por la llaga eterna de tu abismo.
Y me visto de tormentas,
embriagado de sueños peregrinos
para conquistar tus arrogantes almenas
con mis garras envueltas en suaves racimos
para abordar y hacer mía tu tronera
para ser uña y carne contigo
en esta noche perfecta,
en este embrujado espejismo,
de aspavientos y húmedas entregas,
de dulces brazos y abrazos en precipicio,
que con pasión se hunden y entierran
raíz en pliegue que llene el vacío
de tus ausencias muertas,
de tu lecho que ya es mío.
Noviembre
Enviado por danteverne Seguir
Qué difícil es cerrar los ojos
y no verte,
mascar la vida en síntesis,
y sentir la herida,
la máscara de una sonrisa,
que disfrace el dolor,
y perderte,
y perderme en un hosco,
ciego rastro de prisas
y silencios.
Mientras Madrid duerme,
la lluvia limpia
los recuerdos agridulces,
las huellas dentelladas
y calientes
que dejaron mella
en este sueño líquido,
en esta esquirla,
en esta brecha,
en este frío refugio
carente
de tu esencia,
del sueño de una vida
que nunca se produjo,
de la nada inversa,
del influjo moribundo
de una muerte
anunciada y ciega.
Tu cuello
Enviado por danteverne Seguir
Liturgia de mis manos en tu pelo,
caricia urgente, llena de un instante
sagrado, complaciente en la rasante
donde tu cuello exige terciopelo.
Conjúgame, condéname a tu cielo
que yo llevaré el agua delirante
en éxtasis de arcángeles, calmante
para tu fuego eterno sin consuelo.
Transfigura mi carne al comulgar,
bebe del verbo dar, ven y levita,
y al descender traspasa para amarme,
resucítame al pie del noble altar,
donde tu sacramento oral gravita:
un beso bastará para sanarme.
El recuerdo del pesar
Enviado por michelle-ac Seguir
El dolor con desesperación taladra mi corazón,
pero aunque mi cerebro se distraiga con cálculos sin parar
y mi cuerpo ría sin cesar, mi alma sufre al son del amor;
y cuando mas cerca esta del suelo tocar,
mi cuerpo se empieza a desmoronar y mis facciones empiezan a llorar;
sin embargo, dormir sin mentir hace que vuelva a nacer y despertar hace que mi ser vuelva a morir.
ROSAS CON ESPINAS QUE HIEREN MI...
Enviado por michelle-ac Seguir
Rosas con espinas que hieren mi piel, mi alma y mi ser;
Unas manos bondadosas que vendan y curan mi dolor.
Una mujer con alma de niña ve de color,
lo que un día vio como lo peor.
Un ser armonioso ha calmado su dolor y con una sonrisa ha abierto su corazón.
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