Vuestros poemas
Sra. Sociedad
Hoy me sobra calendario
Y me falta distancia
Será larga y dura
la estancia
Obligado a este encierro
Para remediar sin remedio
a una sociedad ofendida
Alejado del civismo
me refugio en estas letras
Que me envuelven de olvido,
Cuando corroe la tristeza
Sepa señora sociedad
Que alejado de usted
me siento muy querido
Por esta reclusión
Y ahora nado en la riqueza
Infravalorada de las horas,
que a otros le faltan
Y a mi me sobran
Tal vez sería mejor castigo
No dejar tanto tiempo improductivo
Al que con gusto le he sacado provecho
Como un animal al acecho
He esperado estas estrofas
Que atraviesan los barrotes
Y me devuelven a usted
Señora sociedad!!
V
Enviado por danteverne Seguir
Me detuve un momento
en el umbral de mi vida
esperando una voz amiga
que me dijera como a Lázaro:
“Levántate y camina”.
IV
Enviado por danteverne Seguir
He venido a posarme sobre este muro
que hay entre tú y yo
y es que los muros no saben
que el amor puede volar.
III
Enviado por danteverne Seguir
Quiero pedir un deseo esta noche,
quiero que mi alma llene el cielo,
quiero que se paren los relojes,
que se detenga el tiempo,
y que de mí te enamores.
II
Enviado por danteverne Seguir
Y esta noche será la última,
la última en que tú calles.
Ábreme tu corazón de parte a parte
y déjate llevar,
hoy el amor será tu acompañante,
como tantas noches en que tú callaste
aunque esta es especial:
Ahora tú también lo sabes,
el amor te había acompañado antes.
I
Enviado por danteverne Seguir
Vivo en un laberinto de pasiones
en el que a veces me pierdo;
soy un alma en un desierto
que busca dos estrellas en la noche
que me guíen hasta tu encuentro.
LA FRAGUA DE DON GENARO.
En una humilde choza de ratonera
vivía un matrimonio muy anciano:
ella hilaba lana con su uso
él tenía una fragua manejada por su mano.
Eran tan pobras doña Juana y don Genaro
Que su rancho no tenía ni siquiera piso
Menos una ventana
Solamente una mesa y vasija de madera.
En su fragua el anciano pasaba
horas y horas trabajando
con el fuelle encendía el carbón
y así los arados iba arreglando.
A pesar de su pobreza eran felices
y la novena del Carmen tenían que rezar
acompañados de sus vecinos
aunque yo era aún niña, era la primera en llegar.
Que tiempos tan felices aquellos
que hoy he vuelto a recordar
el agua pura, que por un tubo
salía fresca y limpia para tomar.
Miles de plantas en su huerto
había para cualquier toma preparar
Porque ellos eran tan pobres
que en la botica no podían comprar.
De mi niñez, mi recuerdo más lindo
cuando en su fragua jugar me dejaba
encendiéndole el carbón
que tanto le costaba.
Con su cara llena de risa
con sus manos llenas de cayos
nuca me dio una pastilla,
pero tampoco nunca un regaño.
Que Dios los tenga en el cielo
a doña Juana y don Genaro.
Marta Gittermann
EL TORO FLACO
Brama el toro muy contento
porque una vaca viene a pololear:
es Carlos Castro, mi vecino
que tuvo que dejar de trabajar
Pregunto ¿cuántas ha traído?
para en el cuaderno anotar:
“es la misma del otro día,
que se ha vuelto a “malotar””
El toro está flaco y lleno de moscas,
la vaca no quiere montar,
esa la historia de siempre:
la “cruza” no ha de pagar.
Estará enfermo, el muy astuto
pero decido ir al potrero,
y sin que Carlitos me vea
yo le cuento los terneros
De las vacas que me trajo repetidas
hay nueve terneros nacidos.
Él me dice “son hijos de viento”,
yo sé que me ha mentido.
Como es muy buen vecino
lo tengo que perdonar
como Dios sabe quién mal obra
-algo malo le va a pasar-.
Marta Gittermann
LA RARA
En un frondoso y verde boldo
hay un nidito de pajarito
hecho de lana, pasto y pelito
en su interior hay cuatro huevitos
Cuando pasaron algunos días
y ya nacieron los pajaritos,
el gato trata, con gran porfía
busca llegar donde está el nidito.
Volaron hoy. Que gran horror
pues eran unas dañinas raras,
y yo que siempre las defendí:
mejor habría sido que el gato las casara.
Pero Dios creó las aves
y los feroces animales
y aunque sean buenos o malos
unos cantan y otros hacen daño.
Marta Gittermann
EL ARADO Y EL ARADOR
Arrastrado por dos bueyes
Va trabajando el arado
Puede estar hecho de fierro
Como puede ser de palo.
El arado de fierro
consta de varias piezas
timón, gualeta, zapato, araña
y es para barbechar la tierra.
El arado de palo
Es para melgar
Y para aporcar las papas
Cuando están todas juntas en un lugar.
Bajo el sol quemante
Bajo la lluvia sin cesar
El hombre campesino pobre
Así tiene que trabajar.
Él nunca recibe un aplauso
Porque siempre huele a sudor
Pero el que canta en un escenario
Aunque sólo rebuzne lo aplauden con amor.
Por eso, los que amamos la tierra
Sabemos muy bien valorar
Cuán difícil es producir cereales
Después de tanto trabajar.
Hay que sacarse el sombrero
Para el hombre de campo saludar
Éste merece un homenaje
Porque él si trabaja de verdad.
Los campesinos no tenemos luz ni agua
Y así tenemos que vivir
Quizás sólo por ser pobres
No tenemos derecho a ser feliz.
Marta Gittermann
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